¿La educación no es de interés nacional?

En México la deficiente calidad de la educación limita fuertemente el bienestar de las familias de menores recursos y sus posibilidades de movilidad social

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 .  (Foto: iStock)

El pasado 10 de abril se publicó un acuerdo en el que el INEGI indica que “se revoca la determinación como Información de Interés Nacional a la Información Estadística del Sistema de Información y Gestión Educativa en términos de lo establecido por la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica…”, 

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado detalló que el acuerdo señala que la información del Sistema de Información y Gestión Educativa (CIGED) deja de ser de interés nacional al no cumplir con alguno de los cuatro criterios requeridos para ello. Dichos criterios se refieren a cuestiones geográficas, a mandatos constitucionales, a diagnósticos necesarios para atención pública o planeación, y a que la información se genere de forma adecuada y con base en una metodología sustentada.  

“Es inaceptable que la información del Sistema Educativo Nacional no cumpla con los criterios necesarios para que sea de interés nacional. El acuerdo del INEGI para detener la publicación de la información en materia educativa es extraño. Puede deberse a la incapacidad de la Secretaría de Educación para generarla o a una reticencia a publicar resultados. En todo caso, la decisión de dejar de considerar de interés nacional a la información del SEN no es lo que la mejoría de este requiere y lo que el contribuyente merece del rubro presupuestario de mayor tamaño”, advirtió. 

Al respecto, indicó que la educación es uno de los temas más relevantes para la sociedad en su conjunto. Además, la educación es un factor determinante de la productividad y competitividad de los países, mediante la formación de capital humano propicio para esos propósitos en el mundo moderno.

No obstante, advirtió que en México la deficiente calidad de la educación limita fuertemente el bienestar de las familias de menores recursos y sus posibilidades de movilidad social. Ello, restringe también la competitividad, la productividad y el potencial de crecimiento económico.

“No hay duda de que para mejorar la situación del sistema educativo del país se requieren recursos económicos a erogar por parte de los sectores público y privado. Sin embargo, eso no es lo único”, señaló. 

Indicó que con base en los datos del cuarto informe presidencial, se reporta que en 2022 el gasto nacional en educación ascendió a 1.5 billones de pesos, lo que representó 5.3% del PIB. Comparativamente, no es particularmente reducido.

Las cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, (disponibles hasta 2019) muestran que el gasto total (público y privado, de primaria a terciaria) en educación de México representó el 4.6% del PIB, cercano al gasto promedio de la membresía del organismo que fue 4.9%. De hecho, el gasto educativo en México supera al de países como Polonia, Alemania, España, Japón, e incluso está por arriba del gasto promedio de los países de la Unión Europea. 

Sin embargo, los resultados generales reflejan más bien insuficiencias y debilidades, que se observan en las cifras comparativas de la OCDE.

A detalle, la tasa de graduación con al menos un título de educación media superior es del 42% de adultos entre 25 y 64, el último lugar en la OCDE, cuyo promedio alcanza 79%.

Otra medida que refleja la deficiencia relativa del sector educativo mexicano es el porcentaje de población de entre 25 y 34 años con educación superior concluida. Solo 27% de la población en este rango de edad tiene su ciclo de estudios concluido, cuando el promedio alcanza 46.8% y en países como Japón y Corea es cercano a 70%

La escolaridad promedio de México es de 9.7 años. Cifras para 73 países de la agencia vasca Eustat arrojan una escolaridad promedio de 11.7años. En esa lista, México se situaría en el lugar 64. 

“Es evidente entonces que, comparado con otras naciones, la calidad de la educación en México sigue siendo considerablemente baja. Sin mejoras significativas en el Sistema Educativo Nacional (SEN), la competitividad con calidad del país se vería obstruida por la insuficiencia del capital humano; la fuente de competitividad tendría que continuar siendo el salario reducido”, puntualizó.