El nudge es una herramienta utilizada para fines de política pública; es una acción o medida paternal pura del regulador (Estado) para efectos que de las personas actúen de determinada forma; interfiere en el razonamiento práctico de las personas para que ejecuten determinadas acciones y evitar que así se hagan daño.
Es una herramienta sui generis, porque es tomada de la teoría pura del comportamiento humano (científico) y de la arquitectura de la toma de decisiones. Con ella se quiere llevar suavemente a que el ciudadano tome una decisión que no le afecte.
Este instrumento es utilizado a nivel internacional por los gobiernos para que los ciudadanos tomen decisiones principalmente en materia de consumo y actos que dañen al medio ambiente.
La teoría del nudge en el derecho se emplea en las siguientes modalidades:
- establecer a priori la actividad que debe hacer el ciudadano y así evitar el efecto negativo de su indecisión, por ejemplo en la reforma a la ley general de salud, que se encuentra en estudio en la Cámara de Diputados, se indica que los ciudadanos serán donatarios de órganos de manera automática, y solo no lo serán cuando lo expresen abiertamente. Con ello se desea aumentar hasta en 56 % la tasa de donación con un costo casi de cero.
Otro ejemplo, está en el sistema financiero en que ante el silencio del causahabiente se toma como un sí ante la acción recomendada por el banco
- revelar cierta información, por ejemplo hacer grande la letra chiquita de los contratos o de las frases que se utilizan en productos para desalentar su compra: este producto es 100% libre de grasa, y
- advertir a la gente de ciertos peligros de hacer cierta actividad, por ejemplo: el fumar te causa cáncer
Porqué se está en contra
Estos sistemas se consideran manipuladores y en algunos casos pueden violentar derechos humanos, ya que no permiten racionalizar las acciones al interferir en la libertad de decisiones sin que el individuo pueda conducir su vida, y puede promoverse solo en beneficio del regulador.
Es utilizar el derecho para estimular ciertas acciones contrario al teoría tradicional del derecho de que las normas solo regulan la conducta, algunos consideran que no respeta la dignidad humana. La pregunta sería si el regulador sabe si su acción es acertada o es arrogancia, o solo tiene un efecto perverso.
Qué lo justifica
La acción de inducir a la gente para que tome ciertas acciones, solo se justifica cuando se impida a través de esta interferencia hacerse un autodaño, por lo que los resultados de las interferencias debe ser comprobables, además que no debe haber sanciones por no tomar esas recomendaciones.
El regulador debe buscar el bienestar de la gente y el logro de sus objetivos; no debe tener costos tanto cognitivos como económicos; las interferencias deben ser claras, públicas y sencillas, sin burocracia, inequívocas; no buscar cambiar los fines que persigue la gente sino auxiliarla a lograrlo.
Reflexión final
A pesar que existe una delgada línea entre la manipulación y la interferencia sana en la toma de decisiones de los ciudadanos, cada vez son más los Estados que toman al nudge como una herramienta de sus políticas públicas.