En México, de COVID se mueren los pobres

Los trabajadores manuales y operativos, las amas de casa, los jubilados y pensionados representan el 94% de los decesos

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 .  (Foto: iStock)
Las inequidades en los determinantes sociales de la COVID-19, como la pobreza y el acceso a la atención  médica que afectan a los grupos vulnerables en México, están interrelacionados e influyen en el riesgo de enfermar  y morir a causa de este padecimiento, advirtió un estudio en la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNAM. 

La investigación denominada "Impacto de los determinantes sociales de la COVID-19 en México" detalló que h

ay evidencia que demuestra cómo en nuestro país  los grupos poblacionales en vulnerabilidad están sufriendo un efecto desproporcionado tanto en contagio como en gravedad y mortalidad a consecuencia  de la COVID-19.  

"Las discrepancias en la incidencia y mortalidad por  la COVID-19 en población vulnerable podrían estar  relacionadas con un mayor riesgo de exposición al  SARS-CoV-2. Por ejemplo, carencias de servicios de  salud y económicas, hacinamiento, problemática familiar, insalubridad en la vivienda y el ambiente,  inseguridad social, discriminación y trabajos que requieren realizarse de manera presencial  (empacadores, agricultura, servicios, atención médica, entre otros). Además, tienen mayor frecuencia de padecimientos subyacentes como la hipertensión, diabetes, obesidad, inmunosupresión o tabaquismo (aunque este último, en un estudio reciente  en población mexicana no demostró ser un factor de  riesgo)", subrayó. 

En ese sentido, destacó que hay una correlación con el empleo de las personas, " las personas de bajo nivel socioeconómico tienen una representación  desproporcionadamente grande en entornos de trabajo esencial como establecimientos de atención médica, granjas, fábricas, comercio, ambulantaje, transporte público, etc.". 

Lo anterior, en tanto, el trabajar en estos ámbitos representa una mayor probabilidad de exposición al SARS -CoV-2, debido a factores como el contacto cercano  con el público y otros trabajadores, la imposibilidad  de laborar desde casa, no tener licencia por enfermedad y un pobre acceso a servicios de salud. Además, habitualmente para cubrir sus necesidades básicas deben trabajar largas jornadas.

Es decir, el trabajo en casa, a distancia, ha sido viable para las personas de  mayores ingresos, pero no para quienes salir a trabajar es su única forma de subsistir y, que además, al  volver a casa se transforman en una fuente de infección para sus familias.  

"En nuestro país los trabajadores manuales y operativos, las amas de casa, los jubilados y pensionados  representan el 94% de los decesos, en tanto que el  resto corresponde a profesionales, directivos y trabajadores del arte y espectáculos", señaló el documento.