Desde su creación en 2009, el bitcoin se transa en Internet y sin ningún tipo de reglamentación ni respaldo institucional.
A diferencia de las monedas nacionales, no tiene un banco central detrás sino una red de "mineros" que realizan complejos cálculos en computadoras diseminadas por todo el mundo.
Debido a su creciente valor, las autoridades comenzaron a considerar tomar acciones luego de años de limitarse a pedir cautela ante esa criptomoneda.
Por su parte, los defensores del bitcoin quieren pedir a las autoridades reguladoras que les autoricen un mercado que permita que los inversores comunes y corrientes vuelquen allí sus ahorros.
De acuerdo con, Kathryn Haun, directiva de la plataforma de monedas digitales Coinbase, es erróneo pensar que la industria se opone a las reglamentaciones.
"Lo que la industria no quiere es una reglamentación que no tenga certidumbre", dice esta exfiscal federal.