Las empresas no volverán a ser las mismas después de la pandemia

Reflexiones sobre los efectos de la emergencia sanitaria en el país.


Se acuerdan de la empresa como ente fusionante de los elementos “capital” y “trabajo”,  Nunca ha dejado de estar vigente esta necesaria relación en toda la cadena de suministro que forma a la empresa y que la pone en el mapa económico nacional. 

No hay (todavía) fuerza política ni ideológica que se atreva a decir lo contrario, no de forma sería por lo menos. La empresa sigue siendo el átomo de la participación privada en el país, y es por y a través de ella que vemos interactuar las más interesantes relaciones jurídicas, nos comenta el licenciado Guillermo Huitrón Nieto, abogado especialista en derecho corporativo y de la empresa. 

En la empresa, todos los días vemos cómo las disciplinas jurídicas se ponen al servicio de la generación de valor, traducida tanto en bienes y servicios. Estos, agregados al factor humano que son lo empleados, colaboradores y asociados (en tiempos del combate al outsourcing, hay que mantener la corrección política) son una tuerca que sigue y sigue dando vueltas. Los abogados de empresa tenemos la fortuna de estar parados en medio de todo lo que pasa con la empresa y alcanzamos a disfrutar de ser testigos de la forma en que factores internos y externos la afectan. 

Estamos todos viviendo con esta pandemia un hecho histórico, las empresas están enfrentándose a una suerte de consecuencias muy apremiantes, y en la mayoría de los casos, sumamente retadoras. Los abogados de empresa estamos atendiendo un llamado especial, probablemente hoy más que nunca, en la experiencia de muchos de nosotros estamos manejando una singularidad de los negocios y de nuestra disciplina jurídica. ¿Qué temas están llevándose la atención en estos momentos? ¿A qué se enfrentan las empresas? 

Temas laborales 

Si hay una disciplina que en las empresas se cuida de forma prácticamente aséptica es la laboral. Los negocios procuran mantener las relaciones laborales con sus recursos humanos lo más claras posibles, por el posible pasivo laboral que esto puede representar. 

De ahí que las empresas estén teniendo que actualizarse sobre el método en que permite que sus empleados se desarrollen. 

La piedra angular de las consecuencias que ha traído el aislamiento es por supuesto el home office, que aunque ya venia siendo una práctica que muchas empresas habían venido practicando, no fue sino hasta que estos hechos recientes ocurrieron que convirtieron este suceso en una verdadera necesidad. 

Muchas empresas tendrán que formalizar convenios a los contratos de trabajo con sus empleados para definir las modalidades del home office y poner las reglas de lo que seguirá siendo el último bastión en la lucha por la supervivencia de muchas empresas.

Si hay algo que tiene muy inquieto al entorno empresarial es por supuesto el tema de la posible y creciente necesidad de realizar rescisiones masivas de contratos de trabajo. 

Los despidos por supuesto no son la medida más popular de la pandemia, pero sí son una consecuencia que está ya encima de nosotros y que no puede dejar de ser enfrentada de la mejor manera. Si de algo estamos conscientes colectivamente es que el impacto económico de la pandemia, generará (cifras de JP Morgan) una pérdida de alrededor del 7 % en el PIB del país, (apercibimos al lector a mantenerse actualizado sobre la forma en que estos pronósticos se seguirán moviendo) lo que indudablemente tiene como consecuencia la pérdida empleos a niveles espeluznantes. 

Es fundamental, reconocer que nuestra legislación por sí sola no es suficiente para contrarrestar estos efectos económicos. Se ha popularizado en medios de comunicación, la implementación de la medida del artículo 429, fracción IV de la Ley Federal del Trabajo (LFT), que señala la posibilidad de pagar a título de indemnización un día de salario mínimo diario a los trabajadores hasta por un mes si se extiende la circunstancia que lo origine; no obstante, es importante poner en contexto de que esto no es sino una medida de emergencia que busca (seguramente sin éxito) mitigar la contingencia que está colocando a las relaciones laborales en un punto de quiebre prácticamente sin solución. 

