México es un país de emprendedores, donde la base de la economía son las pequeñas y medianas empresas, por lo que en un futuro lo seguirá siendo pero de una manera digitalizada y con mejores recursos; es decir, con Startups.
Dichas empresas se crean a partir de una base tecnológica, ya sea desde el internet, la inteligencia artificial y la realidad aumentada, cuyo fin es ofrecer soluciones innovadoras a necesidades específicas de la población, creciendo de forma exponencial en su número de clientes o ingresos y sin repercusión a los costos.
El director de Wayra, Gabriel Charles, explicó que son compañías “potencialmente gigantes, que con ayuda de las nuevas herramientas tecnologías pueden crecer de forma exponencial en clientes o ingresos, más no en costos”; es decir, cualquier entidad que resuelve problemas mediante las nuevas tecnologías que puede “acoplar un modelo de negocios innovador”.
Sin embargo, para reducir el riesgo de fracaso, deben integrar un equipo competente, un buen mercado y un buen producto; así como poseer una diversidad de ideas entre los colaboradores y enriquecer el proyecto con la intención de que producto satisfaga al cliente.
Para conseguirlo, deberán incorporar una persona que pueda desarrollar el producto digitalmente, un diseñador, así como alguien que conozca de las estrategias comerciales para venderlo; no obstante, debido a su naturaleza naciente podrían carecer de capital y manejo de personal, por lo cual les convendría relacionarse con alguna aceleradora que las apoye en forma de “mentoria”.
La representante de la Red de Aspen de Emprendedores para el Desarrollo (ANDE), Rosario Uriarte, apuntó que “en otros países, los emprendedores aplican a estos programas en primer lugar por la parte de financiamiento directo. En México aplican pero con otro tipo de objetivos”.
De acuerdo con un estudio de “Iniciativa Global de Aprendizaje de Aceleración” (GALI, por sus siglas en inglés), ANDE y la Universidad de Emory, el 50% de empresas solicitan a las aceleradoras, y aquellas dirigidas por mujeres son cuatro veces menos proclives a recaudar inversión sobre las que están conformadas totalmente por hombres.
“Del 25% que está liderado por mujeres solo el 6% está atrayendo capital de inversión. Estamos viendo una gran diferencia. Mientras a nivel global las mujeres que lideran empresas son dos veces menos proclives a recaudar capital, entonces es alarmante”.