Son las 3:00 a.m. y puede que la persona esté durmiendo plácidamente, pero ¿sabemos si el celular no está trabajando en esos momentos? Se pregunta el maestro Jesús Edmundo Coronado Contreras, coordinador editorial de las áreas de Fiscal, Jurídico Corporativo y Comercio Exterior de IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral y coordinador de la comisión de Derecho Penal Internacional del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C., quien en las siguientes líneas reflexiona sobre la cantidad de información que transita en los diferentes dispositivos móviles sin que el titular esté enterado.
Recientemente, se ha anunciado: “Lo que sucede en tu iPhone, se queda en el iPhone”, es con esa proclama que Apple, una de las principales compañías en la actualidad, ha sostenido que la privacidad sigue existiendo y que la vulneración de datos no es una práctica recurrente en sus dispositivos.
En el artículo titulado: Datos ¿El recurso más valioso? se ha hecho alusión a la importancia que en la actualidad tiene la información, como los datos personales han sustituido a recursos como el petróleo como el bien más valioso. Conocer los intereses y las actividades de las personas implica un beneficio sustancioso.
La dependencia en la tecnología es cada vez mayor y en nuestros días la información es una herramienta muy importante para las empresas, representando uno de sus activos más relevantes.
La proliferación de las aplicaciones y esa dependencia han creado el escenario de que para comunicarnos e interactuar sea indispensable usar dispositivos electrónicos; esto ha puesto entredicho derechos muy importantes como lo es la privacidad.
Igualmente, en anteriores publicaciones (¿Mundo sin privacidad?) se ha detallado cómo es que para muchos argumentar la violación de la privacidad en la era digital es irrisorio, pues parece un derecho agonizante, en especial, porque en la mayoría de los casos “voluntariamente” compartimos la información que supuestamente es utilizada de manera incorrecta.
Se ha reportado por varios medios, en especial The Washington Post que los iPhone y sus app’s tienen ciertos “rastreadores” (tracking app’s o aplicaciones de seguimiento), las cuales comparten información con terceros como Microsoft, Nike, Spotify, Weather Channel, entre muchos otros.
Sin embargo, los iPhone no nada más distribuyen datos de sus usuarios cuando se duermen, en una sola semana se pueden encontrar más de 5,400 rastreadores, la mayoría de ellos en aplicaciones. Según Disconnect, firma especializada en privacidad los rastreadores de los iPhone pueden transmitir cerca de 1.5 GB de datos en menos de un mes.
Disconnect cuenta en sus filas con ex agentes de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América (EUA), y ellos son los primeros en reconocer el valor de los datos y la importancia sobre qué información debe o no estar en posesión de terceros.
Ellos han desarrollado una aplicación denominada Privacy Pro, que puede identificar y bloquear a los rastreadores; esta incluso se encuentra disponible en la App Store, no así en el Play Store de Google, toda vez que sus reglas prohíben interferir con las acciones de otras aplicaciones.
Los miembros de Disconnect cuestionan como los rastreadores emplean los datos, pues no es que solamente sean utilizados para cuestiones publicitarias o enviar mensajes políticos, sino que estos son muchas veces robados y usados indebidamente, fiascos como los de Facebook con escándalos como el de Cambridge Analytica son solamente la punta de un iceberg.
Los rastreadores son como las cookies de los sitios de Internet, pero a diferencia de estas no se pueden cambiar de navegador para bloquearlos. ¿Por qué los rastreadores suelen activarse en la noche? Eso se debe a que son programados para realizarlo cuando se ejecutan actualizaciones o los dispositivos están conectados “cargando su batería”.
Dentro de las app’s que han documentado casos de rastreadores como Yelp, el cual funciona como un directorio de negocios, restaurantes, bares y demás que incluye reseñas de los lugares y la posibilidad de reservar. Según esta aplicación no se debe a rastreadores sino a problemas en otras aplicaciones como Apple Maps.
Algunos desarrolladores de aplicaciones pagan por los rastreadores para investigar y conseguir potenciales clientes. De esa manera pueden conocer cuáles son los intereses y necesidades de las personas y así introducir productos o servicios al mercado.
Muchas de las aplicaciones de mensajería o servicio a domicilio incorporan en su política de privacidad que no son responsables por el accionar de terceros con la información que se comparte, en un vil y burdo intento de excluirse de responsabilidad en el mal manejo de los datos personales.
En escenarios de este tipo las políticas de privacidad, rara vez representan una solución al problema de protección de datos, aplicaciones como Citizen, cuya función es el reporte de delitos en ciudades como Nueva York, San Francisco o Los Angeles también usa rastreadores para conocer el número telefónico, correo y ubicación de aquellos que presentan las alertas o denuncias.
El problema se ha vuelto grave, en la medida que cada día se comparte más y más información por medio de múltiples aplicaciones.