Ahora bien, cabe aclarar que a la fecha de realización de estos comentarios el Consejo General de Salubridad no ha declarado la pandemia como emergencia sanitaria, y que por lo tanto (aunque existan bemoles en la práctica) no estamos aún en un escenario legitimo en el que se pueda aplicar esa disposición de la LFT. 

Será realmente valioso mirar los esfuerzos que está haciendo el Consejo Coordinador Empresarial, así como la Coparmex, con la intención de generar acciones solidarias. 

Temas fiscales 

No empiezan a correr las palabras sobre el tema fiscal en esta hoja y los contribuyentes ya estamos sintiendo el viejo dolor conocido de pagar tributo. 

Ni modo, no nos ha servido la experiencia de otros países durante la contingencia para poner en funcionamiento medidas que ayuden a mitigar las consecuencias económicas del fenómeno de salud que muy desafortunadamente estamos viviendo. 

Pongamos el dedo sobre las siguientes heridas: la administración pública federal (ni en la investidura personal del presidente ni a través del Consejo General de Salubridad) ha declarado y muchísimo menos, ha puesto en marcha plan alguno específicamente diseñado como incentivo o medida de emergencia ante una base de contribuyentes sumamente golpeada por la pandemia. Durante este tiempo, los esfuerzos que más han sido mediáticamente retomados (sin que por ello signifiquen ningún tipo de beneficio fiscal) y que pudieran representar un apoyo para los empresarios, han sido los famosos créditos “a la palabra” de la administración pública federal, así como las operaciones de factoraje otorgadas a manera de créditos a micro, pequeñas y medianas empresas, mediante la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo y el Consejo Mexicano de Negocios.   El clásico nos lo advirtió y aun así nos dolió; la máquina de cobrar impuestos nunca se detiene. 

Nos encontramos con una autoridad recaudadora de impuestos que a pesar de la contingencia sigue firme en su actividad de determinar y cobrar créditos fiscales, así como de ejercer sus facultades de comprobación, actividad que por supuesto es fundamental para que el dinero siga fluyendo y siendo dirigido a los planes que atacarán la crisis económica ya inminente, pero lo realmente grave es que en este cóctel de eventos desafortunados (no me estoy metiendo con derechos de autor) los tribunales hayan estado cerrados como parte de las medidas tomadas para reducir los contagios, lo que nos dejó en un estado de indefensión ante una autoridad recaudadora libre para emitir actos que pueden estarse excediendo y afectando seriamente a los contribuyentes. Para ello, recomiendo leer la postura que ha emitido al tanto, la Asociación Nacional de Abogados de Empresa, Colegio de Abogados A.C.  

Me parece importante poner en contexto que así como todos los demás países del mundo están endeudándose a través de mecanismos de financiamiento internacional, para salir delante de la crisis, México bien podría hacer lo mismo (aunque no parezca ser el plan del presidente) pero hacerlo sin tomar en cuenta nuestra histórica y lamentable baja recaudación de impuestos, es un tren que lenta pero firmemente va dirigiéndose al vacío. Endeudamiento sí, pero fortaleciendo y ampliando la base de contribuyentes. “Ahí no´más, sencillito”. 

Temas corporativos

Probablemente en estos momentos, de todos los problemas de la empresa, los que los directivos menos tienen en la mente, son aquellos relacionados con lo que formalmente ubicamos como “corporativo”. Un abogado integral sabrá poner estos temas sobre la mesa, de forma atenuada y contextualizada, para que la empresa pueda seguir llevando ordenadamente sus asuntos. 

Advertencia al lector: Si la empresa cotiza sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores o en la Bolsa Institucional de Valores, o emite certificados bursátiles, o se sujeta en cualquier forma a un régimen bursátil de reporte y obligaciones públicas, deberá poner especial atención a estos temas, estamos en la época del año en que el cumplimiento de obligaciones es muy apremiante (i.e. informes anuales, reportes trimestrales, publicación de asamblea anual, cuestionarios relacionados con mejores prácticas y de gobierno corporativo, entre otros) y gracias a que en muchos casos estas obligaciones pueden seguir siendo observadas a través de medios electrónicos, su cumplimiento no está suspendido. 

