La pandemia ha dado pie a una serie de barreras que han impedido el crecimiento económico en el país y temor entre la población por el porvenir, un miedo que incluso alcanzó las formas de convivencia y socialización entre naciones, así como el funcionamiento de sus mercados.
Y es que el evento de carácter mundial provocó el cierre fronterizo entre Estados Unidos y México afectando la economía de ambas naciones, lo que significó una baja comercial entre ambas naciones, pues más del 20% del comercio fronterizo se genera por las compras de los mexicanos.
Aunque los estadounidenses se propusieron reactivar su economía para este año, acelerando su proceso de vacunación en más del 60% de la población, el otro 40% se resiste a la inmunización, una situación que impide la apertura de las fronteras y significa un obstáculo para la reactivación económica, sobre todo ahora que el temor crece por la tercera ola de Covid.
Sin embargo, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), reconoció que la situación es distinta entre un país y otro, pues en el caso de México, la inflación tiene que ver con “factores endógenos como el alto costo de gasolinas, diésel, gas y energía eléctrica, sumado a la sequía prolongada que daña al 80% del territorio”.
En ese sentido, Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, aseguró que “se requiere una estrategia de largo plazo que brinde certidumbre energética al menor costo posible” y que de paso a una “reactivación con prevención” dentro de una sociedad organizada.
Y para lograrlo, el ANPEC agregó que es necesario cambiar el estilo de vida y convivencia de los mexicanos, pues un ejemplo es la educación.
La pandemia no solo provocó un total abandono de las escuelas, sino también la deserción de casi 5 millones de estudiantes de los 33 millones que estaban inscritos en todo el país en 2020, por lo que, pensar en el regreso a clases para agosto de este año, significa un arduo trabajo de rehabilitación de planteles a través de un programa nacional que permita reacondicionar los planteles.
No obstante, la tarea no es sencilla, pues en el país hay 230 mil escuelas públicas de educación básica que enfrentan diversos retos, pues tan solo el 30% de los planteles carece de luz, ya sea por corte o robo de cableado, mientras que el 27% no tiene agua y el 17% no tiene drenaje ni sanitarios, a lo que se suma que el 90% no tiene internet en los salones de clases.
Hasta el momento, solo 51 mil escuelas, es decir, una sexta parte de los colegios en el país, han sido beneficiados en alguna forma por el programa “La Escuela es Nuestra”, al tiempo que los padres de familia se enfrentan a otros problemas como la falta de empleo, enfermedad y falta de condiciones para apoyar al mantenimiento de las escuelas.
Al respecto, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) recomendó que este regreso sea de manera gradual y voluntario, manteniendo las medidas de sana distancia, ya que solo bajo este ejemplo, se podrán reactivar las actividades en el país, así como la ansiada economía.