Proyecciones 2020: en comercio exterior

Panorama económico, comercial, manufacturero y de servicios electrónicos, vistos desde la óptica de especialistas

2019 –primer año de la nueva administración del gobierno federal– se rigió por modificaciones fiscales –distintas al aumento de impuestos– encaminadas a la fiscalización de los contribuyentes; el estancamiento de la ratificación del T-MEC (Tratado de Libre Comercio de América del Norte renegociado) en el Congreso de los Estados Unidos de América (EUA), cuyo texto fue modificado el 10 de diciembre de este año;  la implementación de medidas de simplificación en cuestiones de trámites de comercio exterior y programas de la Secretaría de Economía (SE); modificaciones arancelarias para prevenir y combatir prácticas de subvaluación en los sectores textiles-confección y del calzado; cambios a la Ley General de Salud para regular el etiquetado comercial de productos preenvasados en pro de la salud de las población mexicana; la polémica propuesta de modificación a la ley de normalización para propiciar e impulsar la infraestructura de calidad de servicios, etc.

Todo ello por demás interesante, pero para 2020, ¿qué otros aspectos le deparan a nuestro país en materia económica, comercial, aduanera, fiscal y en las tecnologías de la información? las respuestas las presentan diversos especialistas en los siguientes análisis.

Al principio del año que recién culminó había signos alentadores, pero paulatinamente el escenario fue desmejorando por imposiciones, por decisiones basadas en las pocas transparentes consultas populares, por no aceptarse la crítica, por la inseguridad e intranquilidad de los mexicanos en muchos lugares del país, por subejercicio o mal gasto, por estar viendo compadrazgos en la designación de titulares de dependencias u organismos descentralizados, entre otros factores. Todo eso ha arrojado cambios en las políticas económicas, de inversión, impulso al desarrollo que, al igual que en años anteriores, siguen despertando incertidumbre.

En la parte económica, el crecimiento del PIB no fue inercial en el rango del 2 %, simple y sencillamente porque no hubo crecimiento; estuvimos muy por debajo de la propuesta inicial del gobierno de crecer al 2.0 % como base de un crecimiento sexenal de cuando menos el 4.0 %. Cerramos prácticamente en ceros.

La inversión pública, tan necesaria, no mostró recuperación: por el contrario sufrió una importante contracción lo que provocó también una caída en la inversión privada; vimos reducciones del gasto burocrático y administrativo; enfrentamos contracción petrolera; menor inversión y menor gasto que no derivó en crecimiento y está por comprobarse si resultó en mayor bienestar de la sociedad, pues puede verse afectado por el aumento en personas sin trabajo –ni seguridad social– y sigue aumentando la informalidad. Al tercer trimestre datos del INEGI señalaban que 31 millones 189,046 personas estaban en la informalidad: un año antes habían 30.64 millones; por su parte, la tasa de desocupación se ubicó en 3.58 % y la de personas subocupadas en 7.71 %.

Si se rescata algo positivo es la inflación, ubicada en el rango del 3.0 % que es la tasa objetivo del Banco de México; pero también las tasas de interés a la baja para mantener cierta sincronía con los movimientos de política monetaria de EUA.

Afortunadamente, no registramos recesión, pero me atrevería a decir que sí una pre-crisis ya que la economía se estancó. Favorablemente las exportaciones manufactureras tuvieron un desempeño positivo aunque mostrando menor dinamismo; por ejemplo, las empresas IMMEX –aquellas que operan con un programa de fomento a las exportaciones– pueden estar cerrando el año 2019 con exportaciones cercanas a los 236 mil millones de dólares. Importante este monto porque las ventas al exterior de esas compañías representan un 56 % de las exportaciones totales del país y un 62 % de las exportaciones manufactureras.

Reconsiderar la ruta para crecer

Hasta ahora, para el 2020 varias organizaciones anticipan una tenue actividad, además de que no se considera que el PIB pueda crecer al 2.0 %, como lo supone la SHCP cuando estimó los ingresos públicos para el año que comienza. Las previsiones del PIB van desde expectativas que apenas rebasan el 0.5 % hasta otras que están entre 1.5 y 2.0 %. Pero, ¿pudiéramos crecer más que en el 2019 e incluso a un 2.0 %? Sí.

Hay varias propuestas para que nuestra economía crezca más:

  • fortalecer el Estado de derecho sin omitir lo mismo en la procuración y administración de justicia
    reforzar las finanzas públicas, no endeudarse pero tampoco malgastar, diseñando una reforma fiscal que permita incrementar la base de los contribuyentes y aumentar el porcentaje de recaudación. Si bien no se quiere aumentar impuestos, está la posibilidad de ir ajustando tasas para productos y servicios que tienen tasa cero o están exentos de pago del IVA e incluso revisar los pagos locales de tenencia vehicular y predial
  • generar mayor confianza en el sector privado, definiendo con certidumbre y sin cambio en la marcha de las reglas del juego, y
    reaccionar de inmediato a los cambios y tendencias mundiales

Tema medular esto último. Es imprescindible la confianza y participación de la iniciativa privada, considerando que un 83 % de la economía nacional la mueve el sector privado. Por más acciones que instrumente el gobierno en torno al gasto público, solo va a moverse el 1 % de la economía. Por eso es necesario generar confianza para que quienes producen esas cuatro quintas partes de la economía impulsen el crecimiento.

Adicionalmente para el año que inicia deberemos estar pendientes de varios aspectos, tanto internos como externos. Empecemos por los segundos. El desempeño de la economía de EUA. Si la industria norteamericana adquiere un rumbo negativo, va a afectar a las exportaciones mexicanas y a frenar uno de los pocos sectores dinámicos que aún tenemos. Otro aspecto es el T-MEC, pues si se logra la ratificación, se respaldará la certidumbre y ello favorecería la atracción de inversiones productivas; por ejemplo, en la manufactura de exportación.

