2019: asistencialismo entre expectativas y retos

México inició el año con grandes desafíos domésticos e internacionales, y un entorno desalentador

El licenciado Carlos E. Palencia Escalante, Socio Director de CEO Consultoría Estratégica & Outsourcing, hace un análisis sobre los aspectos económicos, comerciales, fiscales y sociales por los que atraviesa nuestro país con la entrada del nuevo gobierno; incluyendo las proyecciones del crecimiento doméstico e internacional y los factores de los que dependerá lograrlo; pero antes presenta un recuento de lo sucedido el año pasado.

2018

Inició con buen dinamismo, pero al paso de los meses se creó incertidumbre generalizada y también desaceleración económica.

El tipo de cambio osciló entre 17.9 y 20.9 pesos por dólar, determinado en buena parte por la inquietud de continuar o no el tratado comercial con Canadá y los Estados Unidos de América (EUA). También por la inseguridad provocada por la disputa comercial entre nuestro vecino del norte y China, y el desempeño de la economía mundial.

Otros factores que afectaron el dinamismo nacional fueron la cancelación (in)formal de la construcción del nuevo aeropuerto, las iniciativas en el Congreso de eliminar las comisiones bancarias, de cómo sería el manejo administrativo de Pemex y la inversión en el sector energético.

El crecimiento, medido con el PIB, continuó en sus niveles históricos del 2 %, aunque su potencial se estima sea del 4 %.

Propuesta económica

El paquete económico o en particular el Presupuesto de Egresos de la Federación –PEF–, define el rumbo asistencialista que el gobierno dará al país, por lo que no es suficiente que esté equilibrado en ingresos y gasto; debe, si, estimular el crecimiento y originar un clima conveniente para las inversiones si es que se quiere alcanzar el objetivo de que el PIB anualmente aumente 4 %.1

En materia de ingresos, se parte de que los tributarios aumenten 7.0 % y los ingresos petroleros crezcan en 14.3 % con la base de 55 dólares el barril. Por otra parte, llama la atención dos temas: reducción en el precio de la gasolina y el aumento del empleo.

Para el primero no se redujo el IESPS, que era la manera más sencilla de hacer un ajuste a la baja del combustible. En el segundo, no se ven muchas perspectivas de aumento significativo por ejemplo si las empresas de menor tamaño no pueden tener simplificación administrativa –pago de impuestos– al no poder aplicar la compensación universal lo que las lleva a perder liquidez.

En relación con el gasto, los organismos autónomos, más por presión del gobierno federal en su intención de austeridad que por determinación propia, empiezan a autorregularse y a contraer su gasto. El siguiente cuadro ejemplifica este punto por los recursos asignados.

Afectados

Organismo

% de contracción del gasto

INAI

-14.1

INE

-32.7

CNDH

-3.1

IFT

-11

COFECE

-5.9

Poder Judicial

-8.5

Suprema Corte

-15.2

Cámara de Diputados

-20

Cámara de Senadores

-19.7

 

Respecto a los montos asignados en el 2018, para este año habrá sectores, actividades y organismos ganadores, pero también perdedores.

A continuación los sectores que tendrán mayores recursos.

Beneficiados

Sector

% de mayor presupuesto

Energía

963.1

Trabajo

932.0

Turismo

116.0

Bienestar

40.8

Pemex

14.1

Defensa

11.3

ISSSTE

10.1

Aportaciones a seguridad social

8.2

CFE

8.0

 

Con base en la asignación de recursos hacia las dependencias, organismos y poderes, entonces puede aseverarse que los proyectos prioritarios se canalizan hacia el capital humano y la infraestructura. Pero, aquí surge una pregunta ¿quiénes pierden? Sin duda los organismos autónomos, a los que se les está reduciendo el presupuesto, evidentemente con fines de control operativo, y por ende administrativo.

