La situación financiera que está viviendo el país por el comportamiento del tipo de cambio del peso frente al dólar, obliga a las empresas a tomar medidas para aminorar el impacto económico, y ello no es la excepción para las que realizan operaciones de comercio exterior.
La alta volatilidad puede generar efectos negativos para la economía mexicana como la pérdida de competitividad en los mercados externos; por ende, es necesario que las compañías se acerquen a las instituciones financieras y se asesoren sobre aquellos productos que les permitan fijar un tipo de cambio para la fecha de venta o pago de las mercancías de comercio exterior. Por ejemplo, CIBanco ofrece productos de cobertura cambiaria.
Una consecuencia que ocasiona la variación cambiaria es que el costo de las importaciones a nuestro país se incremente gradualmente en proporción al aumento por el valor de las divisas extranjeras –principalmente el dólar y el euro–.
En este caso, los adquirentes de mercancías de procedencia extranjera podrían buscar alternativas para optimizar los recursos de la empresa; esto es, en materia de impuestos de comercio exterior proveerse de insumos, partes y componentes procedentes y originarios de países con los cuales se tienen celebrados tratados de libre comercio, e importarlos con tasas arancelarias preferenciales. Esto en el entendido de que en nuestro país no se produjeran o no se vendieran esos bienes.
Las afectaciones pueden ser múltiples y cada empresa deberá resolverlas de acuerdo con sus necesidades o estrategias, ello en conjunto con los asesores especialistas del ramo de que se trate (financiero, logístico, aduanero, entre otros).
