Europa debe transformarse a sí misma velozmente y también, cambiar sus prioridades
Después de los discursos del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y de Pete Hegseth, el Secretario de Defensa estadounidense, los europeos ya no pueden hacerse ilusiones sobre contar con el respaldo de Estados Unidos. El papel protector del país norteamericano en territorio europeo ahora parece ser algo del pasado, advirtió Philippe Waechter, Jefe de Investigación Económica en OSTRUM AM (Afiliado a Natixis IM).
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Al respecto, detalló algunas consideraciones que pueden explicar la ruptura entre Europa y Estados Unidos:
- La primera, es la energía. Europa es muy dependiente de los combustibles fósiles que importa.Este es un mecanismo que Trump busca utilizar para incrementar su dependencia de Estados Unidos. Y deberá ser además un incentivo adicional para continuar desarrollando las energías renovables y volver a reconectar con la energía nuclear para tener la capacidad de producir los bienes y servicios que Europa necesita
- La segunda es la defensa. Este tema, urgente ante la forma de negociaciones para Ucrania, es arduamente debatido actualmente en toda Europa, con un incremento en los presupuestos asignados y un estatus especial de este asunto en la gestión presupuestal
- El tercer tema es un financiamiento más autónomo. La Unión de Mercados de Capital permitiría a Europa reservar ahorro adicional para utilizarse en el continente. Esto genera una necesidad de financiar las demandas de energía y defensa. Esto deberá convertirse también en una fuente de atractivo para los inversionistas y un reforzamiento de la credibilidad de la construcción
- El cuarto aspecto tiene que ver con la innovación y dependencia tecnológica en los Estados Unidos. Las necesidades son considerables y esenciales. Y las iniciativas relacionadas con la Inteligencia Artificial no deben quedar solo en las palabras
Por otro lado, el especialista subrayó que Europa también debe reafirmar sus compromisos con el clima. Donald Trump desea acabar con las restricciones relacionadas con este tema, pero a largo plazo, no tiene la razón. Las empresas europeas que también ven esto como una reducción de las regulaciones en sus actividades deberán pensarlo dos veces.
“Europa debe transformarse a sí misma velozmente y también, cambiar sus prioridades. Deberá además movilizar los recursos que la llevarán fuera de su zona de confort. Al enfrentarse con China y Estados Unidos, deberá calcular la magnitud de su dominio y la necesidad de no ceder a una dependencia que podría resultar fatal”, concluyó.