Mitos de la inteligencia artificial

¿La tecnología puede representar una amenaza u oportunidad?

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 .  (Foto: Getty, Diseño elaborado en Canva con elementos de Piza de Getty Images y Freeicon.com)

Durante gran parte de 2023 se discutió en múltiples escenarios y desde diferentes perspectivas el rol que tendrá o tiene la inteligencia artificial en la cotidianeidad.  La tecnología en sí siempre ha suscitado grandes debates. La irrupción de la famosa “IA” no es diferente, aunque los debates en esta ocasión han adquirido un tono bastante álgido por las posibles repercusiones que esta podría llegar a producir. 

Por ello es que a continuación, el maestro Jesús Edmundo Coronado Contreras, coordinador editorial de las áreas de Fiscal, Jurídico Corporativo y Comercio Exterior de IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral; coordinador de la comisión de Derecho Penal Internacional del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C.; socio de Derecho Penal Internacional de la firma JMJ Partners & Lawyers y director de publicaciones de Bosch México y miembro del consejo editorial de su revista Praxis Legal  comenta algunos aspectos de este complejo y polémico tema. 


Panorama tecnológico

 El ser humano y su vínculo con la tecnología es tan remoto como su propia existencia. Ello porque el individuo siempre ha recurrido a la tecnología para sobrevivir. Difícil determinar cuál sería la primera innovación generado por un humano; algunos refieren que puede se la rueda y otros más el fuego. Resulta complicado determinar el primero de ellos. Sin embargo, es aún más complejo señalar el último. Lo anterior, a causa justo de la innovación, que cada día entrega algún nuevo instrumento, dispositivo o mecanismo que pretende simplificar un aspecto de cotidianeidad. 

A lo largo del 2023 alrededor del mundo se desataron múltiples debates sobre las implicaciones que tiene la inteligencia artificial o “IA”. Si su presencia desencadenaría paulatinamente más problemas que soluciones o simplemente que retos conllevaba esta. Desde el ámbito jurídico la tecnología siempre se ha percibido como un agente incomodo. Como si  se tratase de dos mundos diversos, el lenguaje jurídico y aquel empleado en los nichos tecnológicos parecieran no poder coexistir armoniosamente. La tecnología va a una velocidad avasalladora justo por el constante impulso que se da a la innovación, mientras que el derecho suele tomarse su tiempo en descifrar su propio entorno. No obstante, ambos son fundamentales para el correcto funcionamiento de una sociedad. La tecnología cuando recién aparece desierta  inquietudes porque se desconocen sus alcances;  los parámetros de sus limites no son del todo definidos en una primera instancia. 

Es indispensable un periodo de adaptación por parte de los usuarios para descifrar las peculiares variables que un nuevo dispositivo, instrumento o mecanismo pueden llegar a tener. La inteligencia artificial no es ajena a este proceso, toda vez que las conversaciones que ha suscitado son el reflejo de la poca comprensión que en general se tiene de ella. Por ello es que la inteligencia artificial es un tema paradigmático porque es interesante e inquietante al mismo tiempo. Son numerosos los mitos que han rodeado a la IA en tiempos recientes, a continuación se abordarán parte de estos.


¿Superinteligencia? 

La inteligencia artificial es una realidad innegable, pero es todavía un concepto en desarrollo y que sigue rodeado de variadas cuestiones indeterminables. Históricamente se le atribuye el acuñar este término a John McCarthy cuando aludió a la ciencia e ingeniería para crear máquinas inteligentes, en especifico programas de computación inteligentes; todo esto durante la segunda parte de la década de los 50’s del siglo XX. Desde entonces se inició un largo trayecto de desarrollo tecnológico del cual ya somos parte.

Sin embargo, en el imaginario humano desde el siglo XIX la ciencia ficción ya entregaba ciertos ejemplos sobre lo que podría ser una inteligencia artificial o tal vez una “superinteligencia”. Obras como “Frankenstein o el moderno Prometeo” (de Mary Shelley) ya retrataban parte de lo que podría llevar a cabo un “humano artificial”. La aparición de “robots” autónomos que pueden realizar diferentes funciones es algo que primero la literatura y posteriormente la filmografía han retratado de múltiples formas los adelantos que trae la tecnología, algunos desde una óptica fatalista y otros desde una visión más histriónica. El entusiasmo humano por impulsar la tecnología lo ha llevado a desarrollar herramientas fantásticas que han logrado muchos objetivos, puesto que se traducen en mejoras para la humanidad al facilitar determinado aspecto. No obstante, siempre han existido temores sobre si es factible que en algún momento la propia tecnología supere al ser humano.

