De las más de 120 millones de personas que hay en México, cinco millones fueron diagnosticadas con depresión en 2019, y al menos 4.68 millones no tuvieron un tratamiento adecuado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que significa que más de la mitad de la población no tiene acceso a salud mental, incluido uno de los sectores que más empleos producen, los emprendedores.
Este grupo, en Latinoamérica, tiene hasta 50% más probabilidades de sufrir un trastorno mental que los empleados, afectando así su calidad de vida y la de sus negocios, de ahí la importancia de contar con un exitoso trío del emprendimiento, de acuerdo con Actipulse -empresa pionera de tecnología médica centrada en la salud mental-.
Salud mental en México, ¿desigual?
Adrien Châtillon, co-fundador y CEO de Actipulse, lamentó a IDC que en México el acceso a la salud mental está reservado a una aparte de la población, pues al menos la atención psiquiátrica ronda los mil pesos, "que comparado con los salarios del país, hace que el servicio se vuelva extremadamente caro”.
Pero eso no es todo, ya que existe una deficiencia en la capacidad que hay para atender a la población, pues datos de la OMS muestran que en el país hay 3.45 psicólogos y .207 psiquiatras por cada 100 mil habitantes, y solo se destina un 2% del presupuesto sanitario a este rubro.
Pese a que existen aplicaciones o líneas de atención psicológicas que ofrecen ayuda gratuita o a precios accesibles, los estigmas siguen frenando el pedir auxilio, pues aunque estamos “avanzados en materia de salud mental en las empresas, cuando eres emprendedor da pena dar el primer paso para pedir ayuda”.
Trío de un emprendimiento exitoso (salud mental, tiempo y dinero)
¿Qué es el 'trío de un emprendimiento exitoso’? Châtillon lo describió a IDC: “Hay tres factores muy importantes para un emprendedor, el tiempo, el dinero y la salud mental”, si bien, de los dos primeros se habla constantemente, de la energía mental no, aun cuando el 80% de las startups desaparecen por “autosabotaje”.
El emprendedor de neurociencia sugirió equilibrar la vida personal y profesional, y no exceder las jornadas laborales, ya que si se agota la energía, más tarde será complicado tomar decisiones difíciles, lo que afectará la productividad del negocio.
"Como emprendedores hay que aprender a reconocer cuando requerimos ayuda”, especialmente si hay depresión o ansiedad, y aunque esto puede no ser sencillo, un buen primer paso es acercarse a recursos humanos, a los amigos o familiares.
Si bien, la prioridad para el país en materia de salud se ha enfocado en temas como la obesidad, tanto la iniciativa pública como privada necesitan comenzar a priorizar al bienestar mental de los emprendedores, quienes generan siete de cada 10 empleos formales, y si ellos están bien, la población ocupada crece y la economía nacional.
En Francia, por ejemplo, Adrien recordó que al quebrar una empresa además del protocolo legal que se sigue al declarar una compañía en bancarrota, aparece un psicólogo que le señala al emprendedor que va a pasar meses difíciles e intenta apoyarlo en el proceso, en tanto, en Holanda hay más psiquiatras per cápita que en México.
Recomendaciones para emprendedores
Châtillon recomendó “no mirar al emprendimiento como una carrera de 100 metros, sino como un maratón, manteniendo la energía a largo plazo”, además de:
- ser paciente, darse permiso de fallar y tomarse su tiempo; los emprendedores no deben dejar llevarse por el éxito o crecimiento de otras compañías, ya que no todas crecen igual o al mismo ritmo
- comenzar a usar lenguaje más positivo respecto a la salud mental y eliminar estigmas respecto que la salud mental es para “locos”
- respetar los horarios de los empleados y el propio; respetar el derecho a la desconexión
- hacer ejercicio, tener una buena dieta y jornadas de sueño
- balancear la vida social, familiar y laboral
- enfocarse en lo positivo y visualizar el logro de metas
- elaborar un diario de progresos con una lista de razones por las cuáles seguir
- aceptar los bajones emocionales y no tener miedo de pedir ayuda y apoyar a quienes la necesiten normalizando la situación sin juzgarse