Explotar las oportunidades de la tecnología financiera pasa por reconocer que la regulación no debe ser un obstáculo para la innovación
En México, la carga regulatoria en materia de digitalización dificulta que empresas pequeñas y medianas utilicen la nube para los servicios financieros, a pesar de tener el potencial de aumentar la competencia en esta industria, advirtió el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Explicó que dos de las principales barreras que limitan el uso de la nube para los servicios financieros son, por un lado, la obligatoriedad de notificar y de recibir autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para utilizar servicios de cómputo en la nube en el exterior. Del otro lado, se encuentran los requisitos de residencia de datos -la obligación de que todo el contenido almacenado y procesado permanezca dentro de una determinada jurisdicción- y de contar con infraestructura propia en territorio nacional.
Lo anterior, abundó, aumenta los costos de acceder a estos servicios, especialmente para las empresas fintech que comúnmente tienen menores recursos financieros, operativos y humanos que los bancos. "En términos generales, se reduce la competitividad de los servicios financieros en México al elevar la carga burocrática", puntualizó. Por ello, indicó, la regulación debe evitar un efecto contraproducente en el desarrollo de los servicios de cómputo en la nube al elevar las barreras para innovar y aumentar la complejidad operativa para las empresas. Además, tercerizar el almacenamiento de datos puede tener un efecto positivo en la capacidad de las instituciones financieras para competir, hacer su operación más eficiente, innovar, e incluso para entrar al mercado mexicano. Al mismo tiempo, es importante que la regulación sea congruente con las disciplinas de servicios financieros plasmadas en el T-MEC. Esto obliga a México a trabajar con Estados Unidos y Canadá para promover el libre flujo transfronterizo de datos, minimizar las políticas restrictivas como los requisitos de residencia, y encaminarse hacia un mercado integrado de servicios financieros digitales en América del Norte. En ese sentido, propuso: "Explotar las oportunidades de la tecnología financiera pasa por reconocer que la regulación no debe ser un obstáculo para la innovación, y que el objetivo de gestionar riesgos no se contrapone con tener un ecosistema de servicios financieros altamente dinámico que permite aumentar la penetración de los servicios financieros en México", concluyó.