Si se marca una línea temporal se han establecido cuatro revoluciones industriales, siendo en 2014 la última de ellas, cuando se gestó la primera producción en línea en una fábrica inteligente. Y es que justamente parte de los debates en torno a las inteligencias artificiales es si estas en algún momento más que sustituir determinadas tareas humanas reemplazaran al ser humano como tal. La inteligencia es la capacidad de lograr objetivos complejos. De ahí que la inteligencia artificial reciba esa denominación y es que a las IA las encontramos ya desde hace varios años disponibles en diferentes vertientes. La inteligencia artificial está disponible en ámbitos como la nanotecnología, pero también lo que son consideradas las ciudades inteligentes y en el internet de las cosas. 

El Parlamento Europeo recientemente ha tratado de clasificar en diversos tipos la inteligencia artificial, en un esfuerzo por intentar desentrañar sus múltiples alcances. Ejemplos de ellos son el machine learning, que es un algoritmo diseñado para encontrar soluciones propias o la red generativa adversativa, la cual es empleada con los deep fakes que suelen ser empleados para suplantación de la identidad tristemente, porque son redes neuronales que compiten entre sí. 

Ello nos demuestra parte de las variaciones que puede tener o diferentes campos de aplicación, pero también los potenciales riesgos de un uso inadecuado de la tecnología. El miedo a que las IA gesten un accionar negativo encuentra eco, gracias a que en muchos escenarios son empleadas de modo incorrecto. No obstante, la superinteligencia sigue siendo la humana que es todavía la que le sigue dando un impulso a la inteligencia artificial, pues su desarrollo no es todavía tan cercano a lo que muchas veces la ciencia ficción ha retratado. 

¿Más beneficios y mayores desafíos?

 Los diferentes usos que puede tener la inteligencia artificial es lo que puede originar en gran medida los potenciales riesgos. Como se describió en la actualidad esta ya es empleada en la comisión de  ciberdelitos como es la suplantación de la identidad, pero también puede tener un destino diverso. Existen un gran número de ámbitos de aplicación donde ya se encuentra presente al inteligencia artificial y en la que su utilización puede explotarse o desarrollarse todavía más. Entre ellos está el campo de las telecomunicaciones, que sirve para la transmisión de la información; situación similar con el campo del entretenimiento o en el nicho educativo, y también en sectores como el financiero, salud o seguridad. 

No obstante, pese a sus bondades, especialmente por las facilidades que brinda, existen posibles escenarios donde su uso puede implicar una violación de derechos si no se emplea responsable  y éticamente. Ejemplo de esto, puede verse gracias a los sesgos puede llegar a tener la inteligencia artificial en campos como la seguridad. Cuando se han utilizado incorrectamente esta tecnología es donde se han presentado casos en los que se atribuye a cierta población la comisión de determinados delitos, como lamentablemente se ha verificado en lugares como Estados Unidos o en Europa. Debido a la presencia de sesgos en la evaluación de riesgos muchas personas por su origen étnico, nacional o religioso se les ha acusado injustamente sobre  hechos delictivos. Cuando la inteligencia artificial es empleada erróneamente en rubros como vigilancia y supervisión los resultados pueden ser violaciones a  derechos fundamentales como lo son la libertad de expresión, asociación o la privacidad. Ante ello es que se busque establecer una regulación para sentar bases claras para garantizar un uso responsable y ético de las IA. Sin embargo, mientras más beneficios va generando la tecnología, porque esta sigue avanzando cada día, mayores son los desafíos que se presentarán, especialmente en el ámbito normativo. Eso porque la legislación suele ser reactiva a los acontecimientos sociales y difícilmente puede anticiparse a los hechos, en especifico cuando se trata del campo tecnológico. 

Ocuparse y no preocuparse 

La tecnología en general siempre ha existido y seguirá en tanto no se detenga la innovación humana, la cual marca justamente la causa de la supervivencia humana, pues sin ella el ser humano no sería capaz de subsistir. Si bien la inteligencia artificial puede representar muchos desafíos también conlleva beneficios y áreas de oportunidad para desarrollar y facilitar aspectos de la vida cotidiana y mejorar la calidad de vida. Los esfuerzos por regularla como se han visto en Europa y en otras latitudes todavía resultan escasos, porque sigue siendo una tecnología en desarrollo y que constantemente va variando, pero no debe olvidarse que las legislaciones son reformables y que pueden adaptarse también a nuevas realidades sociales. La realidad social va cambiando debido a que el ser humano también va cambiando y la tecnología suele ser un reflejo de ella. Si bien gracias a la ciencia f icción hemos conocido escenarios que podrían ser catastróficos, lo oportuno no es preocuparse, sino ocuparse en buscar conocer más de estos temas, comprender sus alcances y aristas y especialmente abonar en su adecuado uso y destino para que sean más los beneficios y los desafíos se traduzcan en nichos de oportunidad. Si desea conocer más sobre el tema, IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral publicó una edición especial sobre “Inteligencia Artificial” disponible en formato físico y digital.