Si la caída del S&P 500 desde los máximos del año fue fulgurante, la recuperación no le ha ido a la zaga. El 3 de junio cerró su mayor subida en 50 sesiones de la historia y -hasta hace apenas unos días en que se ha desmarcado, especialmente tras el buen dato de empleo del viernes- el índice ha ido replicando el ascenso que experimentó desde los mínimos de la gran crisis financiera en marzo de 2009.
En concreto, desde el suelo tocado en marzo de este año se anota una subida del 43%, lo que le sitúa apenas un 5% por debajo de máximos históricos. "El S&P 500 está siguiendo los mínimos que hizo en 2003 y 2009, pero debería volver a comportarse de forma más errática en junio y julio", inciden en Morgan Stanley. "En términos generales, las acciones están reaccionando en línea con nuestra hoja de ruta de una recesión. Somos conscientes de que las contracciones de la economía son a veces inesperadas e inciertas, pero siempre se recuperan y esta vez no debería ser diferente. A veces el paso de mes supone un punto de inflexión en los mercados y no sería una sorpresa si la bolsa retrocede a medida que avanza junio. Este pullback no cambiaría nuestra visión alcista a 6-12 meses y coincidiría con parte de lo vivido en otras recesiones anteriores", indican desde la entidad.
Más allá de la visión fundamental de cada inversor -muchos analistas han advertido de que la bolsa ha corrido demasiado-, lo cierto es que unas subidas tan fuertes como las experimentadas en la mayoría de los casos han sido solo el preámbulo de un ascenso mayor. De hecho, siempre que la bolsa ha escalado tanto desde mínimos ha acabado marcando nuevos altos históricos sin volver a retroceder a mínimos.
Solo ha habido 8 ocasiones en toda la historia en las que el S&P 500 ha experimentado una subida superior al 20% en 50 sesiones y en todas ellas se produjeron subidas a 6 meses y a 12 meses. En concreto, medio año después se han logrado subidas promedio del 10% tras estos rallys y del 17% a los 12 meses, según los datos de LPL Research. "No hay montaña rusa que pueda replicar lo que han hecho las bolsas hasta ahora en 2020", explica Ryan Detrick, estratega jefe de la casa de análisis. "En todo caso, aquí está la sorpresa: las grandes subidas en el pasado han tenido lugar cerca del comienzo de un nuevo mercado alcista y los retornos a un año han sido bastante alcistas", apunta.
Pero, ¿cuál ha sido el catalizador que ha provocado las fuertes subidas del mercado al otro lado del Atlántico? Para Sam Stovall, el director de inversiones de CFRA Research, el optimismo experimentado por la renta variable de Estados Unidos no responde al "miedo a perderse el momento", el conocido como FOMO (el miedo a perderse las subidas), sino a lo que califica a un "mejor de lo esperado".
Qué ha hecho el S&P 500 en otras ocasiones tras subir de forma tan vertical
En este sentido cita múltiples factores, entre ellos, los ajustes a las estimaciones del beneficio por acción "que indican una mejora de las condiciones y expectativas subyacentes". También se refiere a datos macro, como el gasto en construcción, pedidos a fábrica o la actividad manufacturera, que han registrado cifras ligeramente mejor a lo esperado, dentro de la gravedad.
A día de hoy, CFRA mantiene su meta de 3,435 puntos para el S&P 500 a finales de año, la más ambiciosa entre las principales mesas de inversión, que supera incluso los 3,400 puntos que atisba Dubravko Lakos-Bujas, estratega jefe de JP Morgan. Maneesh Deshpande, de Barclays, mantiene que este indicador cerrará 2020 en los 2,500 puntos. La media calculada entre las 16 metas que barajan los distintos grandes bancos y entidades financieras sitúan al S&P 500 en los 2,950 a final de año.
"Una mayor complacencia podría generar riesgos, ya que los potenciales catalizadores negativos no escasean".
Por su parte, Liz Ann Sonders, directora de estrategia en Charles Schwab, menciona "la creciente liquidez o las esperanzadoras noticias sobre el tratamiento y vacunas contra el virus como importantes vientos de cola detrás de las subidas. Aun así, considera que "una mayor complacencia podría generar riesgos" en un momento en que "los potenciales catalizadores negativos no escasean".
Desde Nuveen, su director de inversión, Bob Doll, cree que "los inversores están demostrando demasiado optimismo" dado que el panorama económico sigue siendo incierto y los beneficios empresariales enfrentarán dificultades para recuperarse por completo. "Creemos que las acciones aún podrían disfrutar de un potencial alcista si las perspectivas económicas se aclaran", concreta.
Centrados en 2021
Lo que parece claro es que el mercado ha dado por amortizado el año 2020 y ahora se centra en la recuperación económica esperada para 2021. Con todo, algunos analistas creen que el grueso de los recortes de este año podrían haber llegado ya, pero que las previsiones del consenso para el próximo ejercicio quizás sean excesivamente optimistas.
"Aunque es posible que las perspectivas para este año hayan sido recortadas lo suficiente, estamos preocupados porque los números de 2021 todavía tengan que caer. En particular, tenemos serias dudas de que el S&P sea capaz de recuperar los niveles de beneficios previos al coronavirus el próximo año. Un número importante de empresas han aludido a la idea de que la recuperación será lenta o que no existirá. Y otros también subrayan una idea que, intuitivamente, nos parece correcta: llevará un tiempo considerable a la economía de Estados Unidos llegar a los niveles previos al Covid-19", indican en RBC.
Los expertos advierten de que, probablemente, el nivel de visibilidad sobre los beneficios nunca había sido tan bajo como ahora. "Admitimos que realmente no sabemos cómo van a ser los beneficios, especialmente en 2021, y nadie lo sabe. Ni los estrategas ni -más importante- las directivas de las empresas. El resultado es que muchas compañías han retirado sus perspectivas al presentar resultados, lo cual parece justo. ¿Cómo podrían conocer las expectativas para sus negocios si éstos dependen de la salida del confinamiento y del nivel de actividad económica? Esto está fuera de su control de una forma aún más clara que en una recesión normal", argumentan en Bernstein.
Sube la tecnología
La gran protagonista del rally de la bolsa americana tanto de los últimos años como de estos meses ha sido la tecnología. Esto ha provocado que el peso de las 5 mayores firmas del S&P 500 no fuese tan elevado en el índice desde la crisis de las puntocom, lo que ha supuesto una preocupación para algunos inversores, que han temido una burbuja.
"Nos han inundado con preguntas sobre las valoraciones y la concentración de retornos en las 5 grandes firmas. Nosotros reiteramos que los múltiplos actuales no están nada cerca de los de la burbuja puntocom. Entonces, las 5 grandes firmas del S&P tenían un PER de más de 60 veces, ahora es más o menos la mitad (...). En aquel momento la tecnología tenía pocos beneficios, pero ahora es el sector con más ganancias y apenas cotiza con una prima del 9% con el mercado en general", apuntan en BCA Research. Y es que mientras en las firmas tradicionales las estimaciones de beneficio se han derrumbado en el caso de las grandes tecnológicas han resistido.
Con información de EconomíaHoy.mx.