Se publicó en la edición vespertina del DOF del 28 de octubre de 2022 un decreto por el que se expide la Ley de los Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos (LHH), un ordenamiento que dentro de sus particularidades pone fin al conocido “horario de verano”, suprimiendo el cambio que los ciudadanos generalmente hicieron por más de veinte años durante los meses de abril y octubre, ya sea adelantando o atrasando una hora. Situación que siempre emparejó y desató polémica por sus supuestos beneficios y perjuicios.
Por ello, es que a continuación el maestro Jesús Edmundo Coronado Contreras, coordinador editorial de las áreas de Fiscal, Jurídico Corporativo y Comercio Exterior en IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral, coordinador de la comisión de Derecho Penal Internacional del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C., socio del área Penal Internacional de la firma JMJ Partners and Lawyers y miembro del consejo editorial de la editorial Wolters Kluwer / Bosch México y su revista Praxis Legal, describe un panorama general de esta legislación y la temática en general.
Panorama general
El “horario de verano” implementado en México desde 1996, terminó el 30 de octubre de 2022 y todo indica que este no volverá, pues se regresa al “horario de Dios” (“simpática” proclama de una legisladora perteneciente a la mayoría en la Cámara de Diputados).
Durante 26 años se modificó el horario en abril (adelantando una hora) y en octubre (retrasando una hora). Sin embargo, en julio de 2022 el titular del ejecutivo federal presentó una iniciativa en la que se expedía la Ley de Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos (LHH) la cual suprime el horario de verano, bajo el argumento de que 71 % de la población lo rechaza y el ahorro en el consumo de electricidad es solamente del 0.16 por ciento, entre otros.
Dentro de este nuevo ordenamiento conformado por solamente siete artículos se establecen en el territorio mexicano las siguientes zonas y se reconocen los meridianos que les correspondan:
- zona centro: referida al meridiano 90 grados al oeste de Greenwich, que comprende la mayor parte del territorio nacional
- zona pacífico: concerniente al meridiano 105 grados al oeste de Greenwich, que comprende los territorios de los estados de Baja California Sur; Nayarit, con excepción del municipio de Bahía de Banderas, el cual se regirá conforme a la zona centro; Sinaloa y Sonora
- zona noroeste: alusiva al meridiano 120 grados al oeste de Greenwich, que comprende el territorio del estado de Baja California
- zona sureste: perteneciente al meridiano 75 grados al oeste de Greenwich, que comprende el territorio del estado de Quintana Roo, y
- las islas, arrecifes y cayos quedarán comprendidos dentro del meridiano al cual corresponda su situación geográfica, y según los instrumentos de derecho internacional aceptados
Se prevé que en el caso de que un estado pretenda adoptar una de las zonas horarios o los horarios estacionales, su congreso local podrá enviar al Congreso de la Unión, la iniciativa por la que modifica o que desea adoptar ya sea la entidad federativa o un municipio o alcaldía.
La propuesta de la mayoría de los miembros del congreso local o el titular del ejecutivo correspondiente podrá realizar foros y/o consultas ciudadanas para conocer la opinión pública sobre dicha adecuación del horario. El Congreso de la Unión, una vez que reciba la iniciativa, solicitará opinión a la Secretaría de Gobernación antes de iniciar el proceso legislativo del artículo 72 constitucional.
Se establece también un caso en particular dentro de esta legislación en el que tratándose de entidades federativas o municipios que colinden con otra entidad federativa o demarcación territorial extranjera, con un huso horario distinto de aquel que actualmente le corresponde conforme a la LHH, el Congreso de la Unión deberá realizar las modificaciones correspondientes a dicho ordenamiento dentro de los 90 días siguientes a la presentación de la iniciativa formulada.
Si la iniciativa de modificación del horario de una entidad federativa o municipio proviene del ejecutivo federal o de las cámaras de senadores o diputados, el Congreso de la Unión tendrá que solicitar la opinión del congreso local y contar con la aprobación de la mayoría de sus integrantes para proceder a la adecuación o adaptación horaria.
En Quintana Roo y Sonora no hubo modificaciones porque esos estados no participan del horario de verano desde 2015 y 1998 respectivamente. La primera entidad determinó no modificar su horario para beneficiar su principal actividad económica que es el turismo; en el caso de Sonora, debido a la integración económica con el estado de Arizona, Estados Unidos (comparten cerca de 500 kilómetros de frontera) han sincronizado sus horarios para no aplicarlo.
