La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advirtió que una guerra comercial sofocaría el crecimiento mundial, luego que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intenta imponer aranceles a las importaciones del acero y el aluminio.
"Si este tipo de medidas pone en tela de juicio el comercio internacional, será un canal de transmisión para una caída en el crecimiento, una caída en el comercio y será temible", señaló Lagarde en la radio RTL.
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"En una guerra comercial que se alimentará con aumentos recíprocos de aranceles aduaneros, nadie gana", agregó.
"El impacto macroeconómico sería grave, no solo si Estados Unidos tomaran medidas, sino especialmente si otros países tomaran represalias, especialmente aquellos que serían los más afectados, como Canadá, Europa y Alemania en particular".
La semana pasada, el presidente Donald Trump condenó de nuevo el déficit comercial de Estados Unidos con otros países y anunció planes para imponer fuertes aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
Eso provocó una respuesta global firme de los socios comerciales de Washington, así como críticas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Desde entonces, Trump reafirmó sus planes de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, advirtiendo a la Unión Europea (UE) que pronto podría enfrentar un "gran impuesto" por no tratar adecuadamente a Estados Unidos.
Contraataque de la Unión Europea
La UE amenazó con imponer aranceles de hasta 25% a una serie de productos icónicos exportados por Estados Unidos, en caso de que el país confirme esta semana un nuevo impuesto a las importaciones globales de acero y de aluminio.
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La lista de bienes visados, todavía en negociación entre los gobiernos europeos, incluye productos industriales, como vaqueros Levi’s y motocicletas Harley-Davison, y agrícolas, como maíz, cacahuetes y naranjas, confirmó la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
La medida no se adoptará hasta que la Casa Blanca confirme los aranceles al acero y al aluminio, a fin de que sea equivalente y proporcional al impacto que sufrirá la UE, explicó la comisaria en rueda de prensa.
“Hay que ver si se adoptan (los aranceles) y por cuánto tiempo, si es una medida temporal o si se extenderá por un largo tiempo. Porque entonces el impacto sobre la economía europea sería enorme. Miles de empleos estarían en riesgo en la UE”, afirmó.
De momento, Bruselas contempla un paquete de tarifas por un total de 2.8 mil millones de euros (3.4 mil millones de dólares), “totalmente en línea” con el reglamento de la OMC, según una fuente comunitaria.
Además los europeos se reservan el derecho de imponer sus propios aranceles al acero si detectan un aumento repentino en las importaciones por el desvío de cargamentos de China inicialmente dirigidas a Estados Unidos.
Los jefes de Estado y de gobierno europeos debatirán las opciones a finales de marzo, en Bruselas, al margen de su cumbre periódica.
El objetivo “clave” será “mantener el comercio global vivo y proteger la industria europea”, informó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras convocar la cita.
Malmström aseguró que la UE no pretende desatar una guerra comercial con su principal socio, pero se siente obligada a actuar para minimizar el “profundo daño” que la estrategia de Washington causará a la economía europea.
Con información de Notimex