En cuestiones internas, están el desempeño del gasto público, particularmente de la obra pública; un ritmo más rápido en el ejercicio del gasto puede conducir a ganar algunas décimas en el crecimiento. Los proyectos de infraestructura: requerirán de alta inversión privada y habrá un impulso significativo para la construcción y muchas actividades que de ella dependen. Un tercer punto es respecto a Pemex y sus resultados productivos y financieros: si la producción de crudo crece de acuerdo con las previsiones, las calificadoras podrían dar más tiempo a la petrolera antes de bajar una nota y/o quitarle el grado de inversión, lo que propiciaría turbulencia financiera y desestabilizaría las bases macroeconómicas.

Vinculante a las personas, el gasto del consumidor es relevante. Hay familias mexicanas que en el 2019 mejoraron su ingreso real, por efecto del crecimiento de los salarios por arriba de la inflación y de la histórica alza de las remesas. No obstante, lo incierto sobre el futuro ha conducido a que gasten con mayor cautela, sobre todo en las compras de bienes de consumo duradero. Y por último, pero quizás el más importante elemento: que sean claras las señales que mande el gobierno, sin ambigüedades, para que consumidores y empresarios diluyan la desconfianza y propicien mejores efectos económicos.

Lo esperado

Conviene regresar al entorno mundial, por la importancia de nuestro país como economía, y en el caso de las empresas IMMEX como principal motor de la manufactura de exportación. En el 2020 la comunidad internacional se va a enfrentar a tres grandes desafíos:

  • los retos que plantea el cambio climático
  • un entorno global geopolíticamente complejo, y
  • la desaceleración de la economía

Paulatinamente la economía mundial va frenando y crecerá más lento, en buena parte por las políticas nacionalistas y medidas (contramedidas proteccionistas) para alcanzar un 3 %, que sería el menor nivel registrado desde la Gran Recesión En el 2018, según el FMI, se creció 3.6 % y para el 2020 se espera 3.4 %. La OCDE se suma al escenario de menor crecimiento; por ejemplo, estima que este año la economía mundial va a crecer en 3.0 %, 0.6 puntos menos que en el 2018. El crecimiento promedio de los países del G20 será de 3.2 %, y de los de la eurozona de 1.0 %. EUA crecería en 2.0 %, China en 5.7 % y Japón en 0.6 %. La estimación que hace la OCDE para México es de 1.30 % con proyección a la baja.

A esas cifras poco alentadoras hay que sumar la aparición de tecnologías disruptivas por lo que la velocidad de adaptación se hace cada vez más corta. Ahora –y en el futuro próximo– la punta de lanza está en la velocidad de los procesos, en la industria 4.0 a la que deben ir migrando las empresas IMMEX. Pero también a nivel político deberemos estar atentos en este 2020: el entorno se va a caracterizar por el auge de los populismos y autoritarismos, los cuales generarán incertidumbre política que pudiera derivar en decisiones imprevisibles por parte de países y gobiernos.

De ahí que en esta colaboración tengan que retomarse dos aspectos externos sobre EUA: su política comercial y su nueva concepción del T-MEC. Deberemos tener presente que registramos el 14.9 % del total de comercio exterior de esa nación, contribución por arriba de la participación de países como Canadá (14.8 %), China (13.5 %), Japón (5.3 %), Alemania (4.5 %), Corea del Sur (3.2 %), Reino Unido (3.2 %), Francia (2.3 %), India (2.2 %) y Taiwán (2 %). Unos datos más: entre enero y septiembre del 2019 los envíos mexicanos a territorio estadounidense registraron cifras históricas, al reportar un acumulado de 270 mil 252 millones de dólares, un aumento de 5 % anual. En contraste, el monto de las importaciones fue de 194 mil 104 millones de dólares, cifra inferior en 2.1 % respecto al mismo periodo del año anterior.

Ahora retornemos a uno de los elementos para crecer: el fiscal. Hay un problema de liquidez de corto plazo del gobierno federal, pues además de definir fuentes de ingresos para contablemente cuadrar el debe y el haber, y de recortar sin elementos técnicos el gasto público, se espera que el ingreso público como porcentaje del PIB disminuya este año respecto al 2019. Luego, si queremos recuperar el crecimiento perdido del 2019 y encaminarnos a tasas superiores al 1 % y 2 %, debe avanzarse en la reducción del tamaño del sector público y solo incrementar el gasto en aquellos segmentos y actividades en los que se obtenga un beneficio económico.

El motor exportador

Incluida la agroindustria y los servicios como turismo, para el sector exportador debe ser reforzada la competitividad. Particularmente las empresas con programa IMMEX han de ser reevaluadas por sus aportaciones económicas, sociales y regionales. ¿Por qué mantener e impulsar este programa? Porque hay varios puntos que las compañías vinculan con el recién anunciado “Decálogo de la Nueva Política Industrial” por la SE.

Enseguida se exponen las razones vinculadas con él.