Para las empresas que no lo hayan hecho ya, es necesario celebrar la asamblea general ordinaria anual, que desahogará entre otros asuntos importantes, la aprobación de los estados y situación financiera de la sociedad, aprobación del informe de los órganos de administración y de vigilancia, respecto de su actuación, la designación o ratificación de dichos órganos, así la determinación de sus emolumentos. Recomendaríamos para la celebración de cualquier asamblea de accionistas o sesiones de consejo que sea absolutamente fundamental celebrar en estos tiempos de contingencia: 

  • revisar los estatutos de la sociedad para verificar si es que se contempla el uso de medios alternativos para celebrar asambleas, tales como videollamadas u otros medios electrónicos, y
  • en todo caso y de ser posible, recurrir a la celebración de resoluciones unánimes. Las resoluciones unánimes son acuerdos celebrados por la totalidad de los accionistas o miembros del consejo de administración para cuya realización no es necesario que se encuentren físicamente reunidos en el domicilio social, sino que simplemente los acuerdos que se tomen, sean asentados por escrito

De negocio 

Claro que cada negocio es distinto y dependerá de la substancia individual de la empresa para definir de qué forma la pandemia va a afectar, pero no podemos dejar de ver algunos puntos interesantes y que parezcan ser horizontales a la experiencia de los negocios en estos momentos, tales, como el cobro de rentas en locales comerciales, para cuyo caso lo que recomendaríamos es en primer lugar revisar el contrato de arrendamiento para verificar que se haya especificado como causa de fuerza mayor el hecho de que se actualizara una pandemia, y en segundo lugar y con el fin de que impere la buena fe y el mensaje de solidaridad, lo que se recomienda es una negociación abierta entre arrendadores y arrendatarios, si bien no entraré en discusiones que no son objeto de estos comentarios, en torno a la célebre teoría de la imprevisión, sí podría cerrar la idea señalando que efectivamente las circunstancias en que nos encontramos deberían de abrir la posibilidad de replantear las consecuencias legales y de negocio, que con nuestras propias acciones podríamos mitigar. 

Los pagos a proveedores en general, cuyas circunstancias pueden ser tan variadas como contratos existan; sin embargo, para que los abogados de empresa puedan negociar cualquier tipo de documento que sea necesario, deberán tener claro que efectivamente existan acuerdos por escrito y que estos contengan alguna disposición que proporcione algún tipo de ventaja en la mesa de negociación o que por lo menos explore la opción a las partes de renegociar. 

Para contratos con obligaciones señaladas en moneda extranjera, será importante verificar cláusulas relacionadas a fluctuación en la moneda mexicana y si estas no existen vale mucho la pena celebrar convenios modificatorios que las contemplen. 

Apoyarse del uso de medios tecnológicos, tales como firmas electrónicas, puede ser la diferencia entre lograr exitosamente el home office o fracasar. Recomendamos acercarse a  los proveedores de firmas electrónicas para contratos y verificar perfectamente bien los medios que tienen para evitar vulneraciones de seguridad, así como mecanismos que implementen para identificar la identidad y veracidad de los documentos, recordemos que en México todavía estamos luchando para que documentos firmados electrónicamente sean fehacientemente aceptados, pues aunque ya existe una serie de fundamentación legal al respecto, en la práctica, todavía no hemos logrado que su uso sea común. 

Comentario final

Este análisis, que se hace recogiendo algunos de los temas necesarios en esta pandemia, que sirva para no obviar el hecho de que cuando se reactiven las empresas tienen regresar para no volver a ser las mismas. La tecnología, las mejores practicas y el gobierno corporativo, así como el cambio de cultura organizacional, van a ser el piso sobre el que tenemos que construir empresas mejor preparadas, fiscal y socialmente responsables y generadoras de valor. Paciencia amigos, paciencia.