Es fundamental que las propuestas de los candidatos a la presidencia se comprometan con un crecimiento económico más elevado, mayores niveles de inversión pública y privada que contribuyan a más creación de empleos, así como un ambiente de finanzas públicas sanas, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Indicó que a pesar de las mejoras en algunos de los indicadores de pobreza, es evidente que los niveles de desigualdad siguen siendo elevados, por lo que es fundamental que las propuestas de los candidatos presidenciales consideren esfuerzos adicionales para darle solución a todos los aspectos que contempla la medición multidimensional de la pobreza.
En este entorno, subrayó, es prioritario que los candidatos expongan con claridad las políticas públicas que consideren idóneas para lograr un beneficio real de los hogares.
Además de la inversión como principal instrumento para generar empleo productivo y principal factor para reducir la pobreza, son necesarias también propuestas que tengan la visión de mejorar la calidad de vida de la población.
Esto implica medidas concretas que hagan más eficiente la asignación de los recursos públicos. Hasta ahora la calidad del gasto no ha reflejado un beneficio real para los hogares más allá de sus programas asistenciales que en su mayoría solo perpetúan las condiciones de pobreza al no desarrollar activos y/o capacidades para actividades productivas.
Se espera que además de las propuestas en materia de inversión para estimular el crecimiento y el empleo, los candidatos presidenciales aborden con mayor claridad los mecanismos que contribuyan a elevar la eficiencia de los programas sociales.
De la eficiencia que tengan estos depende el bienestar de los hogares, y no de programas que solo tienen un objetivo asistencial o de aquellos que representan compromisos políticos.
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La pobreza en México
“Es evidente que el número de personas que está en algún nivel de pobreza sigue siendo elevado”, destacó el CEESP.
Más allá de considerar el nivel de ingreso como el principal factor que define la pobreza, existen otros que reflejan diversas necesidades de la población y que están asociados con sus condiciones de vida, que en algún momento pueden inhibir la satisfacción de sus necesidades básicas.
Su medición e interpretación aumenta la relevancia de propuestas claras y específicas con miras a reducir los niveles de pobreza. Sin duda estos deben ser los objetivos principales para cualquier contendiente por un puesto de elección popular.
Si bien las condiciones de vida de la población pueden mejorar o empeorar dependiendo de la evolución del ingreso, es evidente que las necesidades van más allá de solo esto, toda vez que aspectos como el acceso a la alimentación, seguridad social, educación, salud, vivienda y servicios, son igualmente importantes para un mejor bienestar general de los hogares.
El CEESP refirió que de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) disponibles para 2022, 46.8 millones de personas están en situación de pobreza, esto es 5.1 millones menos que en 2018. No obstante, la población en situación de pobreza extrema aumentó en 400,000 personas.
Sin embargo, los indicadores de carencia social no necesariamente son tan favorables. Resalta el indicador que refleja la carencia por acceso a servicios de salud, en donde se reporta un aumento de 30.3 millones de personas en esta condición, que en buena medida se atribuye a la desaparición del seguro popular. La población con rezago educativo aumentó en 1.6 millones.
Por su parte, la población con carencia por acceso a servicios de seguridad social se redujo en 1.5 millones. Sin embargo, 64.7 millones de personas siguen estando en esta situación, lo cual está asociado a los altos niveles de informalidad.
Datos más recientes sobre la evolución del poder adquisitivo de la población muestran una mejora al cierre del 2023, aunque todavía el 37% de la población tiene un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria.
Además de la cobertura del sistema educativo y del sistema de salud, la calidad de estos servicios y otros temas como seguridad, contribuyen considerablemente a mejorar los niveles de vida de los hogares.