Desde hace tiempo Amazon está en la mira de los organismos reguladores de la competencia a nivel europeo, debido a que en noviembre de 2018 la Comisión Europea investigó a la empresa por copiar los productos que sus rivales vendían exitosamente en su plataforma.
Al tener todos los datos de ventas de cualquier producto, la empresa tiene información vital para fabricar y vender productos similares a los más populares. Trascendió en medios de comunicación que la Comisión Europea acusaría a la compañía después de casi dos años de investigaciones sobre el trato que esta da a los vendedores de terceros, quienes ven como sus datos son sustraídos para luego encontrarse ante una seria competencia.
La Comisión Europea sobre la materia ya ha impuesto sanciones multimillonarias a otras empresas transnacionales en el pasado como Google por el abuso de posición que tiene frente a otros.
Si se formaliza la acusación la empresa deberá aportar pruebas que sustenten su defensa; el proceso puede durar un año y la decisión final pudiera implicar una multa del 10 % de sus ingresos anuales.
Igualmente, la compañía podría recurrir la potencial multa ante el Tribunal de la Unión Europea, pero los precedentes como el de Microsoft en 2004, no invitan a que pueda resultar favorable ese escenario para Amazon.