Proyecto

Monto (miles de millones de pesos)

Pensión adultos mayores

100.0

Jóvenes aprendices

44.3

Infraestructura aeroportuaria y conectividad

18.0

Beca universal educación media superior

17.3

Sembrando vida

15.0

Producción para el bienestar

9.0

Colonias marginadas

8.0

Reconstrucción

8.0

Pensión para discapacitados

7.0

Tren Maya

6.0

TOTAL

232.6

Crecimiento inercial

Varios analistas, instituciones financieras y organismos internacionales han hecho ajustes –a la baja– del crecimiento mexicano en el 2019. La economía mexicana crecerá menos que en el 2018, incluso se le ubica en un 1.5 % para el primer año del nuevo gobierno.

Diferentes factores hacen que en 2019 la economía mexicana registre un menor dinamismo, además de que también estará influida por EUA.

 

Ahora

Anterior

OCDE

2.5 %

2.8 %

FMI

2.3 %

2.5 % (2.7 en julio y 3.0 en abril)

Banco Mundial

2.0 %

2.5 %

Rango de expectativa

Mínima

Máxima

2019

1.7 %

2.7 %

2020

2.0 %

3.0 %

 

¿Qué puede haber tras un menor crecimiento? Contracción del consumo y del gasto de inversión privada, pero con aumentos en la captación de remesas, y la aplicación de los subsidios en los programas asistenciales. Las exportaciones, por su parte, pueden ir cediendo terreno a medida que la economía estadounidense pierda empuje.

La inflación podrá ser de alrededor del 4.7 %, menor que el 4.83 % registrado en 2018; se daría por una contracción en los ajustes a los precios de gasolina y energía eléctrica; por otra parte, se estima que la presión por el ajuste a los salarios sea solo en el primer trimestre.

La creación de empleo puede retraerse (menor al 4 % promedio en los últimos cinco años) e incluso puede registrarse más desempleo; efecto de la contracción en la inversión privada, por los despidos en el sector público y por la desaceleración del sector exportador que impactaría al trabajo en actividades manufactureras.

Sobre la inversión privada, la confianza de los inversionistas está afectando la decisión sobre la inversión y, en consecuencia, el crecimiento. Hay indicadores que precisan un menor dinamismo por la falta de respeto al Estado de Derecho, la inseguridad, la (i)racionalidad de las políticas públicas y la no adecuada gestión de las finanzas públicas.

De persistir el sentimiento negativo hacia el mercado, también se afectaría la fortaleza fiscal: ya se observó por la cancelación del nuevo aeropuerto; por la propuesta de afectar a los bancos mediante las comisiones, por cuestionamientos al sector minero; por la no consolidación de impuestos; por querer usar las reservas internacionales y alterar la autonomía del Banco de México (Banxico), entre los principales aspectos. Esas y otras medidas han puesto presión al tipo de cambio y a las tasas internas de interés.

En cuanto al crédito, para el consumo y para las empresas se espera una desaceleración a consecuencia del aumento en las tasas de interés. Importa no solo indicar el PIB. Veamos algo del gasto, tipo de cambio y tasas de interés. Durante los últimos años, su dinamismo no ha representado un mejor bienestar para la población, aunque si una mayor corrupción. Esto porque el gasto público ha pasado de representar el 19.3 % del PIB en el 2000 a un 27.4 % en el 2017 y aún mayor el año pasado.

Siempre hay que recordar que los gobierno no crean riqueza, sino que su gasto solo contribuye a que se trasfieran recursos de un sector a otro, pues los impuestos significan un menor gasto de las personas y empresas.

Institución

Estimado

Citibanamex

20.5

Banorte

22.5

BBVA Bancomer

20.0

Banxico - encuesta

18.9

 

En cuanto al tipo de cambio, se estima un peso débil y tasas de interés más elevadas: lo primero por una mayor sensibilidad ante decisiones precipitadas o no acertadas del nuevo gobierno; respecto a las tasas, por presiones en ajustes de la FED (siglas en inglés de Sistema de Reserva Federal de los EUA) y para mantener internamente la inflación en niveles controlables.

