Hace algunos años, trabajar desde casa era algo que solo pocos se podían permitir, pero hacerlo al tiempo que se vacacionaba era inconcebible para la gran mayoría. Hoy ese sueño es posible. La pandemia derivada por la Covid-19 ha transformado nuestras vidas, acelerando la adopción de las llamadas nuevas tecnologías, y con ello impulsando otras formas de comunicarnos, entretenernos y laborar.
Las Visas de Trabajo Remoto, también conocidas como e-Visas o Digital Nomad Visas son el resultado de una nueva tendencia que permite al trabajador residir en otro país, generalmente un paraíso vacacional, mientras se emplea para una empresa extranjera o dirige la propia desde un destino distinto al de su registro fiscal.
Un nómada digital se define como una persona que trabaja virtualmente desde cualquier sitio, utilizando tecnologías de la información y comunicación, bajo los lineamientos de una vida nómada, es decir, desplazándose de un lugar a otro sin las ataduras de un empleo tradicional.
Este esquema no es nuevo, desde los años noventa del siglo pasado el fenómeno comenzó a cobrar fuerza con la popularización de los teléfonos celulares, las computadoras móviles y el uso masivo del Internet, sin embargo, con la pandemia, las políticas de diversos países se han venido modificando para implementar específicamente un visado temporal, de promedio un año, para permitir a trabajadores, emprendedores y empresarios residir legalmente en determinado país, siempre y cuando estén empleados en el extranjero y puedan laborar a través de plataformas digitales.
Paraísos caribeños como Anguilla, Antigua y Barbuda, Bahamas o Bermuda, así como acogedores destinos europeos como Estonia, Georgia o Noruega adoptaron el año pasado esquemas de visado destinados a este tipo de aventureros con el fin de reactivar su economía, dando pie a que otros países comenzarán a implementar este tipo de medidas como Croacia, Curaçao y próximamente Grecia.
“Reconocemos que más personas están trabajando de forma remota, a veces en condiciones muy estresantes, con pocas opciones de vacaciones. Nuestra Welcome Stamp Visa (...) le permite trasladarse y trabajar desde uno de los destinos turísticos más queridos del mundo”, asegura la Primer Ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, en el sitio web del programa de aquella isla.
Los esfuerzos no son menores, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que en 2020 la economía de Barbados cayó 16 % en comparación con el año previo, en tanto que la del Caribe, como región, decreció 7.9 % y la de Europa 7.2 %, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La reactivación económica necesaria para salir de la severa crisis por la que atravesamos, requiere invariablemente de medidas para incentivar los ingresos, pueden ser las tradicionales, es decir, políticas contracíclicas y la contratación de financiamiento y deuda externa, pero también pueden implementarse novedosas estrategias como la que estos países promueven con el fin de aprovechar las nuevas dinámicas adoptadas durante la pandemia y que, sin duda, llegaron para quedarse.
Antes de la pandemia, solo una fracción de la fuerza laboral mundial trabajaba ocasionalmente desde casa. Sin embargo, en los primeros meses del año pasado uno de cada cinco trabajadores, es decir, el 20 % de la población global, trabajó a distancia; en tanto que a nivel regional, en América Latina el teletrabajo se multiplicó cuatro veces en 2020 en comparación con el año anterior debido a la pandemia, con base en datos de la Organización Mundial del Trabajo (OMT).
Bajo la actual crisis, el trabajo remoto dejó de ser una opción para pocos para volverse una necesidad y, en el futuro, una práctica cotidiana dentro de las empresas. Un análisis de 2019 de la consultora Upwork estimaba que para 2028 cerca del 73% de las empresas contarían con un esquema de trabajadores remotos, una circunstancia que se aceleró luego de los avances en adopción tecnológica ocurridos durante la pandemia, como dejó ver una encuesta publicada en octubre pasado que reveló que el 94 % de los entrevistados consideraba que al menos una pequeña parte del trabajo dentro de las empresas sería remoto en la era Post-Covid.
En el marco de este panorama, la visas de trabajo digital no suenan tan distantes a una realidad que ya estaba presente y explotó bajo el contexto actual. La estrategia, sin embargo, resulta novedosa porque en su mayoría, la están implementando países pequeños dependientes del turismo como los caribeños o del consumo extranjero como los de Europa del Este para aprovechar la permisividad de la situación actual con el fin de recaudar más recursos y compensar las pérdidas económicas generadas por las restricciones implementadas en otros países donde los casos de Covid-19 son varias veces mayor que los registrados en ellos.
En Antigua y Barbuda y la Isla de Mauricio, por ejemplo, donde se implementaron la Nomad Digital Residence Visa y la Premium Visa, respectivamente, el número de casos de Covid-19 es apenas del 0.22 % y 0.25 % de los reportados a nivel mundial al 19 de Febrero del 2021, según datos de la Universidad John Hopkins.
Lo anterior es particularmente revelador, porque además de sus hermosas playas o escenarios históricos, el atractivo que estos destinos están impulsando traspasa los umbrales turísticos tradicionales para ofrecer seguridad y diversión a sus aplicantes, lucrando con el bajo número de contagios registrados en ellos y las menores restricciones estipuladas que eso implica. De hecho, así es como se promocionan. En la página oficial de la isla de Bermuda, por ejemplo, el Premier David Brut señala: “estamos listos para compartir nuestra cultura vibrante y nuestra marca única de hospitalidad para curar la tristeza del Coronavirus”.
Ya sea por la belleza de sus paisajes, para protegerse y evadir la Covid-19 o por los propios beneficios que el trabajo remoto ofrece, lo cierto es que las Visas para Nómadas Digitales son una alternativa ideal para que los países generen ingresos y para aquellos interesados que puedan trabajar desde casa. Eso sí, deberán pagar el costo, porque para poder aplicar a estos programas se cobran tarifas que van desde los 61 hasta los 2 mil dólares y se solicitan ingresos anuales desde los 18 mil a los 100 mil dólares. Todo depende del destino y del presupuesto.
Cuadro 1. Visas para Nómadas Digitales Implementadas durante la Pandemia por Covid-19.