Gobierno federal vía SE

Punto Decálogo

Empresas de exportación

Promover una mayor competencia

1

Tienen alta capacidad de promover una mayor competencia económica transfiriendo capacidad tecnológica con prácticas mundiales de productividad

Aprovechar la apertura comercial para fortalecer los encadenamientos productivos que aumenten el contenido nacional

2

Forman la industria mexicana que mejor sabe aprovechar la apertura comercial para fortalecer los encadenamientos productivos y aumentar el contenido nacional

Impulsar una mejora regulatoria en los tres niveles de gobierno para reducir el costo regulatorio y facilitar su cumplimiento

3

Cumplen e impulsan la mejora regulatoria en los tres niveles de gobierno

Generar un entorno de negociación amigable que dé certidumbre y atraiga mayores flujos de inversión

4

Las empresas de esta industria de exportación generan un entorno alentador y atrae mayores flujos de inversión nacional y extranjera

Alentar el crecimiento de las Pymes y el contenido nacional para producción de bienes y servicios que demanda el gobierno a través de las compras de gobierno

5

Alientan el crecimiento y el desarrollo industrial del país

Fomentar la digitalización del sector manufacturero e impulsar la industria 4.0

6

Las empresas están incorporando procesos de digitalización y procesos considerados en la industria 4.0

Modernizar procesos de normalización e impulsar la infraestructura de la calidad

7

Liderean la modernización y los procesos de calidad

Propiciar una economía de la salud para aumentar la productividad y competitividad

8

Favorecer la economía de la salud, como elemento esencial para aumentar la productividad y la competitividad del país

Aumentar el financiamiento de la banca de desarrollo a proyectos industriales con una mayor coordinación entre la SHCP, SE y otras dependencias federales

9

Los indicadores de productividad en la industria IMMEX, son capaces de motivar a unidades económicas al uso del financiamiento de la banca de desarrollo para proyectos industriales

Incentivar los proyectos industriales en las regiones más rezagadas del país

10

Porque por 53 años vienen incentivando y potencializando los proyectos industriales en las regiones más rezagadas de México

   Conviene dar unos datos de las empresas IMMEX respecto a lo nacional. En octubre pasado el INEGI señalaba que el salario base de cotización de los trabajadores registrados independientemente del sector afiliado fue de 373.2 pesos por día, lo que representó un aumento de 6.4 % con respecto al mismo mes del 2018; si se eleva a 30 días, el salario base mensual es de 11,196 pesos. Ahora bien tomando el salario medio de la IMMEX –que para agosto fue de $12,796 en unidades manufactureras y $12,935 en establecimientos no manufactureros– significa que este tipo de compañías pagan entre 14.05 % y 15.53 % más.

Continuando con datos del IMSS, señalaba el Instituto que los patrones registrados en octubre fueron un millón tres mil cuarenta y seis (1,003,046); suponiendo que el mismo número de 6,377 IMMEX de agosto permaneció en octubre, entonces ese tipo de empresas exportadoras significaban solamente el 0.64 %, pero son las principales generadoras de divisas en el país, además de dar empleo subcontratado o directamente empleado para 3 millones 59 mil 344 personas.

Panorama manufacturero

Ahora ampliemos el espectro al sector manufacturero. Hablar sobre la evolución de las manufacturas mexicanas en el año 2020 y el corto plazo, requiere tomar en consideración cuando menos dos factores. Un primer elemento es en el sentido de que la industria manufacturera en los EUA tuvo altibajos el año pasado, con disminuciones durante el primer semestre del año y solo un modesto aumento en la segunda mitad. Derivado de ello existe la probabilidad de que ese dinamismo inmovilice la actividad manufacturera en México, y por ende, a la IMMEX. Por desgracia, los indicadores basados en encuestas con gerentes de compras estadounidenses del sector manufacturero mostraron una tendencia declinante durante 2019 y en el horizonte no se ve un cambio en ese sector estadounidense. 

Otro factor de impacto en la manufactura es el no término de las diferencias en materia comercial entre EUA y China, que han afectado las cadenas de proveeduría –incluida la mexicana– y pudieran seguir afectándose tanto la industria manufacturera estadounidense como la mexicana que es la que aporta gran parte de los bienes adquiriros por ese país. Por lo mismo, se piensa que aunque siga el aumento de la participación de México en sus compras, puede encontrarse con una contracción en el valor de las exportaciones mexicanas.

Consideraciones finales

Para terminar, las diferencias entre China y EUA permeando al resto del mundo, provoca que las compras en el exterior (las importaciones) metan freno y el comercio internacional haya retrocedido hasta ahora un 2.0 %, independientemente de que industrias mundiales, como la automotriz, se están enfrentando con cambios estructurales que están aumentando los costos  y restringiendo las ventas: la tecnología, los nuevos materiales, el cuidado al medio ambiente y el uso de aplicaciones para evitar manejar, entre otros, están generando un giro manufacturero y exportador. Por tanto, las manufacturas, las exportaciones y como país tendremos que reaccionar de inmediato a estas tendencias.

 


La actividad de nuestro país en materia de acuerdos comerciales durante 2019 estuvo centrada en el seguimiento al proceso de aprobación en los Estados Unidos de América (EUA), del nuevo Tratado México, Estados Unidos y Canadá (conocido como T-MEC), acuerdo que el Senado de la República aprobó en junio.

Sin duda, la sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por el T-MEC tiene una profunda implicación en la economía y la dinámica del comercio exterior de nuestro país, por la importancia de la relación comercial con los EUA (según cifras del Buró del Censo de dicho país, en septiembre de 2019, México se colocó como su principal socio comercial, desplazando a China, con un valor total de comercio exterior acumulado en el año de 464,400 millones de dólares)1. Una relación de enorme valor para México que, sin embargo, puede ser cuestionada, por la falta de diversificación de las exportaciones de nuestro país hacia otras naciones, incluso aquellos con los que se han suscrito acuerdos comerciales.

Al enfoque principal en el T-MEC que vivimos en 2019, debemos también considerar otros aspectos en materia de acuerdos comerciales que surgieron en el año, no solo en nuestro país, sino en el mundo. Resulta interesante observar como en el panorama internacional, se conforman nuevos bloques a través de procesos de negociaciones comerciales que son reflejo de la actual política comercial seguida por las mayores economías del mundo.

El caso de EUA, con una política que busca disminuir el déficit comercial que mantiene, fomentar el desarrollo económico doméstico y lograr acuerdos comerciales “más balanceados”. En 2019, no solo se vivió el proceso de aprobación legislativo del T-MEC, sino que también marcó la entrada en vigor del acuerdo “renegociado” por la administración Trump con Corea.

