Un viejo adagio precisa que “ojos que no ven, corazón que no siente”, y al parecer en Reino Unido, dicho refrán está teniendo “eco” en el tema de mejorar la alimentación de los consumidores británicos.
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Los supermercados tienen ubicaciones estratégicas para determinados productos para facilitar su promoción y sean de interés, eso sumado a los planes de venta consiguen que muchas veces los usuarios adquieran variedad de artículos, entre ellos, aquellos que no se consideran sanos.
Ante ello, el gobierno británico quiere terminar con las promociones y demás publicidad de alimentos poco saludables. Se quiere restringir los anuncios de este tipo de alimentos a partir de octubre de 2022.
La medida es parte de la estrategia británica contra la obesidad y favorecer la salud de los habitantes. Originalmente estaba previsto que se implementaría en abril de 2022, pero se ha dado tiempo a las empresas para prepararse.
La regulación afecta a medianas y grandes empresas que cuenten con 50 o más empleados y sus locales ubiquen una superficie de más de 600 metros, los pequeños supermercados quedan excluidos.
Las promociones de alimentos y bebidas con alto contenido de grasas, azúcar y sal no podrán exhibirse en los sitios clave, tales como cajas, entradas o extremos de los pasillos. Así, se elimina la incitación de compra de esos productos y se pretende que en esos lugares se coloquen alimentos saludables.
También se deberá eliminar gradualmente las promociones de compra múltiple como el “2x1” o “compra uno y lleva otro gratis” y sus similares. El comercio electrónico también está sujeto a estas medidas, haciendo una analogía de los sitios clave en las páginas web o aplicaciones. Pizzas, helados, dulces, comidas preparadas no podrán ser sugerencias o recomendaciones.
La motivación de la nueva regulación es que las enfermedades vinculadas con la obesidad le cuestan al gobierno británico cerca de seis millones de libras esterlinas al año, siendo dos tercios de los adultos quienes padecen sobrepeso u obesidad, y en los niños es uno de cada tres.
Adicionalmente se están analizando otras estrategias como introducir un etiquetado obligatorio de calorías en restaurantes, cafeterías, y comida para llevar, así como limitar la publicidad de alimentos no saludables antes de las 21 horas para proteger a los menores de ese contenido.
La situación en Reino Unido contrasta con la de México, en donde desde hace un par de años se implementaron restricciones como el etiquetado comercial y limitaciones a la publicidad. Solo el tiempo demostrará si los problemas relacionados con la obesidad disminuyeron ante estas medidas.