De acuerdo con la doctora Sandra Girón, titular de la Coordinación de Igualdad y Género del IMSS, la violencia obstétrica es en general el maltrato obstétrico que puede ser todo, desde que no haya papel en el baño, hasta que se provoque el fallecimiento de la asegurada embarazada, el bebé o ambos.
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Por ello, la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) señala las siguientes recomendaciones generales para diseñar una respuesta institucional extensa para prevenir y erradicar la violencia obstétrica dentro del IMSS:
- informar a todos los involucrados en la cadena de atención y a las personas usuarias del servicio sobre los actos constitutivos de violencia obstétrica y las repercusiones legales para la institución y el personal de salud al incurrir en ellos
- actualizar las prácticas gineco-obstétricas relacionadas con la atención del embarazo, parto y puerperio y adecuarlas a recomendaciones y estándares internacionales
- asegurar que el personal médico realice el procedimiento quirúrgico de cesárea solo en aquellos casos que la condición de salud de la madre y del producto lo requieran
- crear mecanismos para vigilar que las unidades médicas cuenten con los recursos humanos suficientes y con formación actualizada para ofrecer la atención gineco-obstétrica, así como con los materiales e insumos necesarios para otorgar una atención de calidad
- identificar las instancias que en las unidades médicas sean las encargadas de recibir las quejas o denuncias por actos constitutivos de violencia obstétrica y dar a conocer entre el personal de salud y los pacientes o usuarios la existencia de dicha instancia, su objeto y procedimiento o mecanismo básico para la protección de sus derechos
- impartir talleres al personal de salud sobre los preceptos del modelo integral de atención de parto humanizado y cursos de capacitación teórico-prácticos basados en la ley general y leyes estatales de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, con especial énfasis en el concepto de violencia obstétrica como una manifestación de la violencia de género, y
- atender la salud mental del personal médico que pudiera, a la vez, ser víctima de estructuras violentas, jerarquizadas, con síndrome de burnout y estrés postraumático, y en condiciones laborales insatisfactorias, y analizar en qué medida dichos factores de estrés laboral tienen impacto en los índices de violencia obstétrica, como uno de los factores a mitigar
La pandemia por COVID-19 a afectado negativamente la provisión de servicios de salud sexual, reproductiva y materna en México; no obstante, puede ser una oportunidad para reformular las estrategias del Seguro Social y redefinir acciones que contribuyan en forma decisiva y eficaz a erradicar la violencia obstétrica.