Las herramientas digitales desempeñarán un papel clave en el desarrollo de soluciones resilientes para las crisis del mañana, pero también supondrán nuevos desafíos, entre otros, en cuanto al uso indebido de datos personales, advirtió Zurich.
Explicó que debido al aumento de recopilación, comercialización e intercambio de información personal, así como a la proliferación de dispositivos de recopilación y tecnologías de inteligencia artificial, consentir el uso de datos al usar internet puede exponerlos a su identificación y divulgación, un fenómeno conocido como el “efecto mosaico”, llamado así por referirse a la acción de combinar distintos sistemas de datos.
Por ejemplo, indicó que una organización internacional puede compartir datos anónimos con un gobierno para dar respuestas a crisis, pero cuando se combinan con otros datos, podría permitir, voluntaria o involuntariamente, identificar y divulgar información de personas vulnerables o comprometer ubicaciones críticas.
“Mientras más datos se recopilen y más aumente el poder de las tecnologías emergentes en la próxima década, los individuos podrían ser atacados y monitoreados en un grado sin precedentes”, expresaronn los expertos encuestados en el Reporte de Riesgos Globales 2023,, pues entre más se digitalice la vida de las personas, su experiencia cotidiana se registrará y mercantilizará a través de dispositivos habilitados para internet.
Agregó que la creación de grandes conjuntos de datos personales y confidenciales supone objetivos lucrativos para los ciberdelincuentes. En este sentido, el “cibercrimen generalizado e inseguridad cibernética" fue considerado como uno de los diez riesgos más graves para esta próxima década, con ataques más agresivos y complejos.
“La centralización y consolidación de ciertos datos puede dar una ventaja competitiva a algunos países, a través de innovaciones como la automatización o avances socialmente beneficiosos, pero se enfrentarán a dificultades para equilibrar el daño de la pérdida de privacidad con los beneficios de un desarrollo más rápido de las tecnologías emergentes”, señalan los expertos.
¿Cómo protegernos?
Por lo anterior llamó a considerar mejores políticas que permitirán intercambios de datos transfronterizos más eficaces para impulsar la innovación, garantizando al mismo tiempo una protección adecuada para las personas.La aplicación de multas más severas y la capacidad para responder a las violaciones de datos y ataques a la privacidad serán también factores clave.
“Los datos muy probablemente serán el activo más importante en la siguiente década, por lo que debemos considerar la ética de su recopilación y uso para minimizar riesgos relacionados. Como empresas, tenemos la responsabilidad de cuidar los datos de nuestros clientes y por ello es tan relevante contar con estructuras de seguridad y equipos profesionales dedicados a ello”,señala Diogo Cassin, Director de Riesgos de Zurich México.
Por otro lado, destacó que el derecho a la privacidad no es absoluto, pues existen casos como la vigilancia gubernamental y preventiva con fines de seguridad, pero esta vigilancia ha significado que el acceso a la información confidencial se puede obtener cada vez más sin el debido proceso o transparencia.
El derecho a la privacidad incorpora dos elementos clave: el derecho a no ser observado y el derecho a controlar el flujo de información cuando observamos.