Expertos en integridad ¿nuevo campo de oportunidad?

Problemas como los que han atravesado empresas como Facebook les ha dado mayor visibilidad

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 .  (Foto: iStock)

Debido a las recientes declaraciones de la ex empleada de Facebook, Frances Haugen, se ha situado en el radar el “equipo de integridad” de dicha empresa, un departamento fundamental para esa corporación, ya que se encarga de investigar el papel de la red social a la hora de difundir discurso de odio, insultos y cualquier clase de contenido dañino para los usuarios.

En Sillicon Valley el concepto de “trabajar integralmente” se introdujo debido a la creación de este equipo en 2016 durante las elecciones presidenciales estadounidenses, pero las revelaciones de Haugen cuestionan la labor de esta división, pues parecen colisionar con los intereses económicos de la compañía.

Ante ese tipo de situaciones varios exempleados han creado una nueva institución llamada Integrity Institute que tiene como misión conformar una red de profesionales en la integridad para generar consenso público para responder a dudas éticas y técnicas que incluso son aplicables a reguladores y medios de comunicación.

Dentro de una carta de sus fundadores se señala que si las empresas de redes sociales son las nuevas ciudades, ellos son los nuevos planificadores urbanos. No se catalogan ellos mismos como “denunciantes internos” porque no piensan vulnerar sus acuerdos de privacidad, pero si quieren capitalizar el repentino interés público en este campo.

Samidh Chakrabarti, ex responsable del equipo de integridad cívica de Facebook, ahora crítico de la empresa, ha respaldado públicamente la iniciativa del Integrity Institute y ha animado a que se colabore con este para tratar los desafíos de la tecnología y de la sociedad.

En tiempos donde la integridad de las empresas es muy cuestionable este tipo de iniciativas y de campos adquieren mayor relevancia y necesidad porque para las empresas es ya una necesidad contar con equipos o áreas especializadas en integridad y que respalden una ética empresarial sólida sin importar los servicios que presten o los productos que comercialicen las corporaciones o si estas son grandes o pequeñas.