Relacionado con la influencia de los EUA en la política de negociaciones internacionales, si bien entró en vigor el 30 de diciembre de 2018, es fundamentalmente en 2019 cuando se inicia la aplicación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT).

Recordamos que a la salida de los EUA del proceso de aprobación del entonces Acuerdo de Asociación Transpacífico (conocido como TPP por sus siglas en inglés), los otros 11 países que lo negociaron decidieron seguir adelante con la iniciativa y dar vida al TIPAT.

El TPP, en su momento, fue visto por los EUA como una iniciativa que favorecería la influencia de ese país en la región Asia–Pacífico. Al abandonarlo, su lugar fue cubierto por China, con otro de los procesos de negociación internacional más relevantes de 2019, la Asociación Económica Integral Regional (conocida como RCEP por sus siglas en inglés).

Otras iniciativas relevantes en 2019 incluyen la entrada en vigor de un tratado de libre comercio (TLC) entre la Unión Europea (UE) y Japón (en febrero) y las negociaciones con miras a adoptar un acuerdo comercial entre dicho bloque y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Los procesos de negociación, no desprovistos de influencia política, también nos llevan a considerar el impacto que tendrá la salida del Reino Unido de la UE, en la cobertura del comercio exterior al amparo de acuerdos comerciales.

Finalmente, en 2019 nuestro país inicia un proceso de negociación con Ecuador con miras a suscribir un TLC.

Con los antecedentes indicados podemos identificar una agenda interesante en materia de acuerdos comerciales que 2020 nos presenta.

Lo que esperamos para 2020

Como lo hemos expresado, por la importancia que tiene para nuestra economía, el proceso de entrada en vigor del T-MEC ocupará un lugar principal en la agenda de acuerdos comerciales en 2020.

No solo es que concluyan los procesos de aprobación del acuerdo en los EUA y Canadá, sino que también se deberá estar atento al impacto que para algunos sectores, como el automotriz, tendrá la adopción de nuevas reglas de origen.

Desde el aspecto formal, el T-MEC entrará en vigor a los tres meses después de la fecha en que las partes integrantes (México, los EUA y Canadá) notifiquen la conclusión de sus procesos de aprobación legislativos internos. Para esa fecha, disposiciones que complementan al acuerdo, como lo son las Reglamentaciones Uniformes, también deberán estar concluidas.

Al aspecto formal, debemos sumar la necesidad que tendrán tanto importadores, productores y exportadores de conocer las nuevas reglas del juego, en el entendido de que el T-MEC no necesariamente retomará las reglas de origen previstas en el TLCAN y sí introducirá cambios significativos en materia de certificación de origen de las mercancías.

A la par del T-MEC, otros aspectos que pueden resultar relevantes en 2020 en materia de negociaciones comerciales con miras a suscribir nuevos acuerdos comerciales por nuestro país son las siguientes.

Bilaterales

La posibilidad de iniciar un proceso de negociación con el Reino Unido, con la finalidad de eliminar el impacto en el comercio que tendrá la salida de dicho país de la UE.

Reino Unido ha anunciado su interés de negociar acuerdos comerciales que la Unión Europea ha suscrito con diversos países, ante su salida de este bloque económico. Hasta la fecha, ha concluido la negociación con Centroamérica, Colombia, Perú, Ecuador y Chile; en tanto que solo se ha expresado el interés de iniciar un proceso de negociación con Canadá y con nuestro país.

Al momento en que el Reino Unido abandone la UE, los acuerdos ya concluidos entrarán en vigor; en tanto que, en el caso de Canadá y México, esperamos que durante 2020 se siga el proceso de negociación de los acuerdos bilaterales respectivos.

Reanudación de negociaciones

La continuación del proceso de negociación para suscribir un tratado de libre comercio (TLC) con Ecuador.

Ecuador, miembro de la Comunidad Andina de Naciones (en la que actualmente participa con Bolivia, Colombia y Perú), mantiene un acuerdo de complementación económica de alcance limitado con nuestro país (el Acuerdo de Alcance Parcial de Renegociación número 29 en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración). Con el anuncio del inicio del proceso de negociación con este país, debemos esperar que las negociaciones tengan lugar durante 2020, con la finalidad de profundizar y generalizar las preferencias arancelarias concedidas entre ambos países y para incluir otras disciplinas comerciales en el TLC.

Acuerdos actuales

En materia de acuerdos comerciales existentes, además de la esperada entrada en vigor del T-MEC, 2020 presenta los siguientes aspectos relevantes:

Retomar la iniciativa de modernizar el  TLC con la UE

México fue el primer país en el continente americano en suscribir un acuerdo comercial con la UE; en 2020 se cumplen 20 años desde su entrada en vigor.

Desde ese momento, la UE continuó con su política de negociación de nuevos acuerdos comerciales con países americanos, con una evidente evolución de las reglas previstas en esos acuerdos comerciales (como lo son la simplificación en las reglas de origen, en los procesos de certificación, y la adopción de figuras como la acumulación regional).

Desde 2018, la Comisión Europea publicó el texto propuesto del acuerdo modificado, el cual contiene cambios sustanciales en cuanto al tratado en vigor. Sin embargo, desde su publicación a la fecha, poco se ha avanzado en el proceso de su adopción.

La modernización del tratado con la UE favorecerá la diversificación de mercados de nuestro país y permitirá que México no se encuentre en desventaja, en relación con las reglas adoptadas por la UE Europea con naciones de este continente en acuerdos recientes.

Entrada en vigor del TIPAT con otros países

El TIPAT entró en vigor el 30 de diciembre de 2018, con seis países partes que concluyeron sus procesos internos de aprobación: Australia, Canadá, Japón, México, Nueva Zelanda y Singapur, a los que se sumó Vietnam el 14 de enero de 2019.

