El gobierno ruso sigue aplicando su política de “soberanía digital” y ha puesto en marcha varias pruebas para verificar si su infraestructura nacional de Internet (RuNet) podría afrontar exitosamente “desconectarse” del Internet global.
El experimento en palabras de su presidente Vladimir Putin fue un éxito, pues durante unas horas RuNet se convirtió en la mayor Intranet del mundo, gracias a la participación de agencias gubernamentales y de empresas de tecnología rusas.
No se dieron a conocer los detalles técnicos del experimento, pero trascendió que una de las pruebas fue la simulación de un ciberataque orquestado por una potencia extranjera.
Se ha comparado el aislamiento de RuNet con el “Gran Contrafuegos” chino, aunque el mensaje que ha mandado el Kremlin es que más que una censura se trata de un método de defensa frente a Estados Unidos.
Originalmente, la prueba se llevaría a cabo en abril de 2019, pero se postergó para finales de diciembre de 2019 por la aprobación de la legislación sobre Internet soberana, la cual faculta al ejecutivo para aislar RuNet alegando seguridad nacional.