La firma de servicios financieros JP Morgan estimó que la economía mexicana registre una contracción de 7% este año, cuya mayor caída será en el segundo trimestre, donde decrecerá 35.5%.
De acuerdo con un reporte de la institución, esto se debe a que la actividad cae en la primera mitad del año a un ritmo no visto desde los años 2008-2009, inclusive, de la crisis del tequila de 1994-95.
“Lo que es preocupante es que México parece estar en las primeras etapas del contagio de COVID-19, y una eventual recuperación en el número de casos probablemente conduciría a medidas estrictas de distanciamiento social”, precisó
Por lo que el país podría estar por completo en la fase más dura de distanciamiento social, lo que después de un golpe a la actividad por razones externas, las condiciones domésticas probablemente tomarán el volante durante la mayor parte del segundo trimestre
Según JP Morgan, a medida que las noticias negativas continúen fluyendo a través de la economía mundial y sigan navegando hacia territorios inexplorados, parece cada vez más probable que lo que originalmente se esperaba que fuera una recesión leve, se convierta en una recesión profunda.
Piden programa contracíclico
El sector industrial prevé para 2020 una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 5.7%, lo que implicaría una pérdida de 875,000 empleos si no se da un programa integral contracíclico de la economía mexicana.
El director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz, explicó que la economía mexicana llegó "enferma" a la epidemia del Covid-19, con 16 meses de caída continua en la actividad industrial y un decrecimiento del PIB de 0.14% en 2019 .
El director del IDIC, organismo que aglutina la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), detalló en conferencia virtual que ante la presencia del coronavirus el panorama se complicó aún más, y sin un programa de reactivación y ante las medidas extremas, como el detener 70% de la actividad industrial, ocasionará que México enfrente un enorme reto que dañaría las finanzas públicas.
Expuso que además de la baja en el PIB de 5.7% y la pérdida de 875 empleos, se alcanzaría una inflación de 4.8%, el tipo de cambio llegaría a los 28 pesos por dólar y la actividad industrial retrocedería 7.1%.
Al mismo tiempo, en ese escenario, habría un descenso de 2.4% del consumo privado, una disminución de la inversión privada de menos 9.2%, con una tasa de desocupación de 5.9%, además de una caída de la Inversión Extranjera Directa (IED) de 38%.