Sector de medicamentos: ¿en buena salud?

Perspectiva, implicaciones y retos del nuevo modelo de compras consolidadas de fármacos

El 5 de junio de 2019 la Secretaría de Salud dio a conocer en CompraNet, la licitación pública para la contratación consolidada de bienes terapéuticos (medicamentos y material de curación, radiológico y de laboratorio) para el segundo semestre del ejercicio fiscal 2019, que implementa un nuevo esquema de adquisición de fármacos para el sector público en el país.

De acuerdo con el documento, el gobierno comprará directamente los medicamentos a los fabricantes, siendo el responsable de la distribución a diferencia de los sexenios pasados, en que los distribuidores eran los que adquirían los medicamentos con los fabricantes y los distribuían.

Posteriormente, se replanteó la estrategia para que la distribución no estuviera a cargo del gobierno sino en manos de las compañías que se designen mediante licitación pública. Hecho que ha generado polémica pues se teme que los constantes cambios en el esquema afecten sustancialmente la política de salud en el país.

Ante ello, IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral dialogó con el maestro Ricardo Ramírez Montoya, coordinador de la comisión de Derecho Sanitario del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C., quién amablemente expuso su punto de vista al respecto.

¿Qué tan importante es el sector de medicamentos dentro de la economía nacional?

La importancia del sector tiene una doble vertiente, en principio por ser uno de los sectores industriales con mayor innovación, equivalente al 4 % del PIB manufacturero. En 2018 tuvo un valor de alrededor de 14,500 MDD, con un crecimiento anual del 5 % en los últimos años; es la séptima actividad industrial del país.

También es un elemento fundamental para una política nacional de salud, la posibilidad de tratar y curar enfermedades ha permitido extender la expectativa de vida nacional 20 años en una sola generación, en 1960 era de 57 años, hoy es de 78. Tratándose de empleos, hay 75,000 directos y casi 400,000 indirectos; en exportaciones casi 1,400 MDD. Es el segundo mercado farmacéutico más grande de Latinoamérica.

¿Qué medidas ha implementado la actual administración?

El presidente López Obrador ha manifestado la intención de transformar el sistema de salud para universalizar el acceso a medicamentos y servicios. Las primeras medidas se han establecido en la primera mitad de 2019, por ejemplo la creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar y el Compendio Nacional de Insumos de Salud, en sustitución del Seguro Popular y el Cuadro Básico, respectivamente. Sin duda estas medidas despiertan una gran expectativa en la población ante la posibilidad de mejorar el servicio público de salud, y en la industria por la oportunidad de un mayor crecimiento en las coberturas y la actualización de las guías de tratamiento.

¿Cuál es la nueva estrategia de las empresas del sector?

Un reto importante para la industria farmacéutica es mantener el crecimiento de los últimos años, la disminución en la expectativa de crecimiento de la economía nacional puede impactar en los planes de inversión en planta productiva y la incorporación de nuevas alternativas terapéuticas al mercado nacional.

Las modificaciones en el sistema de adquisiciones despertaron mucho nerviosismo en el sector, en principio por la posibilidad de un cambio drástico en el sistema de distribución y los retrasos en el proceso de licitaciones. Había mucha incertidumbre por la posibilidad de que faltara infraestructura para una distribución oportuna en todo el territorio nacional, pues se hablaba de limitar la participación de algunas empresas y renovar el modelo de abasto.

Al final se optó por un sistema relativamente parecido al que se ha mantenido en años recientes, todavía habrá que esperar a que culminen los procesos y la implementación final. Habrá empresas que buscarán mayor participación en el mercado privado y otras que empiecen a diversificar su modelo de distribución en el mercado público, en todo se requiere de un esfuerzo conjunto de industria y autoridades pues son grandes cambios.

¿Existe un “desabasto” de medicamentos en el país?

No lo hay, la industria farmacéutica tiene capacidad sobrada para satisfacer la demanda nacional; sin embargo, existen casos en donde el retraso de los procesos de licitación impactaron los inventarios de hospitales públicos. Al modificar los tiempos, se han quedado sin el stock acostumbrado. Afortunadamente el IMSS y los servicios de salud estatales están actuando para reducir riesgos.

¿El “desabasto” de medicamentos a qué puede deberse?

Toda transformación implica riesgos, cuando se trata de un elemento tan relevante para la población como es la salud, estos se incrementan sensiblemente. Enfrentamos no solo la posibilidad de una falta de atención oportuna, hay casos donde una atención inadecuada de las emergencias médicas pueden poner en riesgo la vida. La compra de medicamentos en el sector público es una labor titánica, me refiero a esta porque realmente en el caso del mercado privado no hay modificaciones recientes. Estamos hablando de un sistema de salud muy complejo, con coberturas diferentes en cada institución pública y con prioridades estatales de salud propias de cada región.

