Un 40% de los empleos a nivel mundial están expuestos a la Inteligencia Artificial (IA), según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que destacó, esta revolución digital podría revitalizar la productividad, estimular el crecimiento y elevar los ingresos, pero también podría reemplazar empleos y profundizar la desigualdad, ya que 60% de los trabajos se verían afectados.
En ese sentido, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, compartió en un análisis publicado el 14 de enero de 2024 que la evolución de la IA “ha cautivado la atención del mundo”, pero también lo ha alarmado por el impacto que tendrá en la economía mundial, debido a que las repercusiones “serán complejas” y se requerirán políticas que potencien a la IA en beneficio de la humanidad.
En el texto “La economía mundial transformada por la inteligencia artificial ha de beneficiar a la humanidad” del Fondo Monetario Internacional, se expuso que hay una alta “probabilidad de que la IA reemplace empleos”, sin embargo, también de que complete el trabajo de las personas y presente más oportunidades para explotar sus ventajas en el mundo laboral.
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¿Se puede garantizar que la IA beneficie a la humanidad?
En palabras de Georgieva, la mitad de los empleos están expuestos y podrían beneficiarse de la integración de la IA, mejorando así la productividad, pero en contraste, la otra mitad peligra, ya que la Inteligencia Artificial puede “ejecutar tareas que en la actualidad son realizadas por seres humanos”, lo cual reduciría la mano de obra, mermaría salarios y contrataciones e incluso podría desaparecer trabajos.
Si bien, no en todos los países se espera el mismo impacto, se estima que en aquellos de ingresos bajos, la exposición a la IA sea de 40% y 26% debido a la falta de infraestructura y escasa fuerza laboral cualificada, una situación que eventualmente haría más profundas las desigualdades entre las naciones.
Lo cierto es que el FMI afirmó que la IA está incorporándose en las empresas rápidamente, lo cual urge a las autoridades a actuar para ayudar a formular políticas adecuadas sobre capital humano y mercado laboral, innovación e integración económica, regulación, una infraestructura digital completa y cuestiones éticas.
Tras un análisis realizados por el Fondo Monetario a 125 países, el organismo encontró que las economías más ricas, avanzadas y emergentes, “tienden a estar mejor equipadas para adoptar la IA que los países de ingreso bajo”, por ello, se debe priorizar la inversión en infraestructura digital y en una fuerza de trabajo competente.
Aunque no hay forma de anticiparnos a lo que ocurrirá en el futuro en temas de tecnología y empleo, a medida que los gobiernos atiendan las necesidades de las personas en materia de capacitación digital y creación de políticas y regulaciones específicas, será más sencillo que la inducción de la IA en el mundo laboral beneficie a la humanidad con trabajos bien remunerados.
Si complementa a los trabajadores, la IA puede dar lugar a un aumento desproporcionado de su renta, productividad y rendimiento del capital, lo cual, de acuerdo con Kristalina Georgieva, ayudaría a “exacerbar la desigualdad”, pero se requieren “redes integrales de seguridad social y programas de retención para los trabajadores vulnerables”.
