¿Estamos listos para aprovechar el nearshoring?

Esto pudiera suceder con cadenas de producción poco sofisticadas que utilicen primordialmente insumos importados

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 .  (Foto: iStock)

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que en un acuerdo de la reciente reunión cumbre entre los jefes de Estado de México, Estados Unidos y Canadá, es la creación de un “comité conjunto destinado a la planeación y a la sustitución de importaciones en América del Norte”, lo cual podría significar una oportunidad de crecimiento económico con las condiciones adecuadas, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). 

Explicó que en la coyuntura actual y el futuro previsible el éxito dependerá en buena medida de qué tanto se podrán aprovechar las condiciones que plantea la combinación del efecto en inversión y comercio del TMEC y las tendencias globales actuales hacia una relocalización de las relaciones entre economías afines o compatibles. El llamado “nearshoring”. 

Hay opiniones diversas al respecto. Unas consideran que la relocalización señalada tendrá grandes impactos positivos para el país y otras que sostienen que los beneficios serán marginales.

El éxito de que la relocalización facilite las condiciones para una mayor inversión productiva en el marco del TMEC depende crucialmente de:

1) Qué tanta nueva inversión plasmada en formación de capital productivo, nacional o extranjera, se llevará a cabo efectivamente en México.

2) Qué tanto contenido de valor agregado nacional se podrá generar con esa inversión.

No obstante, advirtió que esto pudiera suceder con cadenas de producción poco sofisticadas que utilicen primordialmente insumos importados. Es decir, principalmente ensamblaje con relativamente bajo valor agregado nacional y situado mayormente en el centro-norte del país, como ha sido en las últimas décadas.

Asimismo, la modernización que hace falta para acompañar al TMEC, aprovechar las oportunidades de la relocalización y permitir la integración de más contenido de valor agregado nacional es amplia. Entre muchos otros, resaltan aspectos como los siguientes:

  1.  Infraestructura moderna que reduzca los costos de transporte a lo largo del país y que permita a las cadenas de oferta integrar el valor agregado de proveedores de diversas regiones a costos competitivos mediante una logística moderna y competitiva;

  2.  Un mercado laboral formal que propicie mayor productividad del trabajo;

  3.  Una política de energía eficiente que garantice la seguridad en la generación, transmisión y distribución de electricidad y la disponibilidad de hidrocarburos a lo largo de todo el territorio nacional; 

  4.  Una coordinación en la regulación económica apropiada en los tres niveles de gobierno, que asegure que las regulaciones y normas signifiquen beneficios para la sociedad mayores a los costos de su cumplimiento, y que evite el exceso de tramitología; 

  5.  Mercados más abiertos a la competencia que faciliten la inclusión de emprendedores y nuevos participantes en ellos. Que permitan la entrada y salida más expeditas de ellos y que puedan contar con mayor acceso al financiamiento a menores costos; 

  6.  Quizá lo más importante es un estado de derecho que asegure la certidumbre de los procesos judiciales, el cumplimiento pleno de la ley y que facilite el abatimiento de la inseguridad pública, los robos y la extorsión.

“Sin duda los acuerdos comerciales son oportunidades importantes para el desarrollo de los países participantes. Pero también es cierto que para aprovecharlos plenamente los países deben trabajar en establecer condiciones y prácticas económicas más cercanas a las de los socios más avanzados. Ese es el caso de México, por lo que debe trabajar fuertemente en ello”, puntualizó el CEESP.