Vigencia
La LHH entró en vigor el 30 de octubre de 2022 y abrogó la Ley del Sistema de Horario en los Estados Unidos Mexicanos.
¿Positivo o negativo?
Sin lugar a duda la introducción de esta nueva legislación ha “reavivado” el debate sobre la conveniencia o no de modificar el horario dos veces durante el año, si esta conllevaba afectaciones para la salud, si facilitaba el intercambio comercial o implicaba un ahorro de energía.
Las posturas son varias y como pudo verificarse en el congreso desató polémicas, como el pronunciamiento de una legisladora que sostenía que de preservarse uno de los dos horarios debía ser el “horario de verano”, porque con él las mujeres podían tener mayor seguridad al salir de sus centros de trabajo a las 18 horas. Postura que entraña también una crítica, pero que debe atenderse más de la vertiente de mejorar la seguridad y evitar la violencia de género que una cuestión del cambio de horario.
Uno de los sectores que más cuestionó la eliminación del “horario de verano” fue el empresarial, que señaló que este siempre facilitó la coordinación con las empresas localizadas en los Estados Unidos; no obstante, un contraargumento pudiera ser que las empresas transnacionales o que tienen esa relación estrecha “adapten” sus jornadas de trabajo. Una mediana solución que pudiera tener afectaciones más de corte laboral que en otros ámbitos, pero que resulta factible ante el contexto.
Igualmente, se indicó que existiría un desfase en lo que son las bolsas de valores (principalmente Nueva York y Ciudad de México), toda vez que lo ideal es que estas operen a la par para evitar disrupciones, aunque tampoco se trata de una cuestión insoslayable.
Sobre el ahorro en el sector energético, desde 1996 existió la interrogante sobre qué tanto beneficiaba
el consumo de luz, situación que se encontraba en un constante entredicho ante frases como: “La luz que no se gasta en la noche, se consume en la mañana”. Y es que también se vincula ello con el aspecto geográfico, puesto que al estar México situado en el hemisferio norte durante el invierno las noches son más largas, ello es independiente de la determinación gubernamental de fijar una hora en específico.
También se ha referido que la medida atiende más a un carácter “populista” que realmente “técnico”, ya que se organizaciones afirman que a las personas no les agrada hacer los cambios de horario, independientemente si es atrasar o adelantar una hora, los individuos se quejan, al suprimir ello es un mecanismo para “agradar” y no necesariamente para “beneficiar”.
Argumentos varios que no repercutieron en la determinación final que fue la aprobación de la iniciativa de la LHH y que pone fin al cambio de horario. El debate seguramente continuará a lo largo de los próximos meses, especialmente a partir de abril, cuando se hubiera dado nuevamente una modificación y ahora esta no se llevará a cabo.
Será importante verificar si en los sectores que se han decantado por oponerse a la erradicación del horario estacional, efectivamente se confirman esas consecuencias que se han referido. Habrá que dejar correr las “horas” para constatar si alguien tenía razón.
Comentarios finales
Francisco de Icaza fue un conocido poeta y diplomático mexicano de la segunda parte del siglo XIX e inicios del siglo XX, entre sus obras destaca un poema titulado “las horas”, que entre sus líneas destaca:
¿Para qué contar las horas
de la vida que se fue,
de lo porvenir que ignoras?
¡Para qué contar las horas!
¡Para qué!
Haciendo alusión a si es necesario o no “sufrir” con el pasar de las horas, y es que resulta innegable que los seres humanos vivimos con esa “dependencia” en el tiempo. Los avances de la ciencia y de la tecnología han simplificado muchos aspectos de nuestra cotidianeidad y nos permiten realizar diferentes tareas y no destinar “tiempo” a otras. Existe la tendencia, directa e indirectamente, consciente o inconscientemente, de querer llevar a cabo más cosas, intentando “maximizar” el tiempo.
Tal vez sería más oportuno dejar de lado el tiempo y efectuar las tareas de la mejor manera posible, lejos de ese “grillete temporal”. Si la erradicación del horario de verano implicará menores dolores de cabeza, alteraciones de sueño, irritación y una mejor productividad, en este punto solamente nos queda esperar para “ver que dice el tiempo” respecto
a esta nueva legislación y sus implicaciones.