Mujeres emprendedoras reducen la desigualdad

En México hay un desafío sistémico cuyo origen deriva de la desigualdad de oportunidades para las mujeres, que a su vez surge de la ausencia de oportunidades en la educación

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Investigaciones del GEM y del Aspen Network of Development Entrepreneurs revelan que cuando las mujeres dirigen sus propios negocios, emplean a más mujeres; y que las economías que tienen un alto índice de mujeres emprendedoras son más resilientes a crisis financieras y experimentan desaceleración económica menos frecuentemente.

Estos estudios también muestran que los proyectos de mujeres es una necesidad, pues se requiere crear productos y servicios que empaten con las necesidades de las mujeres, adolescentes y niñas. El 85% de los diseñadores e ingenieros de producto son hombres, y frecuentemente no toman en cuenta las necesidades de las mujeres, detalló Makesense. 

“Existe una brecha muy importante en términos de las profesiones que están más ocupadas por mujeres, y que cuando se orienta a una profesionalización de la visión tecnológica o de las grandes tendencias que tienen los emprendimientos, involucra también una falta de mujeres en el ecosistema, pues no necesariamente tienen las oportunidades de emprender, incluso por un tema de prejuicio de los roles de género”, subrayó. 

Sin embargo, la agencia de innovación social reconoce que, desde su experiencia, también existen proyectos sociales que están impactando de manera significativa el bienestar de las mujeres mexicanas y generando impacto en la igualdad de género.

A detalle, México es un país donde predomina la fuerza femenina. Según cifras del INEGI, históricamente la población mexicana ha estado compuesta por más mujeres que hombres: desde 1995 la población de mujeres ha superado el 50% en el país.

La representación de las mujeres no sólo sobresale a nivel población sino en educación y participación económica. De acuerdo con la UNESCO, en el nivel medio superior hay una mayor representación de mujeres comparada con hombres, mientras que Centro de Investigación de Políticas Públicas IMCO explica que la participación de mujeres en la economía llegó a 44% en el último año, la cifra más alta desde que inició la pandemia.

“En México hay un desafío sistémico cuyo origen deriva de la desigualdad de oportunidades para las mujeres, que a su vez surge de la ausencia de oportunidades en la educación, lo cual conlleva a la falta de acceso a estudios profesionales, necesarios para poder acceder a círculos de emprendimiento en una visión formal”, advirtió.

Para los expertos, eliminar esas brechas es una de las metas más importantes, pues las empresas emergentes y los esfuerzos de innovación social fundados o dirigidos por mujeres no sólo ayudan a fortalecer los ecosistemas empresariales que apoyan a las mujeres, sino que también son buenos para el desarrollo económico y social.