Las empresas emergentes y los esfuerzos de innovación social fundados o dirigidos por mujeres no sólo ayudan a fortalecer los ecosistemas empresariales que apoyan a las mujeres, sino que también son buenos para el desarrollo económico y social, aseveró Makesense.
Refirió que investigaciones del GEM y del Aspen Network of Development Entrepreneurs revelan que cuando las mujeres dirigen sus propios negocios, emplean a más mujeres; y que las economías que tienen un alto índice de mujeres emprendedoras son más resilientes a crisis financieras y experimentan desaceleración económica menos frecuentemente.
Estos estudios también muestran que los proyectos de mujeres es una necesidad, pues se requiere crear productos y servicios que empaten con las necesidades de las mujeres, adolescentes y niñas.
“El 85% de los diseñadores e ingenieros de producto son hombres, y frecuentemente no toman en cuenta las necesidades de las mujeres”, detalló.
En la opinión de Makesense, en nuestro país “existe una brecha muy importante en términos de las profesiones que están más ocupadas por mujeres, y que cuando se orienta a una profesionalización de la visión tecnológica o de las grandes tendencias que tienen los emprendimientos, involucra también una falta de mujeres en el ecosistema, pues no necesariamente tienen las oportunidades de emprender, incluso por un tema de prejuicio de los roles de género”.
Sin embargo, la agencia de innovación social reconoce que, desde su experiencia, también existen proyectos sociales que están impactando de manera significativa el bienestar de las mujeres mexicanas y generando impacto en la igualdad de género.
Seguir generando iniciativas que impacten positivamente la vida de las mujeres es esencial para continuar por el camino de la igualdad de género.
La directora de Operaciones de Makesense para las Américas,Kenza Zouaoui, asegura que existen tres enfoques desde los cuales se pueden abrir oportunidades: ciudadanía, emprendimientos y organizaciones.
“Para la ciudadanía hay más conciencia de género y voluntad para lograr el ODS 5; en cuanto a los emprendimientos, en los diez últimos años hemos visto crecer el número de emprendedoras lideresas; y desde las organizaciones, vemos cada vez más mujeres en puestos de liderazgo y como agentes de cambio dentro de pymes y en corporativos internacionales”, explica.
Sin duda, las mujeres son uno de los grandes motores del cambio en el país. Entenderlo desde una visión más formal y desde la innovación social es importante, pero también lo es reconocer que existe un lado retador, ese donde las mujeres sin herramientas más que su fuerza de trabajo, se están abriendo paso y además fortalecen de manera importante el sistema económico del país.