n el margen se aprecian señales de desaceleración en algunos indicadores.
"Si no se reduce la incertidumbre económica y política y no se adopta una mejor actitud hacia la inversión por parte del gobierno, podría persistir la dilación de una sostenida y clara recuperación del crecimiento de la economía", destacó.
A detalle, de acuerdo con la estimación oportuna del INEGI, en marzo el indicador global de la actividad económica (IGAE) cayó 0.1% respecto a febrero, aunque fue 3.2% mayor a marzo del año pasado. Bajo este escenario, en el primer trimestre la economía, con base en el IGAE, habrá crecido a una tasa trimestral de 0.8% y una anual de 3.6%, parecida a la estimación oportuna del PIB (1.1% y 3.8%, respectivamente).
Por su parte, el consumo se vio favorecido en diciembre y enero pasados, quizá como consecuencia del incremento de los salarios reales. Sin embargo, más recientemente hay signos de cautela por parte de los consumidores.
El indicador de confianza del consumidor registró variaciones negativas en marzo y abril (0.4 y 0.3 puntos, respectivamente) debido, en buena medida, a la caída de su percepción respecto a la posibilidad de adquirir bienes duraderos, que descendió en esos meses (2.3 y 0.5 puntos, en el mismo orden).
La estimación oportuna anticipa que el consumo privado en el mercado interno disminuyó 0.3% en marzo y avanzó 0.2% en abril (mensualmente). En su comparación anual aumentó 2.1% y 2.2% en esos meses, los más bajos desde abril del 2021.
Otro factor que podría incidir en la lentitud con la que avanza el consumo, puede ser el elevado nivel de tasas de interés reales hacia adelante. Esa situación conduce a posponer el consumo a fin de aprovechar los altos rendimientos del ahorro, que normalmente no duran mucho tiempo.