Para las tasas de interés, el Banxico ha ido aplicando la misma receta implementada por el FED, al aumentar la tasa de referencia para contener las presiones inflacionarias que se sintieron durante todo el 2018; y cuando menos el primer trimestre del 2019 por los ajustes salariales.2 Oportuno mencionar que López Obrador ha recomendado al Gobernador de Banxico ampliar el objetivo para promover el crecimiento, no solo la estabilidad de precios (inflación); sin embargo, un mandato dual puede estar bajo presiones públicas y políticas.

Pero ¿que inquieta a las empresas?

Después del proceso electoral y de la transición, la atención regresó a los temas de inseguridad y la corrupción como principales inquietudes de los empresarios; el tercer y cuarto elementos son los desacuerdos políticos internos y contradicciones en decisiones económicas.

La pregunta es importante si tomamos en cuenta que los indicadores de confianza empresarial del INEGI terminaron el 2018 con cierto pesimismo, así como de una percepción negativa sobre la economía mexicana en este 2019. La confianza en el sector manufacturero disminuyó 0.7 puntos en diciembre, para ubicarse en 49.2 puntos, en el comercio se elevó la confianza en 0.2 puntos para colocarse en 40.5; ambos sectores entonces están en terreno pesimista. Además, el consumo realizado por el sector privado es uno de los pilares del crecimiento económico, el cual también en los últimos meses ha mostrado debilidad.

Entorno

Aunque la propuesta económica y correspondiente presupuesto son de índole doméstica, las variables siempre entran en juego, tanto por la economía mundial como por el acontecer nacional; a continuación las principales consideraciones.

  • amenaza de una contracción mundial, tomando en cuenta que en 2017 el crecimiento fue de 3.8 %, en 2018 se estima en 3.5 % y para el 2019 pudiera estar entre 3.4 y 3.7 % por la pérdida de sincronía positiva de los países desarrollados con los emergentes; lo que se percibe desde hace unos meses es una conjunción de naciones con problemas financieros pero, afortunadamente, no tienen un peso relevante en el PIB mundial; cuando entre en problemas EUA (PIB esperado de 2.7 a 3.0 % ), China (6.4 esperado de PIB), Japón (0.9 de PIB en 2019) y Alemania (1.7 % de PIB para el año), por ejemplo, entonces sí la economía mundial caería en recesión.

China podría continuar desacelerándose (PIB esperado de 6.4%), sus exportaciones pueden contraerse y además afectar a países exportadores de materias primas al requerirse menos insumos; Italia puede dar un susto por su estatus en sistema bancario y además por no querer ajustarse a los parámetros de déficit y gasto público recomendados por la Unión Europea; Francia, porque se transforme su inconformidad social en una inestabilidad política y gubernamental; Alemania que tendrá elecciones, se cuestionará temas como la migración y reformas en la zona euro; y EUA, que a partir del segundo semestre registre una desaceleración

  • que los bancos centrales continúen retirando dinero, para terminar con los estímulos aplicados en la Gran Recesión de 2008. EUA tiene el vencimiento de unos 350 mil millones de dólares, que debe estudiar bien para no incurrir en aumentos desmedidos de las tasas de interés ni en presiones inflacionarias
  • incremento en la inflación mundial, que incida en el aumento de tasas de interés y que haya menos liquidez. Influencia de esto provoca nerviosismo de las bolsas y se genera fuga de capitales en países en desarrollo
  • que la economía del Reino Unido reporte desaceleración, impactando en el crecimiento de la región, que pudiera ser de 1.5 % o menos, si el 29 de marzo no se logra una separación positiva de la Unión Europea después de haber pertenecido a ella por 46 años
  • una constante reducción de los precios del petróleo, por una sobre oferta de EUA –que a su vez genera mayores tensiones geopolíticas– y un acuerdo laxo de los productores/OPEP por reducir la colocación, y así presionar la demanda-precios al alza

Sin embargo, la principal amenaza seguirá siendo la guerra comercial de EUA contra el mundo, las decisiones proteccionistas como los aranceles y el cuestionamiento a los acuerdos y estructuras internacionales como la definida por la Organización Mundial de Comercio. Todo esto porque su déficit comercial sigue ampliándose ya que las importaciones están creciendo más rápido que la demanda externa de sus productos y servicios

