A pesar de las caídas en los indicadores económicos resultado de la pandemia por COVID-19 y las facilidades otorgadas a los clientes de las instituciones financieras, este sector no fue afectado por la crisis, aseguró la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
En el documento “Situación del Sistema Financiero de México ante la Crisis por el COVID-19” la institución detalló que la captación bancaria tuvo crecimientos respecto al 2019 de un 12%, aunque el crédito total de la banca disminuyó en 2020. Por ejemplo, el crédito al consumo cayó en -8.2%.
En cuanto a la solvencia a nivel Sistema, el índice de capitalización aumentó en 1.3 puntos llegando a 17.3% en 2020.
“Ante el entorno tan complejo por la crisis la mayoría de los bancos actuaron de forma prudente. Casi todas las instituciones crearon provisiones adicionales a las regulatorias y por lo mismo reportaron menores utilidades”, subrayó.
Por otra parte, para hacer frente a la crisis, la autoridad actuó de forma inmediata definiendo facilidades contables a los intermediarios financieros para que los créditos que participaran en el programa no se registraron como cartera vencida ni para exigirles provisiones.
La cartera de crédito que participó en los programas de diferimiento fue de 916 mil millones de pesos (mmdp), con datos a septiembre de 2020, al tiempo, ocho millones de créditos difirieron sus pagos. No obstante, el monto no es fue de una magnitud tal como para ser un riesgo para el Sistema.
La cartera que participó en los programas era el 18.4% de la cartera de la banca con un porcentaje que representa el 78% de la cartera respecto del capital.
“En síntesis, el programa sirvió a su propósito de alivio a los clientes pero no comprometió al Sistema Financiero”, concluyó.