El gobierno federal suspenderá actividades, salvo aquellas que se consideren esenciales.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, explicó que para mitigar la propagación del coronavirus en el país, y como parte de la campaña de Sana Distancia, el propio gobierno decidió suspender sus actividades, sin embargo, aclaró que “hay actividades esenciales que no se pueden suspender, porque necesitamos hospitales, combustibles, energía eléctrica, servicio de limpia (...) Cada titular de dependencia determinará quiénes no pueden suspender porque pondrían en riesgo el funcionamiento de la institución, por la función que cumplen”.
Debido a la propagación del coronavirus en México, que hasta había cobrado la vida de seis personas y contagiado a otras 475, la Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo por el que se establecen las medidas preventivas que se deberán implementar para la mitigación y control de los riesgos para la salud que implica la enfermedad por el virus SARS-CoV2 (Covid-19).
Así, las autoridades civiles, militares y los particulares, así como las dependencias y entidades de los tres órdenes de gobierno estarán obligadas a la instrumentación de las medidas preventivas contra el virus.
Se indica que en los sectores público, privado y social deberán evitar la asistencia a centros de trabajo, espacios públicos y otros lugares concurridos, a los adultos mayores de 65 años o más y grupos de personas con riesgo a desarrollar enfermedad grave o morir a causa de ella, quienes en todo momento gozarán de su salario y demás prestaciones.
Asimismo, deben suspender temporalmente las actividades escolares en todos los niveles, hasta el 17 de abril.
En el caso de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal y las organizaciones de los sectores social y privado, deberán instrumentar planes que garanticen la continuidad de operaciones para el cumplimiento de sus funciones esenciales.
Mientras que en el sector privado continuarán laborando las empresas, negocios, establecimientos mercantiles y todos aquellos que resulten necesarios para hacer frente a la contingencia, como lo son: hospitales, clínicas, farmacias, laboratorios, servicios médicos, financieros, telecomunicaciones, y medios de información, servicios hoteleros y de restaurantes, gasolineras, mercados, supermercados, misceláneas, servicios de transportes y distribución de gas, siempre y cuando no correspondan a espacios cerrados con aglomeraciones.
En tanto, la cifra de casos sospechosos de contagio llegó este miércoles a los 1,656, mientras que se habían descartado otros 2,445.
Permiso a ocho laboratorios
La Secretaría de Salud informó que ocho laboratorios privados están autorizados para realizar las pruebas de detección del coronavirus Covid -19, además de autorizar al Centro de Investigación en Ciencias de Salud Biomedicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y al departamento de Genética del Desarrollo y Fisiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la UNAM para también realizar pruebas.
Entre los permisos se incluyó a tres laboratorios del IMSS en las ciudades de Guadalajara, Monterrey y Mérida, así como el Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Estos establecimientos se suman a la red de 32 laboratorios estatales de salud pública que desde hace dos semanas también fueron autorizados por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) para que practiquen los análisis una vez que acreditaron la calidad de sus procedimientos.
En días pasados, autoridades sanitarias informaron que para la atención de los primeros escenarios e incluso la mitad del escenario tres, fueron adquiridas 120,000 reacciones, lo que equivale a 35,000 pruebas.
Poca inversión en salud, foco rojo: especialista
La epidemia del coronavirus atrapa al sistema de salud de México en el peor momento, no sólo por la reducida inversión, más la carencia de recursos humanos y materiales, arrastrada desde hace 20 años, sino también porque está a la mitad de una reconfiguración derivada de la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que aún no termina de concretarse.
Así lo hizo ver el doctor Eduardo González-Pier, asociado no residente del Center for Global Development, con sede en Washington, DC, al mencionar que la actual coyuntura de reacomodo del Sistema Nacional de Salud merma la capacidad de respuesta de México ante la pandemia.
Entrevistado tras su participación en un panel online organizado por el Consejo Canadiense para las Américas, el especialista refirió que frente al Covid-19 ayuda el hecho de que México tiene una población más rural, con menos densidad poblacional y un perfil de edad más joven que, por ejemplo, Corea del Sur e Italia.
En contraparte, no ayudan los altos índices de enfermedades crónicas en adultos jóvenes —como diabetes e hipertensión—, de las que se ha demostrado que son factor de riesgo para la complicación del coronavirus.
Por otro lado, en la parte estructural, destacó que nuestro sistema de salud se caracteriza por un bajo financiamiento donde la inversión es de apenas 5.5% del PIB, el cual es muy bajo frente al promedio de 8.8% de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y de 17% de EU, y aquí, al considerar tanto inversión pública como privada.
El economista de la salud precisó que ello, traducido en infraestructura, nos deja muy mal parados con nuestro indicador de 1.4 camas de hospital por cada 1,000 habitantes frente a los países de referencia como Italia con 3.2 camas; China con 4.3; Corea con 12.3; y Japón con 13.1 camas.
Con información de El Economista.