Cómo revertir los daños educativos de la pandemia

De acuerdo con Coparmex CDMX la educación en línea provoca “pobreza de aprendizajes”

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 .  (Foto: Getty)

La decisión de reabrir las escuelas de forma tardía y la carencia de recursos tecnológicos para atender la emergencia por la pandemia de Covid -19 ha dado como resultado que la “pobreza de aprendizajes” ya sea notoria en los niños y adolescentes de educación primaria y secundaria, y haya un grandísimo abandono en los niveles de preescolar, donde los padres privilegiaron las condiciones de enseñanza para los mayores, aseveró la Confederación patronal de México de la Ciudad de México. 

Con el fin de subsanar estas condiciones de afectación a la enseñanza, subrayó la importancia de dotar a las escuelas, a los profesores y a las familias de equipamiento, de conectividad, de capacitación y de insumos para enfrentar las nuevas maneras de comunicación entre los docentes y los alumnos, así como darles seguimiento.

La presidenta de la comisión de educación de Coparmex, Patricia Ganem Alarcón sostuvo en rueda de prensa que entre el ciclo escolar 2018-2019 y el 2020-2021 abandonaron los salones de clase un millón 47,227 alumnos, de los cuales se destaca la salida de 374, 261 de escuelas públicas, 770,727 de escuelas particulares del país, mientras 37,734 maestros quedaron sin trabajo.

A detalle, dejaron de asistir a la educación preescolar 274,387 alumnos en las escuelas particulares, mientras que en instituciones públicas fueron 178,212, lo que hizo evidente que los padres de familia prefirieron otorgar el poder económico reducido, así como las herramientas tecnológicas a los niños de edad y estudios más avanzados.

Otros datos del impacto de la pandemia en la continuidad educativa fue la inserción en el mercado laboral de estudiantes que dejaron truncos sus estudios, pues si al final del ciclo escolar 2018-2019 se titularon 507,349 estudiantes, en el 2019-2020 lo hicieron 461,337, mientras que la cifra a la baja creció en 2020-2021 cuando sólo 386, 444 lograron su titulación.

Ganem aseguró que contrario a como lo realizaron otros países cuando corroboraron que las escuelas eran espacios seguros y para evitar la afectación de las condiciones emocionales de los alumnos, no aumentar el estrés de las madres y padres de familia y evitar el abandono escolar, en nuestro país las abrieron de forma tardía, casi un año después de que lo hicieron los primeros como Inglaterra, España, Bélgica, entre otros.

Explicó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es integrante, los investigadores a nivel internacional (especialmente de países nórdicos y asiáticos) y algunas universidades mexicanas como la Universidad Veracruzana, están dando seguimiento a los aprendizajes fundamentales de los alumnos de educación básica y comentan que las condiciones a distancia no completan el dominio de los datos requeridos y mucho menos cumplen con el desarrollo de habilidades deseables. 

“La ‘pobreza de aprendizajes’ ya se observa. Los alumnos de primaria y secundaria han manifestado graves problemas de comprensión lectora y de bajas capacidades de razonamiento lógico; así como dificultades para profundizar a través de la investigación y de la búsqueda de información en los medios electrónicos”, expresó.

Refirió que la proporción de niños que viven en situación de pobreza de aprendizaje en México era de 53% antes de la pandemia y podría alcanzar hasta 70% más ante el cierre prolongado de las escuelas y la carencia educativa que aún tiene el aprendizaje a distancia.

Hoy la carga del modelo de enseñanza a distancia recae en los padres de familia y principalmente en los maestros, agregó Gánem: “Se deja en manos de las madres y padres de familia la responsabilidad de decidir si los estudiantes regresan a clases y 50% de los progenitores han decidido que sus hijos no regresen a clases.

“Y el Modelo a Distancia o Híbrido recae en las espaldas de los profesores, sin que estos cuenten con equipamiento y conectividad adecuada para el trabajo, tanto en el contacto como el formato pedagógico. No basta comunicarse con los alumnos, ni mandarles actividades por correo electrónico; hay que enseñarles a trabajar a distancia, a buscar información, a mantener la atención en un tema y a profundizar cuánto se necesita para investigar un tema”.

Para finalizar explicó que el aprendizaje en línea no es igual al aprendizaje presencial, además de que los daños socio-emocionales que padecen los niños por estar fuera de la escuela son graves, especialmente la depresión. Y su acumulación podrían durar décadas en recuperarse. Por lo que el regreso a las aulas aminora el estrés y disminuye la violencia que pudieron sufrir durante los largos meses de pandemia y de confinamiento.