En los últimos días se ha presenciado un nuevo conflicto bélico debido a los ataques que se están desarrollando en territorio europeo. Imágenes de personas aterradas, huyendo de las ciudades en caravanas de coches que intentan eludir los bombardeos recorren todo lo que es el ciberespacio.
Las redes sociales son como un “martillo”, ya que sirven para construir, pero también para destruir. Han servido recientemente como un altavoz para transmitir múltiples mensajes a diferentes personas por todo el planeta.
Además de los periodistas ubicados en el lugar de los hechos, ahora se tienen noticias y publicaciones de última hora que se publican por medio de las redes sociales, que llegan no solo de los cronistas, sino también de las personas que están sufriendo estos hechos tan lamentables.
Es posible apreciar fotos y videos de los sucesos en territorio ucraniano y aunque plataformas como Twitter ha limitado en gran medida ciertas publicaciones, existe mucha información disponible.
Gracias a hashtags como #Ukraine, #UkraineWillResist se pueden visualizar imágenes, audios, videos y diferentes publicaciones que pueden considerarse como “breaking news” en toda la extensión del concepto.
Al revisar los perfiles de quienes comparten ese contenido, muchos de ellos no son periodistas, son ucranianos que están viviendo desafortunadamente los horrores del conflicto armado. Otros perfiles, desatinadamente, comparten contenido falso o fuera de contexto alimentando el fenómeno de las “fake news” o desinformación. Por ello, hay que tener mucho cuidado cuando se visualiza la información y verificar las fuentes, antes de compartir o transmitir el contenido.
Este fenómeno no es nuevo. En el conflicto en Siria y en general en Medio Oriente y en otras latitudes como Afganistán, ante la ausencia de periodistas, han sido los propios ciudadanos los que han empleado las redes sociales para transmitir información al resto del mundo.
Incluso las partes en el conflicto han empleado estos medios para difundir y sustentar su postura ante su población y el resto del mundo.
Los medios de comunicación han tenido desde hace varias décadas un papel fundamental en los conflictos armados, puede que el de Ucrania y Rusia sea la primera guerra seguida por TikTok, pero hay que recordar otros episodios como el Libia hace no muchos años, donde el entonces presidente Gadafi fue ejecutado y el mundo entero lo presenció a través de YouTube, o el caso de Ceaucescu en Rumanía a finales de los años 80’s del siglo XX, cuyo fusilamiento fue transmitido por televisión. Es bueno estar informado, pero hay que saber manejar ese contenido y a quien se transmite.