Covid-9 y la digitalización de América Latina

La penetración de Internet en la región es del 68%

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 .  (Foto: iStock)

El Observatorio CAF del Ecosistema Digital presenta dos publicaciones que con base en evidencia empírica evalúan la posición y oportunidades de América Latina en términos del grado de preparación de su infraestructura digital y el nivel de digitalización para afrontar la crisis por el Covid-19.

CAF, CEPAL, DPL y Telecom Advisory Services, desarrollaron un estudio titulado “Las oportunidades de la Digitalización en América Latina frente al COVID-19”, en donde se realiza un repaso a las mejores prácticas internacionales y las oportunidades que tiene la región de actuar en el ámbito digital para detectar, controlar y dar seguimiento a la evolución del virus, hasta modelos más sofisticados soportados en tecnologías más disruptivas.

La migración masiva al teletrabajo está saturando la capacidad de enrutadores Wi-Fi en los hogares, motivado por un aumento de trabajo en la nube (incremento del 80% del tráfico de subida) y las videoconferencias.

En particular, se identifica una disminución de velocidad de banda ancha fija en Chile (-3%) y Ecuador (-19,6%), combinando esto con un incremento de la latencia en la misma tecnología en Brasil (11,7%), Chile (19,0%), Ecuador (11,8%) y México (7,4%), según cifras de Ookla/Speedtest

Otro factor relevante es la penetración de Internet, que de acuerdo a las últimas cifras del Observatorio del Ecosistema Digital de CAF en América Latina es del 68%. 

La marginalización del 32% de la población en el uso de Internet y que excluye de la posibilidad de acceder a servicios como información y atención sanitaria, descargar contenidos educativos para resolver el asueto escolar, o adquirir bienes de primera necesidad de manera electrónica. 

“El propósito de este trabajo es evaluar cómo está América Latina posicionada y cómo la digitalización puede jugar un papel fundamental en mitigar los efectos de la pandemia. En efecto, el análisis del impacto econométrico del virus SARS-Cov en el 2003, demostró que los países con una infraestructura de conectividad desarrollada pudieron mitigar en un 75% las pérdidas económicas asociadas con la pandemia.