De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), la condición necesaria para que se recupere la economía es la reactivación de la inversión y para ello es fundamental mejorar las condiciones.
En este contexto, la inversión recientemente anunciada por la automotriz Tesla es muy buena noticia. La operación tiene la ventaja del monto cuantioso por sí mismo, del potencial de empleos con percepciones quizá mayores con relación a otras plantas y quizá de derrama de conocimiento tecnológico moderno.
Al respecto, es importante analizar la discusión previa al anuncio en cuanto a la localización de la planta en el país. Naturalmente, sería deseable que este tipo de inversiones se situaran en el Sur-Sureste, como lo expresó el presidente, afirmando inicialmente que no se permitiría la instalación en Nuevo León.
Pero la empresa simplemente se negó, insistió en su propuesta y finalmente se concretará en Nuevo León, no en el Sur-Sureste. La decisión no sorprende, pero conviene analizar por qué.
Al respecto, el CEESP explicó que las inversiones del sector automotriz se llevan a cabo en una región que pudiera llamarse el “corredor” TLCAN o TMEC.
“Es decir, de Puebla hacia el norte. La decisión e insistencia de Tesla confirma entonces la preferencia geográfica de muchas otras”, indicó.
Además es en dichas regiones donde las condiciones son mejores que las de los estados del sur. Por un lado, de infraestructura, conectividad y logística, entre otras, y, por otro, de la actitud y las políticas de las autoridades y la población hacia la inversión y la modernidad han sido más positivas.
Evidentemente, para el desarrollo del Sur-Sureste, ausente desde el comienzo del desarrollo industrial relacionado con el TLCAN, sería deseable que las inversiones se llevaran a cabo ahí, señaló.
“Pero la lección es clara, la región requiere de muchos elementos que son responsabilidad del Estado, como mejor infraestructura, logística, comunicaciones, conectividad, seguridad de energía eléctrica, regulaciones adecuadas y estado de derecho, además de actitud positiva de autoridades y población ante la inversión”, destacó.
Así, subrayó que varios de esos elementos son de inversión pública, que ha caído sustancialmente, salvo en los proyectos insignia del sector público se han concentrado en unos cuantos como el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
“Como se ha señalado en repetidas ocasiones, es fundamental que el gobierno de mejores señales para que la inversión se reactive en el país y particularmente en el Sur-Sureste mediante un discurso más amigable y políticas que promuevan un mejor ambiente para invertir. Mejor infraestructura, logística y conectividad son requisitos para reducir los costos de operación de la economía, además de más seguridad pública, mejor regulación, apego al estado de derecho y eliminación de la extorsión”, concluyó.