Apegados a factores técnicos internos y externos, y a variables de descomposición social, expertos de la UNAM estiman que para 2019 y hasta 2020 el crecimiento de la economía mexicana será de 1.4%.
Entre los factores internos se encuentran el aumento a los precios de los energéticos; el posible aumento salarial, que podría ser superior a la productividad; el incremento al déficit primario y “la falta de cohesión entre los poderes Ejecutivo y Legislativo durante el nuevo gobierno, que puede desincronizar las políticas públicas”, detalló Eduardo Loría, del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE), de la Facultad de Economía (FE).
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John Soldevilla, consultor, maestro en Planeación y Desarrollo por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), remarcó que ninguna de las medidas en materia económica anunciadas por el próximo gobierno (como el aumento al consumo; al gasto público, que es deficitario; creación de empleos; aumento de exportaciones) es sostenible en el largo plazo, por lo que la única variable que nos queda es la inversión.
Blanca Lilia Avendaño, académica de la FE y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, acentuó que padecemos un serio problema de crecimiento estructural, pues se ha mermado la participación de los sectores agrícola e industrial, y la mayor parte de los empleos se han creado en el sector servicios, “y esa fuerza de trabajo no ha sido absorbida adecuadamente”.
Finalmente, señaló que además de los factores mencionados, las siete principales economías de Latinoamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Venezuela y México) sufren una desaceleración en su crecimiento.