Por problemas políticos internos, procedimientos pendientes de agotar y cuestionamiento del propio acuerdo, cuatro países que negociaron el acuerdo no lo han ratificado: Brunei, Chile, Malasia y Perú. A la espera que los problemas internos concluyan en 2020, los países indicados pueden ratificar el acuerdo.

Particularmente, Chile avanzó en el proceso de ratificación del acuerdo a inicios de 2019; pero se encuentra dentro de un debate público entre quienes lo aprueban y quienes están en contra. Probablemente, no forme parte de las prioridades inmediatas del gobierno chileno el concluir el proceso de ratificación.

Para Perú, no se han concluido los procesos internos para su ratificación, incluyendo el pronunciamiento de los ministerios que tienen injerencia en el acuerdo.

En el caso de Malasia, el acuerdo ha sido cuestionado por funcionarios de su propio gobierno, y se espera una decisión del gabinete para determinar si se avanza o no en el proceso de ratificación.

Finalmente, Brunei ha expresado su interés de ratificar el acuerdo en 2020.

De tal forma que, en el caso de que Malasia y Brunei concluyan sus procesos de ratificación, ambos se sumarían a la lista de países con los que México ha suscrito un TLC; en tanto que, de ser ratificado por Chile y Perú, los importadores y exportadores de bienes a dichos países, se encontrarían con el escenario de poder aplicar tres acuerdos comerciales:

  • los bilaterales
  • la Alianza del Pacífico (que incluye también a Colombia), o
  • el CPTPP

Procesos de negociación bajo Alianza del Pacífico

Algunos países han expresado su interés de ingresar a la Alianza del Pacífico o suscribir TLC´s con dicho bloque.

Es el caso de Corea, quien ha externado dicho interés, implicaría que suscriba acuerdos bilaterales con los países partes del acuerdo.

A la fecha, Corea mantiene acuerdos comerciales con Chile, Colombia y Perú, las otras partes del acuerdo, excepto con México. Para permitir el acceso de Corea a la Alianza del Pacífico, sería necesario que dicho país inicie un proceso de negociación con el nuestro, con miras a firmar un TLC. En 2020, puede marcar el inicio del proceso de negociación de un tratado con Corea para facilitar su acceso a la Alianza del Pacífico.

Otra nación que también lo manifestado su interés de negociar un TLC con la Alianza del Pacífico es Singapur, por lo que 2020 puede representar el inicio del proceso de negociación.

Seguimiento de otros TLC

En el panorama externo, considerando los procedimientos de negociación internacional en los que no participa México, durante el 2020 será conveniente observar la evolución de los siguientes acuerdos:

Asociación Económica Integral

Este también es conocido como RCEP por sus siglas en inglés, y se trata de un acuerdo comercial lidereado por China, que se consideró una alternativa al TPP (promovido en su momento por los EUA) y que recibió un impulso en el momento en que la administración Trump decidió abandonar el proceso de aprobación del TPP.

El proceso de negociación del RCEP, iniciado en 2012, concluyó en noviembre de 2019, involucrando a 15 países, algunos de los cuales también negociaron el CPTPP.

Australia, Brunei, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam (que negociaron el CPTPP), en conjunto con Camboya, China, Corea, Filipinas, Indonesia, Laos, Myanmar y Tailandia, son Partes de este acuerdo, el cual se espera que entre en vigor en 2020.

De ser ratificado, en nuestra opinión, la influencia de China en la región Asia–Pacífico se fortalecerá, en detrimento de la presencia de los EUA en la zona, a la vez que lanzará un mensaje a la comunidad internacional en pro de libre comercio.

Acuerdo comercial UE – MERCOSUR

En los últimos años, hemos sido testigos de la enorme influencia de los cambios políticos en los TLC´s tanto en vigor, como en proceso de negociación.

El viraje en materia de política interna y externa de un país puede provocar retrasos o incluso, abandono de los procesos de adopción de acuerdos comerciales.

Ejemplos de lo anterior los hemos vivido en nuestro país, un cambio:

  • en la política de los EUA llevó a un proceso de renegociación del TLCAN, y a la adopción de un acuerdo que rescatara al TPP ante el abandono del proceso de ratificación por esa nación
  • en su momento, en el gobierno argentino, motivó el inicio de negociaciones con México para ampliar el acuerdo de complementación económica que actualmente ambos países mantienen bajo la ALADI
  • en la política comercial de Ecuador, motivó el inicio de negociaciones con nuestro país

Atento a ello, el panorama político de Sudamérica puede también influir el proceso de adopción del acuerdo comercial entre la UE y el MERCOSUR (conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), por lo que el 2020 puede presentar un corto avance con miras a que este acuerdo comercial entre en vigor.

De hecho, la propia permanencia del MERCOSUR de la manera en como se ha conformado en las últimas décadas podría estar en riesgo, en caso de que las tensiones entre los gobiernos de Argentina y Brasil permanezcan.

Comentario final

De lo anterior, podemos derivar que el 2020 se nos presenta como un año de retos importantes para nuestro país, como será la eventual sustitución del TLCAN por el T-MEC; con nuevas iniciativas, como los procesos de negociación con Ecuador, el Reino Unido y Corea, además de las iniciativas a nivel internacional que sin duda marcarán los procesos de negociación que se desarrollen, como ocurrirá con la entrada en vigor del RCEP y con la influencia de los cambios políticos en Sudamérica en los procesos de negociación comercial.

