¿Soberanía digital china?

El gigante asiático quiere liberar la administración pública de la tecnología extranjera

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 .  (Foto: Getty)

El negocio tecnológico se ha destacado por su ausencia de fronteras. Microsoft Windows es un ejemplo, puesto que su sistema operativo podría encontrarse en las PC de todos los gobiernos del mundo, pese a que es estadounidense.

Los funcionarios norteamericanos podrían usar dispositivos chinos y tener instalado un antivirus como Kaspersky en sus computadoras, pero las guerras comerciales y la tendencia a reivindicar la soberanía digital frente a la intromisión de gobiernos extranjeros han impedido que en fechas recientes eso suceda.

Autoridades de los Estados Unidos han implementado ciertas medidas para que compañías norteamericanas provean de software y hardware a Huawei y demás corporaciones chinas. Igualmente, Rusia aprobó una legislación que impide la comercialización en su territorio de todo dispositivo que no cuente con un software ruso.

China también empezó a legislar en ese sentido, porque el Comité Central del Partido Comunista avaló un plan para que todos los servicios gubernamentales sean reemplazados en un plazo máximo de tres años por hardware y sistemas operativos de origen chino; ello con fundamento en la Ley de Seguridad Cibernética de 2017.

Anteriormente, Microsoft ofreció al gobierno chino una edición personalizada de Windows 10 para eliminar cualquier tipo de sospecha o posible desconfianza por el origen de la empresa, pero ello ya no es una garantía suficiente para las autoridades de la potencia asiática.

El Ejército de Liberación Popular está trabajando desde hace 12 años en crear una nueva plataforma, totalmente desde cero para equipos de uso exclusivamente militares. El plan señala que en 2020 deberá migrarse el 30 % de los equipos, otro 50 % en 2021 y el restante en 2022.

Expertos sostienen que esa migración supondría desechar alrededor de 30 millones de equipos de hardware, y todas las licencias de Microsoft adquiridas por el gobierno chino. Por el momento, dicha estrategia no afecta el sector privado de China, pero no debe descartarse que en un futuro cercano se vea envuelto en la problemática, debido a la guerra comercial que sostienen con Estados Unidos.