La pandemia provocó el cierre de más de cuatro millones de micro, pequeñas y medianas empresas y aunque hoy muchas de las ocupaciones laborales que estas brindaban ya se recuperaron, lo hicieron en la informalidad.
Al respecto, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) detalló que las principales razones de este fenómeno son:
- Falta de políticas públicas
- Mucha burocracia en los tres niveles de gobierno
- Prohibiciones comerciales
"En las treinta y dos entidades del país no son pocos los permisos, licencias y requisitos que se piden para la apertura de un negocio, por lo que ya es una demanda de los ciudadanos su simplificación y desburocratización. En otras partes del mundo, para poner en marcha un negocio, las personas sólo tienen que abrirlo y posteriormente darlo de alta, es decir, los permisos y licencias no condicionan su apertura", destacó en un comunicado.
Agregó que en México la burocratización significa tiempo, gastos y, en algunas ocasiones, pago de coyotaje, ya que sólo a través de estos gestores se puede realizar el trámite, lo que no es otra cosa que una forma de corrupción. Por ello, las personas terminan por renunciar a poner el negocio dentro de los requisitos de ley y simplemente lo abren y se ponen a trabajar de facto, es decir, se les empuja hacia la informalidad de manera obligada, situación que los exime de pagar impuestos, de contar con apoyos institucionales, los deja sin servicios médicos ni ahorro para la vivienda, fuera de toda ventaja del contrato social.
“La informalidad deja a la población desprotegida y genera un caldo de cultivo que fortalece las actividades de las pandillas de delincuentes que operan el mercado negro del país. Por donde se vea, la informalidad, al final del día, es un juego de perder-perder que impera en la realidad social actual de nuestro país, en donde el 54.5% de la población económicamente activa (32.4 millones de personas) se encuentran laborando dentro de la informalidad, lo que, si somos honestos, bien podría considerarse como vivir una suerte de desempleo”, explicó Rivera.
Concluyó que la informalidad trae como consecuencias que no se paguen impuestos, se genere corrupción, se fortalezca la extorsión, el contrabando y la piratería, que exista un piso disparejo, que se financien las pandillas de delincuentes para hacer sus fechorías y se eleven las olas de violencia y criminalidad lo largo del territorio nacional y, por supuesto, se siga alzando la inflación. Por ello, urge avanzar en la formalización de la economía de nuestro país, ese es el gran reto de México en su futuro inmediato.