Aunque la inteligencia artificial (IA) es un recurso que se puede usar en la profesión jurídica para garantizar la protección de la democracia, el Estado de Derecho y derechos fundamentales, un reciente estudio de la International Bar Association y el Center for AI and Digital Policy (IBA y CAIDP por sus siglas en inglés respectivamente), destacó que esta tecnología debe ir de la mano de la ética.
Si bien, la IBA y CAIDP destacan el impacto de la IA en la profesión jurídica, la práctica del derecho y la gobernanza de la Inteligencia Artificial, también resaltaron la urgente necesidad entorno a que los abogados se mantengan al día con los avances tecnológicos de forma que preserven la “integridad y eficacia de las prácticas jurídicas en todo el mundo”.
El estudio titulado: “El futuro es ahora: la inteligencia artificial y la profesión jurídica”, señaló que la profesión jurídica enfrenta retos importantes en relación con la IA, tales como garantizar una gestión eficaz de la gobernanza de datos, seguridad, propiedad intelectual, privacidad y desarrollo de políticas; así como una compleja gestión de los requisitos que necesita la tecnología.
Asimismo, el informe señaló que la influencia de la IA en las prácticas de contratación, estructura y baremos de honorarios de clientes de los bufetes de abogados son otro reto que debe atenderse, a la par de una regulación y equilibrio entre los cambiantes requisitos legales y las obligaciones éticas.
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¿Aprovechar la inteligencia artificial en la profesión jurídica?
El director ejecutivo del CAIDP, Marc Rotenberg, puntualizó en que se deben establecer “políticas y marcos sólidos para garantizar la legitimidad, responsabilidad y transparencia” de la labor de los profesionales del derecho y los responsables políticos, especialmente porque la IA generativa está introduciendo cambios significativos en la estructura, funcionamiento y estrategia de los abogados.
Por su parte, el presidenta de la IBA, Almudena Arpón de Mendívil Aldama, explicó que los abogados necesitan mantenerse al centro de la gobernanza de los cambios tecnológicos, especialmente porque la IA puede propiciar sistemas opacos que pongan en peligro los derechos y valores de la sociedad, en cuyo caso, la profesión jurídica tiene una tarea por delante.
Aldama mencionó que la profesión jurídica debe adoptar la inteligencia artificial “entendiéndola y aprendiendo a hacer uso de ella”, ¿cómo?, mediante “programas de formación y desarrollo para garantizar el éxito de su integración y utilización” a través de “un enfoque estratégico centrado en la formación integral y desarrollo de habilidades”.
Pero, ¿qué tan dispuestos están los abogados a hacer uso de la IA? El informe de la IBA y CAIDP reveló que solo 91 de 210 bufetes de abogados tienen políticas sobre el uso de la Inteligencia Artificial en sus organizaciones, por lo que para el 57% del total de la muestra, la coherencia es importante en la regulación, de esta tecnología, tanto que el 48% apoya su regulación a favor del uso del sector.
Lo que llama la atención del estudio es que el 69% de los encuestados desconoce en qué medida la regulación de la IA afectará a sus bufetes, mientras hay quienes ya la usan para la investigación jurídica y elaboración de contratos, no obstante, hay quienes piensan que pueden verse expuestos a acusaciones de infringir la ley sobre competencia, por ello se está fomentando su regulación.
