La pandemia de Covid-19 está asestando un duro golpe a la economía mundial y, en particular, a los países más pobres. Las naciones en desarrollo y la comunidad internacional pueden adoptar medidas ahora para acelerar la recuperación una vez que haya pasado la peor parte de la crisis sanitaria y para mitigar los efectos negativos a largo plazo, de acuerdo con los datos incluidos en los capítulos analíticos del informe Perspectivas económicas mundiales, del Grupo Banco Mundial.
Las profundas recesiones asociadas con la pandemia probablemente exacerbarán la desaceleración que se registra desde hace décadas en el crecimiento económico y la productividad, los principales factores que impulsan el aumento de los niveles de vida y la disminución de la pobreza.
Además del problema de desigualdad derivado del crecimiento lento, las personas pobres y vulnerables se encuentran entre las más afectadas por la pandemia y el confinamiento económico, a través, por ejemplo, del contagio, el cierre de las escuelas y la disminución de los flujos de remesas.
En el corto plazo, mientras se sigan aplicando las restricciones al transporte y los viajes, es probable que los precios bajos del petróleo no sean de gran ayuda para el crecimiento y, por el contrario, podrían agravar el daño causado por la pandemia al debilitar aún más las finanzas de los productores.
También es probable que, en el mejor de los casos, proporcionen un apoyo pequeño a la actividad mundial en la primera etapa de la recuperación.