Hay poblaciones prácticamente incomunicadas por su ubicación geográfica o por la falta de infraestructura para un traslado inmediato de mercancías y personas. Éstas y otras razones hacen de cualquier modificación al esquema de distribución, una auténtica decisión estratégica.

Para evitar el desabasto es necesario conocer las necesidades individuales de cada entidad e incluso de cada hospital y planear oportunamente como satisfacer esa demanda.

¿Qué cambios son necesarios en el sistema de salud y cómo impactarían estos a las empresas y al público en general?

El objetivo de llegar a toda la población, de tener un acceso universal y efectivo se ha discutido en México al menos desde la promulgación de la Ley General de Salud en la década de los 80’s del siglo pasado, sin embargo, es un reto que no es menor.

Son muchos factores, la transición epidemiológica de la población, la falta de infraestructura, incluso el gasto en salud es el más bajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), menos del 6 % cuando el promedio es del 9 % del PIB. Incluso es un tema cultural, nos hace falta una estrategia individual de autocuidado de la salud, que permita una prevención oportuna de enfermedades e incluso un mejor manejo de los padecimientos existentes.

La propuesta del nuevo gobierno es muy ambiciosa, implicaría un incremento importante en el presupuesto público para el sector, no solo para comprar más y mejores medicamentos; hacen falta médicos, hospitales, mejor administración de insumos y sobre todo incrementar el nivel de la atención.

Si todo esto fuera mejorando progresivamente, sin duda habría un mejor nivel de vida, mayores inversiones y un crecimiento sostenido. Por eso es tan importante la propuesta del presidente López Obrador, abre la posibilidad de una transformación positiva del sistema público con grandes beneficios para la población, y a la que sin duda la industria farmacéutica se sumará con gran interés.

¿Cómo puede mejorarse la distribución de medicamentos al público en general?

No es un tema sencillo, hay pocas opciones por la complejidad geográfica del país, la inseguridad y los altos costos que implicaría la curva de aprendizaje si no se tomara en cuenta la experiencia de las opciones actuales. Posiblemente la incorporación de nuevas alternativas pero respetando la libre concurrencia. Al final el mercado farmacéutico es lo suficientemente robusto para que puedan participar varios actores.

¿El nuevo esquema de compras de medicinas para el sector salud de la administración actual es adecuado? ¿Tiene ventajas o riesgos?

Hay que esperar a que concluyan los procesos de licitación e incluso la ejecución de los contratos, es muy pronto para evaluar si los cambios fueron positivos o no. Por lo pronto se percibieron retrasos que incrementaron el riesgo de desabasto por temas administrativos, lo que no es recomendable bajo ninguna circunstancia. Tampoco se han anunciado cifras definitivas de ahorros. No ha sido sencillo, no dudo de la intención de mejorar ciertos elementos, pero como en toda transformación hay muchos aprendizajes e incluso parece que no hay todavía una alineación entre los equipos que conforman la toma de decisiones.

Basta mencionar los cambios en la SHCP y el Instituto Mexicano del Seguro Social, ambos se dieron en medio de los procesos de licitación y en parte se deben a los retos de esta transformación. La cooperación de la industria farmacéutica, es decir de los fabricantes de medicamentos, las autoridades y el sector de distribución es fundamental. Es la mejor alternativa para reducir los riesgos e incrementar las ventajas de un nuevo modelo de atención.

Comentario final

La motivación central del gobierno federal para modificar el esquema de adquisiciones en el sector farmacéutico, está ligado a la lucha a la corrupción propuesto por la nueva administración. No me refiero a los costos porque desde hace ya varios años se habían implementado medidas de contención con resultados positivos como consolidar la compra o impulsando la compra de productos genéricos. Tal vez se propuso un cambio drástico sin tomar en cuenta todos los instrumentos de la regulación vigente. La industria farmacéutica en México ha construido en los últimos quince años un esquema de autorregulación ejemplar, se creó un Consejo de Ética y Transparencia (CETIFARMA) que está al nivel de las regulaciones internacionales más exigentes.

Una tarea pendiente es fortalecer de la mano de la autoridad estos mecanismos de anticorrupción y proponer las modificaciones normativas necesarias, para mejorar el sistema de abasto de medicamentos tomando en cuenta la experiencia del sector industrial. Es un tema que no se ha agotado en su estudio y diseño, la comisión de Derecho Sanitario en el INCAM ha convocado a los expertos del sector para proponer mejoras al marco jurídico aplicable pensando en los procesos para 2020, estamos en tiempo para apoyar la transformación del sistema positivamente.

*Nota del editor: Las opiniones vertidas por los especialistas no necesariamente reflejan la ideología de la publicación