 


La relación actual comercio-tecnología involucra distintas prácticas, debido al grado de involucramiento en la relación humano-Internet1 que conlleva, es así que el intercambio de mercancías, bienes o servicios pasó de realizarse de sujeto a sujeto y actualmente se da entre una persona y un ente meramente electrónico; este cambio de paradigma cuyo ritmo de crecimiento durante la última década ha sido acelerado, nos coloca ante un panorama novedoso que requiere de una obligada reflexión respecto al futuro inmediato del desarrollo del comercio que con mayor frecuencia se realiza a través de Internet y que ha recibido el nombre de comercio electrónico, hecho que sin duda nos posiciona frente a retos como crear un marco normativo a nivel interno e internacional sólido y adecuado que responda a las necesidades de los sujetos que participan en este tipo de transacciones, proveedores y consumidores.

Tomando en consideración las características propias de esta modalidad comercial, esta se puede concebir como aquellas operaciones comerciales de bienes, servicios e información realizadas por personas físicas o morales, a través de medios electrónicos de comunicación utilizando mercados virtuales.

En este contexto, resultan de gran interés las cifras arrojadas por el Reporte de industria: el eCommerce en México 2019-2020, elaborado por BlackSip, documento que pone en manifiesto la acelerada digitalización de nuestro país y la forma constante y rápida en que se ha posicionado el comercio electrónico año con año, incluso por encima de Brasil que es el país de América Latina líder en comercio digital, el cual se ha quedado atrás por casi seis puntos porcentuales; derivado de ello es que las expectativas de crecimiento no solo para 2020, sino para los siguientes tres años son prometedoras, ya que de acuerdo con los resultados de esta investigación, los internautas mexicanos son más activos en el uso de Internet que el resto de América Latina, pues se sabe que de los 127.7 millones de habitantes en México aun cuando solo 88 millones tienen acceso a Internet (el 66.5 %), de esa población activa, el 78 % ingresa a la red todos los días, el 15 % al menos una vez a la semana y el 5 % una vez al mes; esto demuestra que nuestro país tiene todo el potencial para ser líder en este tipo de comercio en América Latina, pero se debe trabajar durante el próximo y los siguientes años para lograr una mayor tasa de penetración de Internet en la población2.

De las cifras anteriores, entre otras cosas, salta a la vista la necesidad de crear la infraestructura necesaria para que todos los sectores de la población en nuestro país tengan acceso a Internet, y por ende, a las transacciones electrónicas en un tema de equidad social.

Por su parte la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) indica que los mexicanos están más propensos a interactuar con publicidad online, buscar información y comprar productos en proporciones más altas que las personas de otros países de América Latina, lo que demuestra que la ruta de desarrollo para alcanzar el objetivo está identificada pues se conocen las tres categorías líderes del Internet retailing que han sido constantes desde 2013 hasta el año actual y que continuarán siendo en 2020: electrónica de consumo/tecnología, productos multimedia y moda/ropa/calzado3, además, esta misma asociación señala que tres de cada 10 (33 %) de las pequeñas y medianas empresas en nuestro país actualmente realizan transacciones online (mediante redes sociales, sitios web o marketplaces) destacando el hecho de que de ese porcentaje, el 45 % ha implementado durante el presente año esta estrategia de venta4.

Es un hecho que el crecimiento del comercio digital y la cultura de la compra electrónica ha contribuido a consolidar esta modalidad de compra y venta, por lo que las compañías de todo el mundo, incluidas por supuesto las mexicanas, han evolucionado y continuarán haciéndolo a fin de lograr mantener y captar la atención de los clientes, pues reconocen la exigencia de mejorar las condiciones generales y controles de seguridad de las ventas por Internet.

Con el conocimiento de estos datos y de la proyección hacia la que se dirige esta forma de comercializar, nuestro gobierno y las políticas comerciales no se pueden mantener distantes y estáticas ante la imperiosa necesidad de la creación de un marco regulatorio sólido en materia de comercio electrónico, que garantice la seguridad, una buena experiencia en la compra y venta a través de transacciones en línea, impidiendo además que estas forma de comercializar se convierta en competencia desleal para el comercio tradicional, propiciando que logre el cumplimiento de las obligaciones en materia fiscal de quienes intervienen en este proceso, ya que de acuerdo con las cifras de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo cada año se dejan de recaudar más de tres mil millones de pesos por lo que urge armonizar las normas para calcular e imponer una correcta tributación a estas transacciones; no se debe perder de vista que esto en conjunto se traducirá en un crecimiento y fortalecimiento económico para la industria.

En reconocimiento de la realidad que nos ofrece el auge del comercio electrónico, sabidos del incremento en cuanto a su uso actual y futuro, así como los retos y desafíos en materia legal, se debe prestar atención además de los aspectos enunciados con anterioridad, a otros más que se resolverían con una regulación adecuada y que hoy día se ubican en una especie de limbo jurídico, específicamente en lo que se refiere al tratamiento de la información de los participantes en estas transacciones, por un lado la privacidad de los datos personales y por otro, la implementación de métodos de pagos seguros de fácil utilización blindados contra fraude o robo de identidad, entre otros delitos cibernéticos.

Finalmente, otro punto importante que debemos resolver como futuros posibles líderes de América Latina en esta materia es el de establecer mecanismos efectivos de solución de controversias tanto para consumidores, como para proveedores de Internet, cuyo fin sea brindar seguridad jurídica y resolver los conflictos que deriven de problemas en las contrataciones realizadas por medios electrónicos, lo que dotará de confianza a usuarios y promoverá las operaciones electrónicas.

Reflexiones Finales

México tiene todo el potencial no explotado para ser líder de América Latina en materia de comercio electrónico, así lo demuestran su desarrollo creciente y acelerado, por lo que debemos estar preparados como país tanto en infraestructura tecnológica, como normativa.

Como respuesta ante las nuevas tendencias del comercio en línea es necesario establecer reglas claras a través de marcos normativos e instrumentos nacionales que prevean supuestos controversiales generados a partir de esta forma de transacción; los cuales deben por un lado permitir el desarrollo del mismo y dotar de certeza jurídica tanto a consumidores, como a comerciantes.

