Habitualmente tendemos a pensar que conforme nos vamos haciendo mayores, nuestra capacidad para aprender un nuevo idioma decrece. Sin embargo, no hay una conclusión 100% clara al respecto.
“La edad no hace que nuestra capacidad de aprender decrezca, sino que hace que aprendamos de otra manera que impacta directamente en los resultados”, dijo Natalia Casal, Learning Specialist de ABA English, startup Edtech especializada en la enseñanza de inglés online.
Según Casal, a diferencia de los niños, los adultos somos totalmente conscientes de estar aprendiendo un segundo idioma y, en este proceso, interfieren otros factores como la motivación, el tiempo o las posibles experiencias pasadas, entre otras.
“Otro elemento que cobra especial importancia en la edad adulta es la metodología que utilizamos para aprender o el profesor que tengamos. Todos estos factores, tienen una incidencia que no podemos obviar en el proceso de aprendizaje”, señaló.
ABA English, comparte también tres reglas básicas a tener en cuenta a la hora de comenzar a aprender un segundo idioma como el inglés:
Perder el miedo a la hora de aprender inglés
Casal afirma que, “a medida que vamos creciendo, lo que sí incrementa es el miedo a equivocarnos o a hacer el ridículo usando un nuevo idioma”.
Tradicionalmente, los alumnos se someten a clases magistrales en las que usar el idioma de manera activa es casi anecdótico, por ello es necesario incrementar la práctica lo máximo posible.
Buscar métodos más eficaces que fomenten la escucha y el habla
Creer que nuestra edad nos va a limitar a la hora de aprender un nuevo idioma es justamente una de las grandes barreras con la que se encuentran los alumnos, haciendo que muchos ni siquiera den el paso a intentarlo.
Por ello, Natalia Casal asegura que es importante no caer en este error y confiar en nosotros mismos, así como buscar una metodología que se adapte a nosotros: “lo que más cuesta a la edad adulta no es tanto la gramática, como la pronunciación. En el caso del inglés, esto es especialmente sensible al ser un idioma que no suena exactamente como se escribe”.
De esta forma, Casal anima a los estudiantes a “huir de los métodos tradicionales de aprendizaje basados puramente en gramática y buscar métodos más eficaces, en el que lo primero sea la escucha y el habla”.
Incluir el inglés en nuestras rutinas diarias
Por último, uno de los consejos que Casal recomienda es no cambiar nuestras actividades diarias, sino incorporar el inglés poco a poco en ellas.
“Practicar siempre es la clave. Si partimos de actividades que nos guste realizar e incorporamos el inglés en ellas, tendremos mucho ganado. Por ejemplo, ver películas en versión original, buscar algún bar con camareros que hablen inglés, acudir a intercambios lingüísticos para tomar algo o dar clases de cocina con profesores nativos”.