Al interior, es decir en nuestro país, también encontramos variables que considerar para el 2019, pero también para posteriores años del actual gobierno:

  • uno de los más importantes será la mecánica para obtener más ingresos, si a eso se suma que no se definirían nuevos impuestos ni subirían los ya existentes
  • aumento, año con año, del gasto asociado a las pensiones y al pago de intereses de la deuda pública, y
  • que se apruebe (y, en su caso, implemente) con certeza el nuevo T-MEC y que en paralelo se retire la imposición de aranceles al acero y aluminio y las respectivas contramedidas aplicadas por México a diversos productos estadounidenses

Un año lleno de retos

Tomando en cuenta el paquete económico, presupuesto, estimaciones de indicadores y variables, enseguida se muestran los tres escenarios que se perfilan para México: el ideal o positivo, pero con baja probabilidad; el moderado, de media probabilidad y, el negativo, igualmente con media –aclarando, no nula– probabilidad.

Si bien el paquete económico aparece muy optimista, aunque del lado de los ingresos puedan verse afectados por factores externos como el precio del petróleo, e internos como una menor recaudación tributaria. Si eso sucede, entonces objetivamente deberá replantearse el gasto.

México continuará en la medianía de crecimiento con un aumento del PIB entre 1.4 y 2.0 %, menor que en el año anterior. La inflación estimada estará en el nivel de 4.3 a 4.7 %. El tipo de cambio promedio estará entre 20 y 21.5 pesos por dólar, aunque el rango puede ser 19.0 a 22.5 pesos.

Suponiendo que no se aprueba el T-MEC, el crecimiento sería menor, se contraería la inversión y las exportaciones tendría un escenario de difícil recuperación, incluso por restricciones definidas unilateralmente por EUA. El sector manufacturero, incluido el exportador a través del programa IMMEX y el orientado al mercado interno tendrían claroscuros si se toma en cuenta la contracción que ha tenido por segundo año consecutivo el sector automotriz: las ventas domésticas se redujeron (-)7.1 % el año pasado.

Aunque para todo el país, pero especialmente para la frontera norte y los 43 municipios beneficiados en el plan recientemente anunciado, habrá de verse el efecto real de las tasas efectivas que pagan las empresas y consumidores estadounidenses en su territorio y de las compañías que operan en México. Además, en nuestra nación, habrá de evaluarse el impacto neto por la supuesta mayor recaudación derivada de una reactivación del consumo, de eventualmente mayores inversiones y empleo en la franja fronteriza a consecuencia de los estímulos fiscales por la reducción del IVA e ISR y el haber ajustado a la baja los precios de la gasolina y electricidad. Señalo supuesto efecto neto porque el presidente ha reconocido que pueden dejarse de captar en el año impuestos por 50 mil millones de pesos.

Consideraciones finales

Durante todo el año hay varias cosas en las que habremos de poner atención.

Por una parte, el panorama de la economía mundial en el presente año no es del todo negativo, como tampoco lo debe ser para México.

Pero para el país, la clave es que tenga un buen manejo de los fundamentos macroeconómicos para mantener estabilidad y credibilidad.

Aunque sin lugar a duda, el gasto público para el 2019 es asistencialista, y como creo será todo el sexenio, por lo que pudieran descuidarse necesidades de otros sectores clave en la estabilidad macroeconómica.

Así, el mayor riesgo en el 2019 es que los presupuestos no alcancen y las promesas del gobierno no se cumplan, pudiendo esto afectar las ilusiones de la población.

Ante ello, la productividad deberá prevalecer en el ejercicio del gasto público, además de procurar se contraigan las desigualdades social y regional.

En suma, por asistencialismo, expectativas y retos, seguiremos viendo señales encontradas, decisiones vacilantes y medidas equívocas; por ello día a día estaremos viviendo con elevada incertidumbre. 

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 .  (Foto: IDC)