En México, una de cada 10 empresas destina parte de su presupuesto a seguridad y auditoría forense para evitar fraudes y robos internos, las cuales reducen hasta 90% los riesgos de fraudes internos y el robo hormiga en las empresas.
Además, combaten el lavado de dinero y el financiamiento de operaciones ilícitas, destacó el presidente fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada, Alejandro Desfassiaux.
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En los últimos cinco años los fraudes empresariales y el lavado de dinero aumentaron de 60% a 80%, respectivamente, y en 87% de los casos estuvo involucrado al menos un empleado, informó en un comunicado.
La firma explicó que el fraude empresarial es un delito multifactorial, es decir, se relaciona con gastar más de lo que se gana, ludopatía, adicciones prohibidas y se presenta cuando la compensación no corresponde al grado de responsabilidad que el puesto laboral exige, de ahí que se trate de "justicia por propia mano", así aumentan los casos de resentimiento patronal que inciden en traicionar al empleador.
Asimismo, el contacto permanente con los proveedores es un factor de alto riesgo para incidir en la perpetración de un delito que puede limitarse a pasar la base de datos o clientes e incluso robar patentes, fórmulas o planes mercadológicos o reducir inventarios.
Por otro lado, la alteración de documentos, el encubrimiento de ingresos y los endeudamientos ficticios, son prácticas comunes que incrementan el riesgo de fraudes en las organizaciones.
Así como la manipulación de contratos, apertura de cuentas de cheques sin autorización, asignación de bienes en comodato, adjudicaciones por medio de intermediarios y corrupción de funcionarios y empleados, refirió.
Desfassiaux explicó que tanto la seguridad empresarial como la auditoría forense intervienen cuando se presupone algún delito, por lo que se interpreta la información financiera de la que se tiene duda.
Ello, al centrarse en excepciones, rarezas e irregularidades, además de que la seguridad privada en las corporaciones tiene un alto impacto en la disuasión delictiva, argumentó.
A diferencia de la auditoría financiera, que sólo analiza errores y omisiones, la auditoría forense considera diversos factores como la indagación de activos, situaciones de quiebra fraudulentas, análisis de reclamaciones de seguros y averiguaciones de conflictos de interés, refiere el especialista.
Finalmente, el experto dijo que la prevención y detección de los fraudes empresariales es responsabilidad del sistema de administración de las compañías, que deben implementar mecanismos de contabilidad y control internos adecuados, además de seguridad.