La sostenibilidad va más allá del reciclaje, las reforestaciones o el voluntariado; la realidad es que se trata de una propuesta de modelo económico que está transformando los mercados y las industrias, no solo por reputación o adaptación a las nuevas generaciones, sino por un urgente imperativo: “las complejidades socio-ambientales que estamos enfrentando”, indicó Ilunka.
De acuerdo con la ONU, para considerar a una empresa sostenible es necesario contemplar aspectos tan específicos como la calidad de vida de las y los trabajadores, los impactos socio-ambientales que sus productos o servicios están generando, así como su impacto económico en la región.
Adriana Pulido, CEO de ILUNKA y especialista en criterios ESG (Environmental, Social and Governance, por sus siglas en inglés) para empresas latinoamericanas explicó que la sostenibilidad es una práctica integral que comprende todas las ramas posibles en la actividad empresarial, las compañías que buscan establecerse y ser resilientes a lo largo del tiempo deben considerar factores clave como un mapeo de riesgos, la reputación corporativa, la salud de sus colaboradores, su capacidad de resistir a las crisis, el impacto ambiental de toda su cadena de suministro y producción y sobretodo, entender el entorno social, económico, político y ambiental donde se desarrollan para ser verdaderamente capaces de crear planes de acción ante el futuro.
De acuerdo con la experta, para poder identificar si una empresa cuenta con políticas sostenibles, debemos considerar los siguientes aspectos:
Ambientales: el fundamento de la sostenibilidad siempre ha sido el cuidado y preservación ambiental para el futuro. Una empresa responsable con el ambiente debe tener implementadas políticas de reducción de residuos, medición de gases efecto invernadero, estrategias de reducción en el consumo de la energía, agua, reciclaje, investigación en la cadena de proveedores y producción, así como realizar acciones coherentes con los mensajes que transmiten a todos sus públicos internos y externos.
Sociales: el factor social y humano juega un papel fundamental en el camino a formar empresas sostenibles. Para ser consideradas en este aspecto, las compañías pueden y deben ser conscientes sobre el impacto social de toda su actividad. Desde los colaboradores/as, sus familias, proveedores y consumidores, las empresas deben considerar el nivel de alcance positivo generado en el bienestar social de grupos de interés. Otros aspectos fundamentales son gestionar estrategias para la promoción del talento humano con perspectiva de género, igualdad de oportunidades, propiciar un ambiente de bienestar en sus colaboradores, tener guías de salida y recolocación ante despidos, brindar capacitación y muy importante, preocuparse por su inmersión en las comunidades donde se desarrollan sus actividades, pues estos son indicadores fuertes de negocios responsables y actualizados frente a aspectos ESG.
Gobernanza: el gobierno corporativo, accionistas y gerencia tienen un gran peso a la hora de la sostenibilidad empresarial. En este aspecto, las empresas responsables deben contar con planes de acción ante posibles crisis reputacionales, así como un mapeo de riesgos socio-ambientales, reputacionales, de contexto, operativos, entre otros, los cuales podrían comprometer la actividad empresarial. Tener equipos directivos y de decisión diversos, ser empresas honestas y transparentes con sus resultados e impactos ambientales, tener control sobre las actualizaciones legislativas en materia ambiental y códigos de ética bien establecidos para llevar un proceso de gestión claro, son ejemplos de compañías preocupadas por la inmersión económica sostenible.
“Como podemos observar, los criterios ESG engloban de manera estratégica las responsabilidades del mundo empresarial ante la sostenibilidad como herramienta para un mundo mejor. El sector empresarial de cualquier tamaño y de cualquier industria ya no se puede dar el lujo de estar fuera de este actuar. La permanencia de las operaciones de una empresa dependen directamente de su capacidad de adaptarse y de aportar valor a la sociedad, no solo generando empleo, ni cumpliendo la regulación, sino yendo más allá de su producto, y esto solo se logra a través del despliegue de una estrategia de negocio con enfoque de sostenibilidad y de ESG”, concluyó Pulido.