La regulación de las transacciones comerciales que se desarrollan a través de medios digitales se ha visto superado por la forma acelerada en que los medios han abordado esta nueva modalidad de comercializar bienes, información y servicios; por lo que resulta imperioso contar con mecanismos que atiendan las necesidades actuales y sienten las bases para lanzar una plataforma de negocios electrónicos mexicanos para empresas y consumidores.


El mundo y nuestro país están atravesando, sin duda, por lo que se conoce como cambio de época, y no solamente época de cambio; en materia política sobran muestras en el panorama internacional para afirmar lo anterior si se revisan a algunos de los jefes de estado y de gobierno que han arribado al poder, igualmente en el ámbito económico se tienen a la vista eventos que plantean la necesidad de revisar las posturas que en este rubro se han seguido en los últimos 30 años y definir qué modelo es el mejor, en el escenario jurídico la situación se vuelve cada día más confusa entre optar por la aplicación estricta de la norma o por la negociación a conveniencia; asimismo dentro del espectro comercial se vislumbra la forma de cambiar radicalmente las estrategias para realizar negocios y, todo esto se refleja en el campo social en donde se torna compleja la convivencia apropiada y prudente.

Las reflexiones anteriores cobran relevancia si se pretende analizar cuál es el contexto en el que, una de las actividades más importantes para México, como lo es el comercio exterior, se va a desarrollar en el 2020.

Gran cantidad de temas podrían abordarse para llevar a cabo dicho análisis, toda vez que el comercio exterior se vincula con prácticamente todos los componentes políticos, económicos, jurídicos y sociales de este país, por lo que con el ánimo de ser concretos y objetivos, se desarrollarán estos comentarios atendiendo al siguiente orden, aclarando antes que los mismos dependen de dos asuntos fundamentales, el:

  • momento en que se plasman estos comentarios, y
  • estricto tratamiento técnico de los mismos

El contenido a abordar es sobre: la guerra comercial; el T-MEC; la reforma fiscal con impacto aduanero; los nuevos incoterms; el proyecto de nueva ley aduanera; las reglas generales de comercio exterior, y el TIPAT.

A comentar los aspectos básicos de la temática expuesta se dedican los comentarios que se incluyen en seguida.

Guerra comercial 

La guerra comercial iniciada por el presidente de los Estados Unidos de América (EUA) en marzo de 2018 y que a la fecha sigue vigente se puede analizar considerando tres frentes principales, el de China, el de la Unión Europea (UE) y el de México.

En estos escenarios las causas y las motivaciones han sido variadas y muy distintas.

Cabe señalar que el considerar que esta guerra solo se refiere a aranceles resulta inapropiado e incluso erróneo.

Con China la batalla principal inicia en julio de 2018 cuando los EUA imponen aranceles de 34 mil millones de dólares a aplicar en un año, primordialmente a bienes intermedios como artículos electrónicos, a lo que China contraataca con cargas fiscales a productos agrícolas de origen estadounidense.

En mayo del 2019 los EUA multiplican aranceles por hasta 200 mil millones de dólares y China hace lo propio hasta por una cantidad de 60 mil millones de dólares, ampliando el espectro de productos afectados.

En apretado resumen, los flujos comerciales de China a los EUA han caído un 10 % y más de 400,000 empleos se han puesto en riesgo. El anunciado Acuerdo para terminar la guerra aún se encuentra en discusión.

Pero mientras el caso de China tiene que ver con razones geopolíticas (la ruta de la seda, por ejemplo), y con causas de déficit en la balanza comercial, el caso con la UE, es diferente ya que deriva, en algún punto, de una decisión de la Organización Mundial del Comercio que descubre subsidios a la empresa aeronáutica Airbus en perjuicio de Boeing y autoriza a EUA a gravar con 11 mil millones de dólares a productos europeos como el acero, salmón y quesos.

El caso mexicano inicia en junio de 2018 cuando el gobierno estadounidense aplica un arancel del 25 % al acero de nuestro país y del 10 % al aluminio, violando disposiciones contenidas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), e invocando la Ley de Expansión Comercial local en lo tocante a aspectos de seguridad nacional, a lo que México responde con aranceles retaliatorios.

Dichos aranceles se eliminan en mayo del 2019, para dar lugar a la etapa final de la ruta del TMEC, pero inmediatamente se pasa a la amenaza de arancelizar a todos los productos mexicanos a partir de junio del mismo año con el argumento de la migración ilegal y con base en otra ley local en los EUA, la Ley de Poderes Económicos para Emergencia Internacional a lo que el gobierno mexicano cede colocando a la Guardia Nacional en ambas fronteras, para contener el flujo migratorio.

Cabe señalar que una gran cantidad de asuntos relativos a esta guerra comercial no se refieren a aranceles, sino a cuotas compensatorias derivadas de prácticas desleales de comercio internacional que la autoridad comercial estadounidense ha descubierto de mercancías originarias de China, India, Corea del Sur y Tailandia, entre otros países. La guerra comercial genera incertidumbre en el desarrollo de negocios, por lo que de no haber acuerdo la perspectiva no es buena, por más que se diga que algunos productos mexicanos pueden ocupar el espacio dejado por productos chinos.

T-MEC

Este instrumento comercial que substituiría al TLCAN inició su proceso en mayo del 2017, para lo que se efectuaron siete rondas de negociación, terminando el referido proceso en noviembre del 2018, con la firma de los titulares del poder ejecutivo de cada uno de los tres países, pero pendiente aún la ratificación del poder legislativo de Canadá y EUA.

De los 34 capítulos de los que consta este tratado destacan los referentes a Pymes, Comercio digital, aspectos laborales y medidas anticorrupción.

