De acuerdo con un estudio realizado por el organismo a pesar del incremento en la participación de las mujeres en puestos como direcciones generales y de área, su representación en los puestos directivos (31%) y de titularidad media (44%) de las secretarías de Estado aún es baja comparación con el porcentaje de mujeres en la plantilla laboral (49%), en ese sentido, indicó que 33% de las direcciones generales son ocupadas por mujeres. Este porcentaje disminuye a 28% para las jefaturas de unidad, el tercer puesto de mando más alto.
Asimismo, advirtió que en la Secretaría de Educación Pública no hay mujeres al frente de las jefaturas de unidad y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social cuenta con el mayor número de mujeres en las direcciones generales (45%) y 10 secretarías más aumentaron la participación de las mujeres en este puesto.
Respecto a los salarios que las funcionarias reciben, el IMCO encontró que en las secretarías de Estado, la diferencia de ingresos promedio entre hombres y mujeres es de 8% en los puestos de mando medio y superior. Aunque esto representa una disminución de dos puntos porcentuales con respecto a 2021, una menor participación de las mujeres en los puestos más altos tiene un impacto en los ingresos que ellas reciben.
A su vez, en ocho de cada 10 secretarías, los ingresos promedio de las mujeres son menores que los ingresos de los hombres en los puestos de mando y entre 2021 y 2022 la brecha salarial aumentó en siete secretarías de Estado. Turismo es la secretaría con la mayor diferencia de ingresos, pues por cada 100 pesos que ganan los hombres las mujeres ganan, en promedio, 64 pesos.
Destacó que solo 13% de los puestos de jefatura de unidad en el mayor nivel de ingreso (159,724 pesos al mes) son encabezados por una mujer. La falta de servidoras públicas en los niveles más altos del tabulador refleja los retos que enfrentan para crecer dentro de la estructura laboral. Además, seis titulares de las secretarías de Estado reciben un ingreso mensual mayor al establecido en el tabulador. Esta diferencia de ingresos ocasiona una brecha salarial de género negativa, es decir, las titulares de secretarías de Estado perciben un ingreso 1% menor que los secretarios de Estado.