Desde hace algunos años, las empresas están cambiando; de hecho, ya no es novedad hablar de trasformación digital. Sin embargo, muchas aún no consideran la movilidad de sus colaboradores como parte central de dicha transformación.

El problema es que, a lo largo de los años, hemos visto situaciones que pusieron en jaque la operación de las compañías. Aquellas empresas que no eligieron transformarse voluntariamente tuvieron que hacerlo de forma forzosa para poder seguir operativas y resguardar a sus empleados, es decir, para hacer un intento de salir airosas de una situación de crisis.

Estar preparadas o no

La diferencia con las empresas que apuestan por la movilidad y se transformaron de forma planificada es abismal. Se trata de asumir riesgos elevados, empezando por elegir un proveedor tecnológico de urgencia.

O también, optar por enviar a los empleados a trabajar desde sus casas sin que cuenten con la tecnología adecuada para hacerlo; esto puede redundar en posibles pérdidas de datos, falta de información necesaria para trabajar, acceso limitado a aplicaciones clave y a los datos desde redes inseguras sin mecanismos de protección.

Y, por supuesto, una disminución de la productividad. En este contexto, ¿cuál es el potencial de éxito del modelo de trabajo a distancia? Porque es realmente posible que no funcione del todo bien, ni cumpla con lo esperado o sea negativo para la organización.

Por su parte, la transformación tecnológica planificada, le da dos herramientas clave a las empresas para poder tomar las mejores decisiones en escenarios habituales, pero también en aquellos imprevistos: flexibilidad y control.

Finalmente, si te encuentras en el rubro de los empresarios que se resisten al cambio, deberías plantearte los siguientes cuestionamientos:

¿Crees que estás listo para reaccionar a una situación imprevista? ¿Cuánto tiempo tus empleados podrían trabajar desde otro lugar siendo productivos? ¿Un día? ¿Una semana? ¿Y qué tal un mes?

Si responder estas preguntas te genera dudas, todavía estás a tiempo de planificar tu transformación. Si la transformación digital nunca fue opcional, ahora lo es menos que nunca, no solo por escenarios complejos que puedan surgir sino como recurso vital para impulsar los negocios y empoderar a los empleados.