Inflación no subyacente, es más bien, ¿inflación alimentaria?
Los precios se dispararon por el ajuste a las tarifas eléctricas dentro del esquema de temporada cálida en 18 metrópolis del país
Finanzas
La inflación no subyacente, es decir, el índice que registra los precios de los productos agropecuarios, de los energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno, presentó en marzo un incremento del 12.21% anual, advirtió la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Lo anterior, explicó el presidente de la organización, Cuauhtémoc Rivera, empuja a la industria de la masa y la tortilla a buscar aumentar próximamente el kilo de tortilla a 24 pesos; la escasez del frijol negro y pinto en el mercado nacional debido al factor estacional de la sequía nos obligará a importar este grano de consumo básico nacional con el sobrecosto que implique (hasta $53 pesos por kilo).
La burbuja especulativa del huevo que elevó su precio súbitamente de $36 a $42 el kilogramo; lo mismo ocurre con la lenteja de $44 a $55; papa de $22 a $24; limón de $25 a $44; naranja de $14 a $19; proteínas del mar; cárnicos como pollo de $56 a $68, res de $156 a $170, puerco de $69 a $96 y una larga lista de productos de la canasta básica que han visto elevar sus precios en sus distintas presentaciones, ya preenvasados de marca como también en su formato genéricos y a granel.
Explicó que, entre otros factores, los precios se dispararon por el ajuste a las tarifas eléctricas dentro del esquema de temporada cálida en 18 metrópolis del país. El cambio a una tarifa mayor de la energía eléctrica más el incremento de los energéticos han encarecido tanto el suministro de las mercancías al mercado como su costo de producción
“La inflación alimentaria que vive el país es un mal síntoma de la economía nacional que no se debe relativizar ni soslayar. Esta espiral inflacionaria seguirá en ascenso por lo que resta del año. La sequía, la caída del poder adquisitivo, el incremento de las gasolinas, gas LP y luz; restricciones por pandemia y las inauditas prohibiciones comerciales al suministro o las ventas constituyen un coctel amargo para la población que se llama inflación alimentaria”, subrayó la asociación en un comunicado.