Asimismo, el tema relativo a reglas de origen y a procedimientos aduaneros representan asuntos de toral importancia.

Como apretado resumen destacarían las siguientes novedades:

  • libertad sindical como condición de negociación comercial
  • las plataformas digitales no son responsables de la información cargada en su sistema
  • aumento de contenido originario en el sector automotriz incorporando el concepto VCL (Valor de Contenido Laboral)
    absoluta libertad en servicios financieros, y
  • existencia de la Cláusula Sunset

A la espera del juicio de destitución del presidente de los EUA y utilizado como arma electoral, una incertidumbre importante rodea a este mecanismo de integración comercial en cuanto a su aprobación legislativa, lo que origina una perspectiva poco favorable.

”A pesar del protocolo modificatorio del tratado firmado por representantes de los poderes ejecutivos de los tres países, que otorga certeza jurídica, queda aún pendiente la ratificación legislativa que se espera ocurra en el primer trimestre del 2020”.

Reforma fiscal con impacto aduanero 

Como es sabido la presente administración ha impulsado una reforma fiscal riesgosa referente a aplicar un proceso de prisión preventiva oficiosa en el caso del delito de contrabando y su equiparable, determinando la querella correspondiente y cuando el monto de la omisión de contribuciones y cuotas compensatorias sea mayor a $1,243,000.00, entre otros supuestos monetarios.

Resulta preocupante desde la visión penal, el que la autoridad pueda determinar sin haber comprobado el delito, que el presunto responsable siga el juicio privado de su libertad, así como la discrecionalidad de la cantidad en contribuciones omitidas para derivar de una infracción a un delito.

Habrá que aguardar la estricta publicación de esta reforma y la interpretación que, de ella, harán los tribunales competentes ante la inminente interposición de medios de impugnación.

Nuevos Incoterms

A partir de enero del 2020, la Cámara de Comercio Internacional (CCI) iniciará la vigencia de los nuevos INCOTERMS que presentan los ajustes que ahora mismo se enlistan, se:

  • elimina el término DAT (Delivered At Terminal), por su imprecisión y la dificultad de definir el concepto “terminal”, y la incertidumbre de en dónde descargar la mercancía
  • crea el término DPU (Delivered At Place Unloaded), que pretende clarificar lo anteriormente estipulado
  • se incorpora como disposición obligatoria para los operadores del comercio exterior informar a sus contrapartes acerca de procedimientos de seguridad aduanal en sus países
  • obliga ahora a informar el tipo de seguro a contratar en los términos CIF y CIP

En la publicación #723 de la Cámara mencionada se detallan las reglas respectivas.

El efecto en el proceso logístico y aduanero para el 2020 concerniente a estos nuevos términos habrá de evaluarse para evitarse riesgos legales y consecuencias pecuniarias.

Proyecto de nueva Ley aduanera

Con el ánimo de que se retome por la presente administración el proyecto de Nueva Ley Aduanera cabe mencionar que algunos aspectos interesantes derivarían de tal norma, como por ejemplo la creación del Instituto Nacional de Formación Aduanera y el Servicio Aduanero de Carrera.

Asimismo, la re-estructuración de los regímenes aduaneros, instalando el depósito fiscal como una modalidad de la importación y la exportación, con todas las repercusiones fiscales inherentes, así como el reacomodo del Recinto Fiscalizado Estratégico como un asunto relativo a zonas especiales, y el reconocimiento de la derogación de los decretos de declaratoria de las zonas económicas especiales, ya que la ley de la materia había creado un tratamiento aduanero específico.

Igualmente, la propuesta de los mecanismos alternativos de solución de controversias para temas aduaneros resultaría novedoso y potencialmente creativo y útil con la participación de los nuevos sujetos denominados mediador, árbitro y perito.

Vale la pena darle seguimiento a este proyecto que también incluye, al fin, un tramo dedicado al comercio electrónico.

Reglas generales de Comercio Exterior 

Habida cuenta de que el 24 de junio del 2019 se publicaron las Reglas Generales de Comercio Exterior, y de que el 3 de octubre y el 22 de noviembre se dieron a conocer la primera y segunda resolución de modificaciones, debe destacarse lo siguiente:

Se indica que la obligación de transmitir a la autoridad aduanera la manifestación de valor entrará en vigor a los 30 días posteriores a que se dé a conocer su formato para el 2020 en el portal del SAT a través de la ventanilla digital, al igual que la obligación de acompañarla de los documentos relativos, entre ellos el contrato de compraventa respectivo, por lo que tal documento se seguirá elaborando en los términos actuales previstos en la regla 1.5.1 contenida en las reglas para el 2018.

Hay que estar pendientes de esta situación, ya que implica costos y riesgos adicionales para los operadores del comercio exterior.

TIPAT

El Tratado de Integración Progresista de Asociación Transpacífico se publicó el 30 de diciembre del 2018 y ha pretendido consolidarse en 2019.

Con la participación de México, Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Malasia, Chile, Perú Japón, Singapur, Vietnam y Canadá, incorpora reglas comerciales novedosas que, para nuestro país nunca habían sido consideradas en este tipo de Acuerdos, tales como las relativas a cooperación, empresas pequeñas y medianas y temas anticorrupción.

Es de destacar la importancia que tiene, derivada de este tratado, el considerar, por ejemplo, qué arancel aplicar cuando un producto se importa a México originario de Chile, toda vez que con ese país se tienen suscritos tres tratados de libre comercio.

Comentario final

Sin lugar a duda las decisiones de índole empresarial se pueden tomar mejor con información, lo que facilita la operación y reduce los riesgos y costos, objetivo central de los comentarios anteriores ha sido ese, brindar mayor información referente a algunas reflexiones acerca de las proyecciones que en materia de comercio exterior y aduanas existen para el 2020.